Que Cuba asuma la presidencia de la Celac marca todo un cambio de época, dijo la presidenta argentina Cristina Fernández, en una referencia que evidenció la nueva realidad latinoamericana, con un Estados Unidos ausente.

Cuba, que por varias décadas quedó aislada y hostigada, reafirmó ahora su reinserción regional al asumir esta semana la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuya Cumbre sesionó en Santiago de Chile.

La isla, que sufre un duro bloqueo desde hace más de medio siglo por parte de Washington, asumió la dirección temporal de la organización, la primera entidad de concertación y cooperación que reúne a todos los países de América Latina y el Caribe, sin la participación de Estados Unidos y Canadá.

Para Cuba resulta muy atractiva esa independencia de Washington de la Celac, cuya presidencia temporal ejercerá hasta comienzos de 2014 el presidente, Raúl Castro, junto a sus pares Sebastián Piñera, de Chile, y Laura Chinchilla, de Costa Rica.

Por decisión de la Cumbre santiaguina, a esa troika se unirá el mandatario de Haití, Michel Martelly, quien encabeza este año la Comunidad del Caribe (Caricom).

"Asumimos el compromiso de trabajar por la paz, la justicia, el desarrollo, la cooperación, el entendimiento y la solidaridad entre los latinoamericanos y caribeños", dijo Castro tras ocupar el lunes la presidencia de la organización, luego de señalar que la unidad regional parte de reconocer la diversidad existente en el área.

Precisamente, el gran reto es hacer avanzar hacia la concertación y el consenso con la vista puesta en la integración, a una comunidad diversa y con diferentes signos políticos e ideológicos.

El grupo, formado por los 33 países de la región, comenzó a tomar cuerpo en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo efectuada en 2008, en Brasil, a la que siguió una segunda edición en febrero de 2010 en México, donde se decidió constituir la Celac, fundada oficialmente en un encuentro de fines de 2011, en Caracas.

Desde un inicio, la isla estuvo presente en el proceso de nacimiento del grupo como posibilidad de defender una integración independiente de Estados Unidos, que se hizo evidente en junio de 2009, cuando rechazó solicitar su reingreso a la Organización de los Estados Americanos (OEA).

En esa fecha, la OEA derogó por consenso una resolución que suspendió a Cuba a instancias de Washington, en 1962, después de que la isla proclamara el carácter socialista de la Revolución que había triunfado en 1959.

Fortalecer, expandir y armonizar esos organismos y agrupaciones es el camino escogido por Cuba; no la peregrina ilusión de regresar a una organización que no admite reforma y que ya ha sido condenada por la historia, afirmó Castro al comparar la Celac con la OEA.

Durante la Cumbre de la Celac, y la que ese grupo celebró con la Unión Europea, Castro mantuvo intercambios con los mandatarios de Chile, Sebastián Piñera; de México, Enrique Peña; de Costa Rica, Laura Chinchilla; y de Colombia, Juan Manuel Santos, entre otros de América Latina y el Caribe, y con algunos representantes de países europeos.

Que Cuba asuma la presidencia de la Celac marca todo un cambio de época, dijo la presidenta argentina Cristina Fernández, en una referencia que evidenció la nueva realidad latinoamericana.

Que Sebastián Piñera, presidente de Chile, le transmita la presidencia pro tempore a Raúl Castro, presidente de Cuba, refleja los tiempos que corren, agregó la mandataria al aludir a la tolerancia que se ha alcanzado en América Latina después de los años de la Guerra Fría.

El reencuentro de Cuba con la región ha sido favorecido por la llegada al poder en las últimas décadas de gobiernos de izquierda, presididos en algunos casos por ex guerrilleros, como Dilma Rousseff, en Brasil; José Mujica en Uruguay; Daniel Ortega, en Nicaragua, o líderes populares como Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador, y Hugo Chávez en Venezuela.

La isla también está desempeñando un papel importante en las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, con las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Cuba, que desarrolla un gran programa de cooperación con naciones del Sur, también pertenece desde su fundación a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), integrada por Venezuela, Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y Granadinas.

La Habana mantiene además una estrecha y activa relación política y de colaboración con la Comunidad de Estados del Caribe.