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Campesinos salvadoreños buscan refugio en su propio país por amenazas de pandillas
Viernes, Septiembre 30, 2016 - 15:37

Unas 20 familias de una recóndita zona rural municipio de Caluco, 57 kilómetros al oeste de la capital, son los primeros desplazados forzosos oficiales por la oleada de violencia en El Salvador, país que el año pasado registró una de las tasas de homicidios más alta del mundo.

Caluco, El Salvador. Amenazados de muerte por pandilleros, decenas de campesinos salvadoreños se vieron obligados a abandonar hogares, cultivos y animales para buscar refugio en su propio país, una escena que parecía relegada a la triste memoria de la guerra civil que asoló la nación centroamericana entre 1980 y 1992.

Unas 20 familias de una recóndita zona rural municipio de Caluco, 57 kilómetros al oeste de la capital, son los primeros desplazados forzosos oficiales por la oleada de violencia en El Salvador, país que el año pasado registró una de las tasas de homicidios más alta del mundo.

Los campesinos, incluyendo ancianos y niños, fueron acogidos por la municipalidad de Caluco en un albergue improvisado después de ser amenazados por la mara Barrio 18, que había asesinado a uno de sus vecinos semanas atrás por negarse a colaborar con la pandilla.

"(Los pandilleros) mataron a mi hermano y decían que iban a terminar con toda la raza Barrientos", dijo una campesina de 40 años que prefirió no dar su nombre por temor a represalias. "Mi esposo dijo: 'la van a matar a usted también y me van a matar a mí'", agregó la mujer mientras lavaba la ropa de sus dos hijos a un costado del albergue.

La alcaldesa de Caluco, Blanca Orellana, dijo que este es el primer refugio que se habilita en el país para perseguidos por las pandillas, a las que el gobierno atribuye el auge de los asesinatos por su guerra territorial para controlar la extorsión, el sicariato y las ventas de drogas.

"Son agricultores que están hartos de las rentas (extorsiones) y las amenazas", dijo Orellana a Reuters, enfatizando en las limitaciones económicas con las que atienden a las al menos 87 personas que pernoctan en el albergue.

El desplazamiento de estas familias hizo recordar momentos de la guerra que enfrentó al Ejército con la guerrilla izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), un conflicto que dejó 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y decenas de miles de refugiados y expatriados.

El FMLN llegó al poder como partido político en 2009 liderado por el ex presidente Mauricio Funes, quién logró una fugaz y polémica tregua entre las principales pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha que hicieron descender el crimen.

Sin embargo, la ruptura del acuerdo en medio de posibles irregularidades investigadas por la Fiscalía inició una espiral de violencia que llevó al país a marcar un récord de 103 homicidios por cada 100.000 habitantes el año pasado, la más alta del mundo fuera de zonas de guerra.

El presidente Salvador Sánchez Cerén, veterano ex guerrillero del FMLN que sucedió a Funes en 2014, impulsa un plan de combate frontal a la violencia, con el despliegue de policías y militares en las calles y un mayor control en las cárceles del país.

Las autoridades dicen que han capturado a 35 miembros de Barrio 18 que amenazan a las familias e instan a los campesinos volver a sus hogares. Sin embargo, ellos aún tienen miedo.

Desperdigados en una cancha de baloncesto bajo improvisadas galeras, los campesinos duermen en colchonetas y se resguardan de la intemperie con precarias paredes hechas de bolsas plásticas negras sin saber cuándo volverán a sus hogares.

"Allá ha quedado maicillo, el frijol", expresó con tristeza la mujer. "Quizás el venado ya se lo comió", suspiró.

Autores

Reuters