El primer obstáculo que enfrentará el presidente electo Nayib Bukele, será precisamente superar la resistencia de las fuerzas mayoritarias en la Asamblea Legislativa, donde su partido GANA y sus aliados apenas cuentan con 11 asientos de un total de 84 escaños.

San Salvador. El próximo gobierno de El Salvador, liderado por el joven empresario Nayib Bukele, enfrentará un Congreso dividido y un déficit de financiamiento, que podrían poner en jaque sus propuestas electorales para impulsar proyectos de infraestructura y combatir la corrupción.

Bukele arrasó en las elecciones de este domingo capitalizando el descontento con las dos fuerzas políticas tradicionales, que durante tres décadas se alternaron el poder sin solucionar la violencia de las pandillas y la pobreza que cada año generan un éxodo de migrantes hacia Estados Unidos.

Tras una campaña en la que arremetió contra sus adversarios del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en el poder, y la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), los llamó a unirse para mejorar las condiciones en la pequeña nación centroamericana.

"Vamos a construir gobernabilidad y vamos a trabajar con todas las fuerzas políticas", dijo el exalcalde capitalino de 37 años en un discurso la noche de este domingo luego de proclamarse como presidente electo.

Sin embargo, su primer obstáculo será precisamente superar la resistencia de las fuerzas mayoritarias en la Asamblea Legislativa, donde su partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y sus aliados apenas cuentan con 11 asientos de un total de 84 escaños.

La conformación actual del Congreso unicameral es producto de las elecciones legislativas del año pasado, y se mantendrá así hasta el 2021. El periodo presidencial tiene una duración de cinco años.

"Se va requerir de un diálogo, pero más allá del diálogo, de un verdadero marco de acuerdos que visualicen hacia dónde se quiere llevar al país", dijo Reuters Ramón Villalta, director del centro de análisis político Iniciativa Social para la Democracia.

Con una de las tasas de crecimiento económico más bajas de la región, El Salvador tiene una deficiente recaudación fiscal por lo que suele recurrir al endeudamiento para completar la mayoría de sus programas, pero su aprobación requiere el voto de más de dos tercios de los parlamentarios.

Bukele hasta ahora no ha dicho claramente cómo va a hacer para fondear la mayoría de sus proyectos, entre ellos, construir un aeropuerto y un sistema de trenes en una de las zonas más pobres del país, y que requerirían grandes cantidades de inversión.

"Lo más probable es que haya un ahogamiento financiero", comentó el economista César Villalona.

Otra de sus grandes propuestas es instalar una misión internacional contra la impunidad similar a la que ha ayudado al gobierno de Guatemala a procesar a decenas de políticos corruptos, pero su creación requiere del aval de la Asamblea que ve en el proyecto una amenaza a la soberanía.

"Yo ya he dicho que si me quieren imponer una agenda de la derecha aplastante después de que entreguemos el gobierno el 1 de junio, yo voy a salir a calle" a protestar, dijo la líder de los diputados del FMLN, Nidia Díaz, quien fue comandante de la guerrilla durante el conflicto armado entre 1980 y 1992.