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Conozca la carta que los indígenas del Cauca escribieron al líder de las FARC
Domingo, Mayo 12, 2013 - 17:53

Organizaciones indígenas del norte del Cauca señalaron a las FARC como las responsables intelectuales de un plan militar destinado a asesinar de manera selectiva a varios de los comuneros indígenas.

El pasado lunes 29 de abril, en carta dirigida a alias Timoleón Jiménez o Timochenko, máximo comandante de las FARC, las comunidades indígenas del norte del Cauca –reunidas en el resguardo de San Francisco, en Toribío, y agrupadas en la Asociación de Cabildos Indígenas (ACIN), el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC)- le reclamaron por el plan sistemático de exterminio físico y cultural que desde hace varios años ha promovido el grupo guerrillero.

En la dura misiva, anunciaron la condena de seis miembros de sus mismas comunidades por los delitos de asesinato y, a su vez, señalaron a las FARC como las responsables intelectuales de un plan militar destinado a asesinar de manera selectiva a varios de los comuneros indígenas. Y, en este sentido, dieron a conocer el plan de la guerrilla para acabar con el movimiento indígena colombiano, una de cuyas estrategias es utilizar a integrantes de dichas comunidades, a quienes previamente han preparado para que cumplan con supuestos “propósitos militaristas revolucionarios”.

“Preparan política y militarmente a sus unidades para enfrentar al movimiento indígena, generando y auspiciando al interior de las comunidades grupos organizados denominados ‘avelinos’ o ‘reservas campesinas’, entre otros. El único fin es el dominio territorial, ideológico, político y hegemónico para obstruir el desarrollo de nuestras organizaciones propias. Otra de las estrategias de estas organizaciones paraguerrilleras ha sido la económica, aprovechándose de la necesidad de las comunidades y comprando conciencia a los comuneros, ofreciendo préstamos e impulsando proyectos productivos que buscan romper la estructura de los cabidos indígenas”, señala la carta.

Según las organizaciones indígenas del norte del Cauca, desde hace más de una década, uno de los ideólogos en la región de las FARC conocido con el alias de Matías, mediante un documento visibilizó el plan de las FARC: “un plan de exterminio sistemático, físico y cultural. Cualquier pretexto de organización es necesario para lograr la revolución. Este es un argumento bajo, que crea desordenes en las comunidades indígenas y así querer lograr supuestos cambios estructurales. Por eso hoy en las comunidades son los milicianos los mayores impulsadores del desorden en torno a la autoridad tradicional”, dicen.

Y agregan: “han entrenado a nuestros propios comuneros y los han convertido en sicarios de las comunidades y de las muertes selectivas, asesinatos preconcebidos, con el aval de los ideólogos de la guerra fariana. Ha sido una estrategia militar de esta autodenominada organización revolucionaria, quien dentro del marco de su estrategia militar ha asesinado a la esencia del movimiento indígena, nuestros The Walas -médicos tradicionales- e igualmente dan golpes sicariales a líderes comunitarios que defienden nuestra organización. Pretende las FARC dentro de su plan de exterminio, miedo y terror, destruir a las comunidades indígenas”.

Los indígenas del norte del Cauca señalan que la guerrilla les ha declarado la guerra en la lucha por la pervivencia, autonomía territorial y gobierno propio que ellos están construyendo. Y señalan: “esto genera en las FARC un problema grave que les impide ordenar y mandar en nuestra comunidad. El movimiento indígena, en el marco de la resistencia y representado por la comunidad, generó en cada comunero identidad, respeto y autoridad a lo propio que choca con el querer de las FARC, quienes en algún momento histórico pretendieron manipular nuestra organización comunitaria”.

“Al ver su derrota político en nuestras comunidades, ellas pretenden exterminar al movimiento indígena colombiano política y militarmente (…) Hoy vemos con preocupación acciones que desequilibran la armonía territorial y la convivencia”, dice la carta dirigida a Timochenko, en la que además se denuncia que la guerrilla está comprando tierras en los resguardos y entregándoselas a personas ajenas a la organización indígena, al tiempo que le ofrecen teléfonos celulares, plata y armas a los jóvenes indígenas, como opción de incentivo para que entren a formar parte de la organización subversiva.

Asimismo, las autoridades indígenas nortecaucanas denuncian en la misiva que hay organizaciones políticas proclives a las FARC que tienen como estrategia tratar de desprestigiarlas, generando en los organismos internacionales un ambiente de desinformación y de exterminio para acabar con nuestro proceso organizativo. “Nuestra organización ha dialogado con la insurgencia planteándoles las preocupaciones que hoy expresamos con respeto en la palabra, la respuesta de parte de las FARC ha sido con la mentira y los asesinatos a nuestros comuneros y comuneras, entre ellos los médicos tradicionales”.

Precisamente este domingo, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su preocupación por el asesinato selectivo y continuo de miembros del pueblo Nasa en el Cauca. “Durante el año 2012, la Oficina recibió información sobre 48 asesinatos selectivos. Entre enero y abril de 2013, la Oficina cuenta con información sobre ocho homicidios más, e indicios de que cinco de esos crímenes habrían sido perpetrados por las FARC”, señaló.

Y precisamente corroborando las denuncias sobre el tema de los médicos tradicionales, la Oficina de las Naciones Unidas reveló que desde el segundo semestre de 2012, cuatro de ellos fueron asesinados.

Todd Howland, representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derecho Humanos, advirtió que los indígenas del Cauca están siendo asesinados y no cuentan con la protección suficiente por parte del Gobierno: “El Estado conoce la propuesta de medidas de protección colectivas presentada por los pueblos indígenas del Cauca y basada en el reconocimiento y fortalecimiento de la Guardia Indígena. Ha pasado mucho tiempo y hay demasiadas víctimas. Hoy ante la gravedad de la situación, es necesario que el Estado tome acciones urgentes”, dijo.

“Llamamos al Estado a que cumpliendo con su obligación de garantía y protección de los derechos humanos trabaje con las autoridades indígenas para hacer efectivo el reconocimiento y fortalecer las capacidades de la Guardia Indígena con el fin de mejorar la protección del pueblo Nasa”, concluyó Howland.

Autores

ELESPECTADOR.COM