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Colombia, Venezuela y EE.UU.: fantasías que nos cuentan
Lunes, Febrero 15, 2010 - 12:40

¿Es verosímil la denuncia delpresidente Chávez, según la cual la presencia militar estadounidense en basescolombianas sería el preámbulo de una invasión a su país para apoderarse delpetróleo venezolano?

No, no lo es. En primer lugar, porqueel acuerdo entre Colombia y los Estados Unidos establece que no puede haber másde 800 soldados estadounidenses a la vez en ese país, ni más de 600contratistas privados, lo cual no representa precisamente una fuerza de invasión.En segundo lugar, porque el acuerdo no permite operar desde territoriocolombiano aviones caza o bombarderos, es decir, naves de combate. Por último,dos tercios de las exportaciones venezolanas de petróleo se destinan al mercadode los Estados Unidos: no queda claro por qué ese país habría de invadirVenezuela para apropiarse de un recurso que obtiene sin problemas por víacomercial.

Pero el que no haya una invasión enciernes, no implica que la presencia militar estadounidense en Colombia no pretendaproducir efectos regionales en materia de seguridad: lo admitió el ministro de Defensacolombiano cuando sostuvo que, además de sus fines declarados, la presenciamilitar estadounidense cumplía un propósito disuasivo frente a Venezuela.

Pero si uno de sus propósitos es ladisuasión, podría al menos argumentarse que mientras Venezuela no albergueintenciones hostiles hacia Colombia, no tendría por qué temer la presencia militarestadounidense en ese país.

El problema, sin embargo, es que elacuerdo de seguridad entre Colombia y los Estados Unidos tiene además otrospropósitos: derrotar a las FARC y combatir el narcotráfico. Y mientras elgobierno de Colombia acusa al de Venezuela de complicidad con las FARC, el delos Estados Unidos lo acusa de falta de cooperación en el combate alnarcotráfico. Y dado que el acuerdo sí permite que naves que recopilaninformación de inteligencia (Vg., los Awacs) operen en el espacio aéreocolombiano para cumplir con esos objetivos, ello podría tener implicancias deseguridad para Venezuela.

Recordemos por ejemplo que el gobierno ecuatorianosostiene que la información que permitió a las fuerzas colombianas atacar unblanco de las FARC en su territorio, provino de naves estadounidenses queoperaban desde la base de Manta en el Ecuador.

Por lo demás, la presencia militarestadounidense en el entorno de Venezuela no se limita a las naves queoperarían en Colombia. Además de esa presencia, al oeste de Venezuela, losEstados Unidos tienen también bases militares a muy pocas millas al norte deVenezuela (en Aruba y Curazao), para no mencionar otras bases en el Caribe. Yla reactivación, tras 58 años, de la Cuarta Flota de la marina de los Estados Unidos, si bien no implicaen lo inmediato un incremento sustancial en el número de naves, tiene comopropósito esencial patrullar y recopilar información en la zona del océano Atlánticoadyacente a los países ribereños del Caribe y América Latina (lo cual incluyela costa este de Venezuela). La única zona cercana a Venezuela sin presencia militarestadounidense sería entonces su frontera sur, y ello sencillamente porque elEstado brasileño no la toleraría.

Nada de ello implica por cierto quelos Estados Unidos se estén preparando para invadir Venezuela. Pero sí implicaun mensaje claro para el gobierno de Hugo Chávez: en primer lugar, que estásiendo vigilado de manera exhaustiva. En segundo lugar, se trata de unaadvertencia: cualquier aventura militar que pudiera concebir (probablemente unamaniobra diversionista de intensidad y escala menores, antes que una guerra), podríainvolucrar no solo a Colombia.

Alguien podría alegar que éste último es unescenario probable, dado que el gobierno venezolano pretende proyectar poderío sobrela región, y que simultáneamente atraviesa por graves problemas internos. Elpunto es que, salvo por el desliz del ministro de Defensa colombiano, losgobiernos de Colombia y los Estados Unidos no sostienen ese tipo de argumentos enpúblico. E intentan en cambio persuadirnos sobre la nobleza de sus intenciones,con historias dignas de la literatura de fantasía.