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Chile: Justicia acepta suspender caso contra soldados bolivianos
Jueves, Febrero 28, 2013 - 08:25

Los tres soldados bolivianos retenidos desde fines de enero en Chile no se declaran culpables ni están siendo expulsados, sólo se suspende el caso por un año, lapso en que ellos no deben volver a dicho país. Luego, se declarará su sobreseimiento.

En una reunión entre la defensa legal de los tres soldados bolivianos y la Fiscalía de Iquique, se acordó una suspensión condicional del proceso contra los militares y su inmediato retorno a Bolivia. El acuerdo será ratificado mañana, 1 de marzo, en una nueva audiencia judicial.

El acuerdo, al que llegó este miércoles por la tarde, derivó en la solicitud de una audiencia, para este viernes a las 10.00 hrs (local), en la que el Juzgado de Garantías de Pozo Almonte sólo deberá dar el “visto bueno” a este pacto, a fin de encaminar la salida inmediata de Chile de los conscriptos que fueron detenidos en la frontera el 25 de enero.

“La audiencia fue a petición del Ministerio Público aceptando la posición de los soldados en cuanto a que haya una solución de beneficio igualitario para los tres, que es la suspensión condicional del procedimiento. Esto no significa reconocer responsabilidad penal alguna, ni tampoco son expulsados del país”, explicó Roberto Celedón, abogado de los conscriptos.

El jurista chileno explicó que el lunes 25, en una primera audiencia judicial, esa medida ya había sido propuesta por la defensa de los conscriptos. La Fiscalía sólo aceptó aplicarla para dos de los soldados y planteó otro proceso contra el tercero (el conscripto que portaba un arma del Ejército boliviano en territorio chileno).

Recurso. En principio, el Ministerio Público chileno señaló que la suspensión condicional sólo iba a ser aplicada para los soldados Álex Choque Quispe y Augusto Cárdenas, quienes debían salir del país y no retornar por un año para que luego de ese tiempo la causa quede sobreseída, es decir, el caso quede sin efecto; además que se suspendía la investigación durante ese año.

En tanto, al tercer soldado, Luis Fernández Choque (quien portaba el fusil FAL, el día de su arresto), se le propuso someterse a un juicio abreviado, es decir, aceptar los hechos en la acusación y todas las pruebas presentadas por la Fiscalía a cambio de una pena de tres años y un día de prisión o la “expulsión” inmediata del país.

“Ahora la suspensión se aplicará para los tres. Esto implica un retroceso de la Fiscalía y lo hemos aceptado porque corresponde respetar el pedido de los soldados. El fiscal regional, Manuel Guerra, conocía nuestra posición y él me dijo que luego de una mejor reflexión (que hizo) sobre la situación, estima que la petición de los soldados es completamente razonable”, aseguró Celedón.

El abogado defensor estima que luego de la audiencia de mañana, los conscriptos saldrán de Chile según lo que dispongan las autoridades bolivianas en cuanto al tipo de transporte. Consultado al respecto, el fiscal Guerra dijo a La Razón que aún no podía emitir un criterio al respecto y que mañana recién lo haría.

Por su parte, el diputado del Partido Comunista de Chile (PCCh), Hugo Gutiérrez, señaló que se “cierra un capítulo” que la Justicia chilena “jamás” debió llegar hasta estas instancias.“El tema queda finiquitado y es el juez que sólo debe santiguarlo y darle el visto bueno. Ésta es la solución definitiva”, afirmó el parlamentario.

Alcalde y la bioceánica

‘Estamos bien, no nos falta nada’. El reportero de La Razón pasó las de Caín para lograr una declaración de los tres soldados. La frase más larga que pudo obtener, pero también la más significativa, fue la de: “Estamos bien, más tranquilos. No nos falta nada”, pronunciada con una sonrisa en los labios por el soldado Álex Choque. Los otros dos se limitaron a secundarlo con un movimiento de cabeza.

Y es que —se entiende— los soldados no salían del sí o del no debido a la estricta orden de que no deben emitir ninguna opinión sobre su caso u otro tema, ya que “todo lo que digan podría ser usado en su contra”.

Pese al escaso diálogo, Álex Choque, Augusto Cárdenas y José Luis Fernández dijeron sentirse más tranquilos, menos estresados y presionados que cuando estaban tras las rejas en el penal de Alto Hospicio, vistiendo ropa de preso y enmanillados. Ahora, con ropa civil, dieron a entender que están con la moral en alto representando al Estado boliviano. Ayer, recorrieron algunas calles de Iquique; fueron al aeropuerto para despedir a su abogado, Matías Coll. Todo el tiempo estuvieron con su oficial superior.

Denuncian acto hostil contra los conscriptos. Pasada la medianoche del martes, encapuchados hicieron estallar dos explosivos de baja intensidad (matasuegras) ante la casa del diputado del Partido Comunista de Chile, Hugo Gutiérrez, domicilio legal de los tres soldados bolivianos que salieron de la cárcel el lunes, bajo medidas sustitutivas.

“Lanzaron los dos explosivos, al parecer eran una especie de petardos o matasuegras que estallaron muy fuerte. Era pasada la medianoche y escuchamos ruidos muy fuertes. Uno fue lanzado cerca de la puerta de calle y el otro en el techo, despertamos y sentimos el olor a pólvora”, detalló el diputado y anfitrión Gutiérrez.

De inmediato, el legislador chileno comunicó el hecho a Carabineros, cuyos uniformados llegaron al lugar para levantar un informe preliminar. Una hora después, aún de madrugada, el legislador acudió a la Comisaría de Iquique donde sentó la denuncia.

Pese a la corta distancia entre la explosión y los ventanales de la fachada, ningún vidrio se quebró. Los soldados, que duermen en la parte trasera del recinto, no sintieron el estruendo y se enteraron del hecho sólo hasta la mañana de ayer cuando la esposa del legislador les contó lo ocurrido.

“Una vecina nos relató que eran tres hombres adultos de negro, tal vez encapuchados, que encendieron (los explosivos) y lanzaron a la casa”, afirmó Gutiérrez. Rosita Felipe, la trabajadora del hogar en la casa, relató que cuando oyó las explosiones, en la oscuridad corrió a la habitación de los soldados y verificó que estaban profundamente dormidos.

Cerca de las 09.30, luego de que los uniformados desayunaron leche con pan, mantequilla y mermelada, sin dar mayor importancia al incidente, volvieron a su habitación a la espera del cónsul de Bolivia en Iquique, Raúl Ruiz.

Autores

LaRazón.com