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Despiden en México a líder emblemático del movimiento estudiantil de 1968
Lunes, Septiembre 29, 2014 - 05:11

Raúl Álvarez Garín, protagonista principalísimo de lo ocurrido en el Movimiento Estudiantil de 1968, que tuvo su clímax el 2 de octubre con la matanza de Tlatelolco, fue un luchador incasable por la justicia y la verdad histórica.

Excelsior.com.mx. La muerte de Raúl Álvarez Garín, líder emblemático del movimiento estudiantil de 1968, congregó este sábado a decenas de dirigentes sociales y políticos de izquierda de diferentes generaciones.

Personajes como Salvador Martínez della Rocca, Jesús Martín del Campo, Félix Hernández Gamundi, Ifigenia Martínez, Javier González Garza, Gilberto Guevara Niebla, Pablo Gómez y Alejandro Encinas, por mencionar sólo a algunos de ellos, se dieron cita en los velatorios del ISSSTE, ubicados en avenida San Fernando, para despedir, después de 15 largos meses de lucha contra el cáncer, a quien calificaron sin dudar “como ejemplo de lucha democrática, congruencia y honestidad”.

Uno de los primeros en llegar a la capilla donde el ataúd de Álvarez Garín estaba cubierto por flores blancas y la bandera del Comité de Huelga del 68, fue el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, para quien el deceso de Álvarez Garín se traduce en una gran pérdida para el país y para la izquierda, porque fue un hombre que no sólo luchó por el respeto a los derechos humanos y libertades democráticas, sino porque también debe reconocérsele su esfuerzo por la educación pública en México.

En el mismo sentido se expresó Pablo Gómez, quien junto con Álvarez Garín participó en el movimiento estudiantil y fue detenido en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968.

"Casi muere el mismo día del aniversario de la marcha, él fue detenido en la plaza, después conducido a Santa Martha y de ahí a la prisión militar. Ahí estábamos nosotros en la prisión militar, pero nunca lo vimos a él; cuando fuimos llevados a Lecumberri no aparecía él por ningún lado, todavía lo retuvieron más tiempo en el campo militar”, recordó al exhortar a las nuevas generaciones a retomar su ejemplo respecto a no tolerar la represión política.

Previo a retirarse del lugar, el ex jefe de Gobierno capitalino Alejandro Encinas aseguró que la partida de Álvarez Garín no sólo es una pérdida para la generación del movimiento estudiantil de 1968, sino también para la izquierda mexicana y para las nuevas generaciones.

Por su parte, Félix Hernández Gamundi, uno de los personajes más cercanos a Garín y que impulsó junto con Jesús Martín del Campo el enjuiciamiento del ex presidente Luis Echeverría por la masacre estudiantil del 2 de octubre, estimó que la gran aportación de su amigo y compañero de lucha es, sin duda, “la férrea voluntad” de que hechos de esa naturaleza no quedaran en la impunidad.

Se nos fue en 15 minutos. “Se fue con mucha paz; no sufrió, simplemente empezó a tener dificultades para respirar y en 15 minutos ya se había ido”, dijo María Emilia Caballero al narrar cómo fueron los últimos instantes de vida de Raúl Álvarez Garín, quien por 20 años fuera su esposo.

A pesar de la enfermedad, dijo que ya fuera en la cama de su casa o en el hospital, su esposo siempre estuvo lúcido y se mantenía atento a los acontecimientos más relevantes en el país.

Además de su esposa, a Álvarez Garín le sobreviven sus tres hijos, Raúl, Manuela y Santiago.

Incansable buscador de la verdad. Raúl Álvarez Garín, protagonista principalísimo de lo ocurrido en el Movimiento Estudiantil de 1968, que tuvo su clímax el 2 de octubre con la matanza de Tlatelolco, fue un luchador incasable por la justicia y la verdad histórica y no la oficial, sobre lo ocurrido hace 46 años en la Plaza de las Tres Culturas.

Álvarez Garín (murió el viernes pasado víctima de cáncer) fue representante ante el Consejo Nacional de Huelga por la Escuela de Físico-Matemáticas del Politécnico Nacional, durante el Movimiento Estudiantil. Estuvo preso en el Campo Militar número Uno y en la penitenciaría de Lecumberri pasó encerrado dos años y siete meses, de los 16 a los que había sido condenado por un juez.

A su salida de la cárcel estuvo exiliado en Chile y luego se convirtió en periodista. Fundó la revista Punto Crítico y más recientemente participaba en el informativo Corre la Voz.

La lucha del Álvarez Garín no comenzó con el movimiento del 68 ni terminó ahí. En la década de los cincuenta Raúl Álvarez participó en los movimientos del profesor Othón Salazar y también en los movimientos ferrocarrileros de Valentín Campa y Demetrio Vallejo, así como en la construcción de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos en mayo de 1963, en Morelia, Michoacán.

Su lucha siguió de largo. También estuvo en el Jueves de Corpus de 1971, donde los llamados Halcones (grupo de choque del gobierno) también asesinaron a decenas de estudiantes, que habían participado o que eran parte de la concientización que despertaron los estudiantes de 1968.

Autor de La estela de Tlatelolco (un texto de reconstrucción histórica del movimiento estudiantil), Álvarez Garín pasaba horas leyendo y releyendo expediente y notas periodísticas de la época en la sede del Comité 68 Pro Libertades Democráticas, que él y sus camaradas de lucha fundaron en 2000 con la idea de que se conociera la verdad de lo ocurrido en la víspera de los Juegos Olímpicos de 1968, celebrados en la Ciudad de México. Siempre buscando dónde estaban las inconsistencias de la verdad oficial.

Álvarez Garín era un libro abierto para quien quisiera consultarlo y escucharlo. Junto con su inseparable Ana María Muñoz, en la casona de San Luis Potosí, en la colonia Roma, Raúl permitía a reporteros como David Aponte, Héctor de Mauleón y el que escribe que repasaran una y otra vez fotografías y documentos para distintos trabajos hechos en la revista Cambio, que en México fundó el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.

Fue el propio Álvarez Garín una de las fuentes consultadas para un reportaje en esa revista en la cual se sembró la hipótesis de que en la fosa común del Panteón Civil de Dolores habían sido depositados los restos de algunos de los muertos que hubo el 2 de octubre de 68 en la plaza de las Tres Culturas. O también que más de alguno de los participantes en la refriega con las autoridades habían quedado en las calles en calidad de indigentes.

Álvarez Garín, hijo de Manuela Garín y Raúl Álvarez, siempre fue un hombre de izquierda. Participó en la lucha electoral dentro de las filas del PRD, del que fue fundador y llegó a ser diputado, pero las diferencias con la burocracia partidista del perredismo lo alejó de esa tarea.

Debido a la insistencia de Álvarez Garín, el gobierno del presidente Vicente Fox creó la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), que condujo Ignacio Carrillo Prieto.

De no haber sido por Álvarez Garín y sus camaradas del Comité 68, la fiscalía de Carrillo Prieto no hubiera enjuiciado al ex presidente Luis Echeverría Álvarez y a otras 55 personas más, entre ellos Miguel Nazar Haro y Luis de la Barreda Moreno.

El Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano otorgó este año a Raúl Álvarez Garín el premio Amalia Solórzano, como un reconocimiento al compromiso del activista con las luchas sociales, las libertades democráticas, la verdad y la justicia. La ceremonia se realizó el pasado 10 de julio, pero el físico-matemático ya no pudo estar para recibirlo, su salud era delicada entonces. El viernes, a los 73 años, murió.

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Excelsior.com.mx