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Boris Muñoz y las elecciones en Venezuela: “lo que hemos visto es un voto de castigo”
Martes, Abril 23, 2013 - 10:08

Investigador en Harvard, colaborador de revistas como New Yorker y Gatopardo y autor de varios libros sobre la realidad venezolana, Muñoz analizó el panorama que enfrentan Maduro y Capriles tras la cerrada elección recién pasada.

-Bueno, ya tenemos conteo de votos, finalmente. ¿Crees que esto va a descomprimir la situación?

-Creo que esto va a descomprimir por un par de semanas, va a hacer que haya una tensa calma, pero creo que va a haber control sobre la violencia por parte de los dos actores. Creo que Capriles va a hacer mucha campaña esas semanas y tratar de fortalecer su participación, cosa delicada porque la batalla ahora es por la credibilidad. Dentro todo, el recuento te pone en un plano de tratar de balancear el terreno de juego, entonces se vería mal que él tratara de aprovechar mucho.

-¿Crees que pueda cambiar el resultado?

-Yo creo que puede cambiarlo, no sé hasta qué punto. Lo que me han dicho con convencimiento algunos voceros de la MUD es que ellos creen que están arriba. Incluso sin los derivados del reconteo, porque la rectora dijo que era una especie de auditoría del 46% restante [nota: el primer 54% ya fue auditado el día de la elección]. Pero ellos dicen que si hacen un contraste entre los cuadernos de votación, las actas y las boletas, están convencidos de que ganan. Ahora la apuesta de la oposición es más complicada que eso.

-¿Cómo así? ¿Te refieres a un escenario de transición?

-Eso es más lejos, por ahora lo que tendría que demostrar la oposición es que las irregularidades afectaron el resultado. Más allá del recuento, hay 3.200 denuncias de lo que llaman “incidencias”, y la oposición va a buscar sustanciar esas denuncias para demostrar que sí tuvieron un efecto en resultado final. Y luego de ello deberán tratar de hacer elecciones parciales, como lo establece la ley, en las mesas donde se presentaron esos problemas. Esa es la estrategia técnicamente hablando, políticamente no sé cuál es.

-Aun cuando lo demuestren, no tiene por qué ser fácil llevar a cabo esas elecciones.

-No creo que gobierno lo acepte fácilmente. Ahora, me imagino que ellos están dando este paso previo a acuerdo. De algún modo gobierno y oposición han acordado lo que está pasando por presiones de muchos tipos, incluso internacionales. Yo creo que los propios miembros de Unasur le habrán dicho a Maduro, “mira, nos interesa que Venezuela esté claramente dentro del modelo democrático, entonces vas a tener que contar”. Eso lo concluyo a partir de las declaraciones de Rafael Correa en Alemania; dijo que él confiaba en el triunfo de Maduro pero que no le veía ningún problema a un recuento.

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-En estos días hemos estado viendo una guerra mediática en torno a la violencia supuesta o real que ha sacudido al país.

-Ha habido bolsones de violencia, pero también hay una estrategia de propaganda en desarrollo por las dos partes. Me llegó información de la ONG Provea, una de las más serias de DDHH en Venezuela, y dice que no han sido quemados los CDI como acusó el gobierno. Fue una cortina de humo o información falsa lanzada por organismos gubernamentales de información. “Sí hubo hostigamiento, agresiones verbales, pero que no son de la magnitud de un incendio o una destrucción física y que deben ser enérgicamente repudiados”, dice el comunicado de Provea.

La guerra mediática en Venezuela tiene mucho tiempo y ha tenido episodios de fabricación de información o de falsas noticias. Estamos viendo eso otra vez, pero muchas veces ha estado de lado y lado, y el gobierno lo ha usado como estrategia infinidad de veces. Ante la situación y con el afán de desacreditar a Capriles han intentado a instalar la matriz del fascismo, pero él ha sido muy hábil en deconstruirla.

-A Capriles se le ha visto en esta elección más agresivo, más decidido que en la de octubre. ¿Crees que esta es su hora?

-El 7 de octubre Chávez fue gran protagonista porque estaba de alguna manera actuando su despedida de manera épica. Sin embargo, la novedad fue el surgimiento de Capriles y el surgimiento de un liderazgo real y contundente. Chávez lo reconoció y dijo que Capriles lo había obligado a hacer campaña. En cierta medida Chávez preparó a Capriles para este momento. No preparó a Maduro. Este es el momento de Capriles, no hay duda.

-Desde el otro, se ve A Maduro disminuido al interior del chavismo: no fue capaz de asegurar el caudal de votación de Chávez, o sea, su campaña fue un fracaso.

Yo creo que Maduro es un poco víctima de su ambición y de la situación. Ellos hicieron un error de cálculo muy grande: creyeron que Chávez había construido un statu quo que les permitiría a ellos continuar sin la fuerza del caudillo. Pero fue incorrecto. Si hubieran actuado en el espíritu de las leyes les habría ido mucho mejor. Si no hubieran impuesto a Maduro como presidente-candidato, eso los hubiese obligado a resolver pugnas internas que están allí hace tiempo. Estas pugnas son entre Diosdado Cabello, que está en control de parte de la asamblea y representa a un sector económico muy fuerte, y tiene ascendente sobre el partido y sobre los militares, y el ala civil. Si hubieran resuelto eso y hubieran decidido competir en igualdad el resultado no hubiera sido tan adverso. Esas pugnas están ahí hace mucho tiempo y van a recrudecer y los chavistas le están reprochando a Maduro haber desperdiciado el capital político, pero creo que todo esto es un efecto de la forma como ellos plantearon el juego.

Maduro no es un buen candidato ni mucho ni menos, pero creo que achacarle la culpa a él es desmedido. Maduro no tiene una sintonía de líder con la gente, no sabe interpretar el sentimiento popular todavía. Chávez lo aprendió sobre la marcha. El Chávez que vimos morir es muy diferente al que tomó el poder el 98. Él se fue construyendo capa a capa, día a día. Llegar a acumular esa capacidad de comunicación y ese carisma no es cosa que se improvisar en dos meses. Todo lo que hizo Chávez en sus primeros años, entre 98 y 2006 fue nuevo. Lo que pasa ahorita tiene un aire de repetición, a deja vu. La gente está agotada de todo esto y lo que hemos visto es un voto de castigo contra la sordera del gobierno.

Autores

Carlos Tromben