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Dos carros bomba en Colombia ponen entre las cuerdas el proceso de paz
Miércoles, Febrero 6, 2013 - 06:22

El primero de los vehículos estalló a las afueras del corregimiento de El Palo, perteneciente a la población de Caloto, en el convulso Cauca (suroeste), una zona donde se suceden de forma habitual enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército.

Bogotá, EFE. El estallido de dos carros bomba en la región colombiana del Cauca supuestamente activados por las FARC y los intensos combates con el Ejército, sucesos que dejaron este martes dos muertos y dos heridos, pusieron en el ojo del huracán el proceso de paz entre esa guerrilla y el Gobierno de Juan Manuel Santos.

El primero de los vehículos estalló a las afueras del corregimiento de El Palo, perteneciente a la población de Caloto, en el convulso Cauca (suroeste), una zona donde se suceden de forma habitual enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército.

Y el segundo fue detonado simultáneamente en un surtidor de agua que abastece a esa zona del suroeste de Colombia.

Un comunicado de la Fuerza de Tarea Apolo, divulgado entrada la noche del martes, resaltó que la intervención de la Fuerza Pública evitó que la tragedia fuera mayor.

"Gracias a los puestos de control militar se logra evitar una tragedia de mayores consecuencias que afectarían a la población civil de esta zona", aseguró la institución castrense, al apuntar que, al parecer, los autores del atentado pretendían hacer estallar uno de los carros bomba en el centro urbano de Caloto.

Por su lado, un integrante de la Fuerza de Tarea Apolo, perteneciente a las Fuerzas Militares, explicó a Efe que las víctimas son un civil, al parecer el que conducía el vehículo con los explosivos, y un soldado, quien perdió la vida en un choque con guerrilleros inmediatamente después del estallido del carro bomba y en ese mismo lugar.

Esos sucesos dejaron además a otros dos heridos. Así lo precisó el portavoz militar: "el soldado murió en combates y los otros dos soldados también resultaron heridos en esos combates y no fue por causa del carro bomba".

A estos hechos, que pusieron hoy entre las cuerdas el diálogo de paz entre el Gobierno y las FARC, se sumó la incertidumbre en torno a dos alemanes que el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda mayor guerrilla de Colombia, tiene supuestamente secuestrados, tal y como lo comunicó ayer ese grupo subversivo.

El Ministerio alemán de Relaciones Exteriores afirmó desde Berlín que "todo indica que dos ciudadanos alemanes se hallan actualmente privados de su libertad en Colombia", sin atreverse a confirmar el secuestro.

Y una portavoz de la Embajada de Alemania en Bogotá indicó a Efe que los dos germanos, Breur Uwe y Breuer Günther Otto, son jubilados e ingresaron a Colombia con visado de turistas.

Los alemanes se suman a otros tres extranjeros y tres colombianos que fueron hechos cautivos por el ELN el pasado 18 de enero en el caserío Norosí, departamento de Bolívar (norte).

Se trata de los geólogos peruanos Javier Leandro Ochoa y José Antonio Mamani, del canadiense Jernot Wober y de los colombianos William Batista y Manuel Zabaleta, además de un tercero cuya identidad no ha sido facilitada, todos ellos trabajadores de la minera Geo Explorer.

En medio de este panorama, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, expresó hoy su confianza en que el diálogo de paz con las FARC, iniciado en noviembre en La Habana, entregue resultados este mismo año, al exhortar al país a dejar "los odios a un lado".

"Si hay voluntad, yo tengo fe que este año vamos a lograr la paz", insistió el presidente en medio del escepticismo que crece en Colombia en torno al proceso de paz.

El máximo líder de esa guerrilla, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", lo hizo ayer, al defender las negociaciones y asegurar que nadie se retira del proceso.

Palabras de aliento para una anhelada paz empañada por las acciones violentas de las FARC, que mantiene además cautivos a dos policías y un militar, a los que se ha comprometido a liberar con la intermediación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), y por la persistencia de las ofensivas del Ejército.

Los policías Cristian Camilo Yate y Víctor Alfonso González, y el soldado Josué Meneses están secuestrados desde finales de enero, días después de que las FARC dieran por terminado un alto el fuego unilateral decretado en noviembre pasado, al inicio del diálogo en Cuba.

Autores

EFE