Las protestas que llaman a un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff tenían lugar en cinco estados brasileños, frente a los 11 del martes, según la policía.

Sao Paulo. Una huelga de camioneros independientes se disipaba este miércoles en Brasil después de que el Gobierno elevó las multas por bloquear carreteras, ya que las autopistas operadas por el Estado federal se encontraban obstruidas en sólo cuatro puntos, mucho menos que los cerca de 20 del martes, dijo la policía.

Las protestas que llaman a un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff tenían lugar en cinco estados brasileños, frente a los 11 del martes, según la policía. La mayoría de la actividad se registraba en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, según la policía.

La asociación brasileña de productos porcinos y avícolas advirtió que los bloqueos carreteros en el sur podrían afectar las exportaciones en un momento crítico, pero las protestas aún no llegaban a Mato Grosso, el principal estado productor de granos de Brasil.

El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, dijo el martes que el Gobierno triplicaría las multas contra manifestantes a 5,6 millones de reales (US$1,5 millones) y que aplicaría penalidades a organizaciones de hasta 19 millones de reales por obstruir carreteras federales.

El Gobierno también autorizó el uso de la fuerza de seguridad nacional del país, un grupo de policías de élite desplegado durante emergencias civiles.

Los principales sindicatos de camioneros de Brasil no están participando en las protestas. Un grupo informal llamado Comando Nacional de Transporte, que ha estado organizando la acción por Internet, cuenta con más de 53.000 seguidores en Facebook.

El Gobierno ha dicho que sin exigencias concretas de los camioneros es difícil negociar con los manifestantes.

Los mismos camioneros frenaron los envíos a puertos durante dos semanas en octubre, cuando protestaron por los altos costos del diésel y los bajos salarios de los conductores.