Sin embargo, el éxito opositor en unas posibles presidenciales pasará por mantener unida a una coalición de fuerzas políticas de distintas tendencias que fue derrotada por Chávez en las recientes elecciones de octubre.
Caracas. Desde que el presidente venezolano Hugo Chávez enfermó de cáncer el año pasado, sus seguidores cerraron filas en torno a su líder y tildaron de "necrofílicos" y "vampiros" a los opositores que se atrevieran a hablar de su continuidad en el poder.
Pero luego de que el propio Chávez admitiera la gravedad de su enfermedad, los líderes de la oposición saben que tienen una nueva posibilidad de tentar el poder en elecciones anticipadas y poner fin a 14 años de socialismo.
Sin embargo, el éxito opositor en unas posibles presidenciales pasará por mantener unida a una coalición de fuerzas políticas de distintas tendencias que fue derrotada por Chávez en las recientes elecciones de octubre.
Pero aún antes de eso, debe lograr un buen resultado en las regionales del domingo.
Si logra mantener las siete gobernaciones de las 23 que la oposición controla en Venezuela será visto como un triunfo. La más emblemática es la de Miranda, donde busca la reelección su figura más fuerte, Henrique Capriles, ex candidato presidencial.
"Dentro de la unidad se están trabajando en todos los escenarios, pero una cosa es clara, el que decide es el pueblo venezolano, más nadie", dijo a Reuters la líder opositora María Corina Machado a su salida de una reunión con partidarios.
Chávez sorprendió el fin de semana en un mensaje a la nación al anunciar que debía ser operado nuevamente en Cuba por una recidiva del cáncer y designó al vicepresidente y canciller, Nicolás Maduro, como su potencial sucesor.
La noticia fue un baldazo de agua fría para los seguidores del militar retirado de 58 años quien ganó una nueva reelección para extender su período hasta el 2019.
La Constitución venezolana estipula que deben convocarse elecciones adelantadas si Chávez debe dar un paso al costado antes de asumir su nuevo mandato el 10 de enero o durante los primeros cuatro años del venidero Gobierno.
Las últimas encuestas antes de octubre revelaban que Capriles llevaba la delantera ante cualquier aliado de Chávez. La mayoría de sondeos más recientes lo ponen también por encima de su contrincante para Miranda, el ex vicepresidente de Chávez, Elías Jaua.
Analistas opinan que para mantener su estatus de líder opositor, es vital el triunfo del joven gobernador de 40 años en las regionales del domingo.
"Si Capriles gana las elecciones en Miranda es muy probable que el efecto lo mantenga como el líder mayoritario de la oposición y que sea su candidato. Pero si Capriles es derrotado, las probabilidades de que sea candidato son bajas y que sea un candidato fuerte, son más bajas aún. Es vital el triunfo en Miranda", opinó el analista político Luis Vicente León.
Los 6,5 millones de votos que logró recoger Capriles a pesar de la derrota en las presidenciales de octubre, representan la mayor votación histórica de la oposición desde que Chávez asumió por primera vez en 1999 para iniciar su revolución socialista.
Maduro v/s Capriles. Sin Chávez, el escenario más probable dibuja una elección polarizada entre Maduro y Capriles.
"Si comparas cara a cara a Maduro con Capriles, este último, sin duda, es un líder muchísimo más fuerte que ha logrado el 45% de los votos contra el líder máximo del partido (Chávez) que es más fuerte que cualquiera de sus seguidores", opinó León.
"Pero en un ambiente de emociones exacerbadas ya no estás comparando a Capriles con Maduro sino con la emocionalidad de la pérdida y la emocionalidad política es muy potente", agregó al recordar que la presidenta argentina, Cristina Fernández, elevó su popularidad tras la muerte de su esposo Néstor Kirchner y ello le permitió ganar cómodamente la reelección en el 2011.
Durante los 14 años que acumula en el poder, Chávez ha desviado gran parte de la enorme renta petrolera venezolana hacia decenas de subsidios para las clases más pobres, lo que le ha valido una fabulosa popularidad y un fiel apoyo electoral.
Y a pesar de que el arraigo popular sea difícil de transferir, Maduro, quien ha manejado los hilos políticos de Venezuela en el extranjero desde hace seis años, es bien visto por sus formas afables y su pasado humilde de chofer de autobús.
"No creo ni por un minuto que nuestro Comandante vaya a desaparecer físicamente. Pero en ese supuesto, yo voto por la persona que él diga. Él sabe mejor, yo cumplo órdenes. Si es Nicolás, así será", dijo Ezequiel López un campesino de 44 años de Barinas, el pueblo natal del mandatario.
Pero, pese a la bendición de Chávez, analistas han sugerido que la candidatura de Maduro no estaría garantizada dadas las innumerables pugnas internas del chavismo con el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, como principal agitador aunque públicamente ha demostrado lo contrario.
El mismo temor corre por los círculos opositores cuya unidad bajo el paraguas de la MUD -que agrupa una treintena de partidos de diversas tendencias- podría resquebrajarse sin el elemento cohesionador: el presidente Chávez.
La oposición tampoco demuestra públicamente sus fracturas y desvía el tema de una posible sucesión o elecciones adelantas.
"Esto no es Cuba, ni una monarquía donde hay un rey y entonces sube al trono el designado por él. En Venezuela, cuando una persona se separa de una posición, la última palabra siempre la tendrá nuestro pueblo", dijo Capriles.
