"LCD para todos" acompaña a iniciativas similares como "Carne para todos" y "Merluza para todos", en las cuales camiones venden carne y merluza a precios bajos en las zonas más pobres de Buenos Aires.
Buenos Aires. Cuando la presidenta de Argentina, Cristina Fernández reveló el mes pasado que se presentaría para la reelección, ese anuncio estuvo acompañado por la presentación del programa "LCD para todos".
La iniciativa, que pretende ayudar a miles de argentinos a comprar televisores de pantalla plana con préstamos de bajo costo, es parte del plan de la presidenta Cristina Fernández para mantener alto el consumo y lograr el apoyo de votantes de bajos ingresos antes de las elecciones del 23 de octubre.
"LCD para todos" acompaña a iniciativas similares como "Carne para todos" y "Merluza para todos", en las cuales camiones venden carne y merluza a precios bajos en las zonas más pobres de Buenos Aires, donde la alta inflación está erosionando el poder de compra.
Los programas fueron diseñados para disminuir el impacto de la fuerte alza en los precios en la tercera mayor economía de América Latina. Han sido bien recibidos por argentinos de bajos ingresos que están dispuestos a esperar en largas filas para comprar los bienes subsidiados.
Economistas privados y políticos opositores tildaron las iniciativas como estrategias electorales populistas que tendrán poco efecto sobre la inflación de dos dígitos.
El Gobierno no ha dado a conocer el costo de esos programas. Algunos opositores dicen que beneficiarán a los empresarios alimenticios con lazos cercanos al partido peronista gobernante.
"Esto es como las computadoras con los chicos: no podemos de repente ir con los millones de televisores. Esto va a ser en un procedimiento que nos va a demandar un tiempo", dijo Fernández durante el anuncio del programa.
Con una amplia ventaja en las encuestas de opinión, Fernández presentó a inicios de esta semana los programas para ofrecer leche, queso, yogur y cerdo a bajos precios, "Cerdo para todos" y "Lácteos para todos", algo que generó críticas de la oposición a tres meses de las elecciones presidenciales.
"Ya quedó demostrado que este tipo de medidas no son más que marketing de campaña (...) Poner algunos camiones en la plaza dando cerdo y leche no es plan, es publicidad", dijo el diputado opositor Christian Gribaudo.
Impacto inflacionario. Fernández rechaza la política monetaria ortodoxa como una manera de controlar la inflación que economistas estiman en más del 20%. Ha utilizado acuerdos de precios e impuestos a las exportaciones para intentar bajar los costos.
Funcionarios del Gobierno responsabilizan a las cadenas minoristas y grandes empresas por la inflación. El Gobierno ha buscado silenciar a economistas cuyas estimaciones más que duplican las desacreditadas cifras oficiales.
A pesar de la fuerte alza de precios, las encuestas de opinión muestran que los argentinos están más preocupados por la inseguridad que por la inflación, en momentos en que la economía creció un 9,2% el año pasado.
Sin embargo, planes como "Carne para todos" y "LCD para todos" son una señal de que la presidenta está preocupada por el impacto de la inflación en las personas de bajos ingresos, una parte clave de su base de apoyo.
Los pensionados serán los primeros en beneficiarse de los créditos otorgados por el estatal Banco Nación, algo que les permitirá comprar televisores LCD en 60 cuotas con una baja tasa de interés.
Muchos jubilados dicen que sus pensiones no se han actualizado con la inflación a pesar de una serie de aumentos.
La mayoría de analistas económicos dice que la mejor manera de controlar la inflación sería recortar el gasto público, que hoy crece a una tasa del 30% anual, y además ponerle un freno al crecimiento de la economía.
"El Gobierno trata de impulsar este tipo de programas en la provincia de Buenos Aires donde se juega la elección nacional", dijo el analista económico Jorge Todesca, quien además se presentó este mes como candidato a jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
"Son programas con volúmenes reducidos, que difícilmente pueden cambiar la tendencia de la inflación", agregó.
Para los consumidores más pobres, el programa de carne más barata es una ayuda para los costos alimenticios de la semana.
La carne "tendría que ser de mejor calidad, pero tendría que ser también más barata. La calidad es regular (...) Pero si no fuera por este programa no podría comprar carne", dijo Carlos Gómez, de 46 años, al lado de un camión de "Carne para todos". Reveló que planea votar por Fernández en octubre.
