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A dos meses de la muerte de Nisman, las diferencias investigativas entre la fiscal y los peritos contratados por la ex esposa
Domingo, Marzo 15, 2015 - 09:17

Las conclusiones parciales de la investigación oficial y los resultados de los peritos contratados por la parte querellante fueron la nota saliente de la última semana en torno a la pesquisa que intenta determinar cuál fue la mecánica del deceso de quien era el fiscal especial de la causa AMIA.

Buenos Aires. El dato principal en el que se contraponen la investigación que encabeza la fiscal Viviana Fein y la que encargó la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Nisman, pasa por la presencia, o no, de una tercera persona en el instante de la muerte del fiscal.

La titular de la fiscalía nacional en lo criminal número 45 declaró en más de una oportunidad que de acuerdo a los peritajes oficiales se podía determinar con cierto grado de certeza que “no intervinieron terceras personas” en la muerte de Nisman.

La jueza de San Isidro y madre de las dos hijas del fiscal sostuvo todo lo contrario: aseguró que, de acuerdo a la investigación de sus peritos, la muerte de Nisman fue producto de un “homicidio”.

En torno a esta diferencia principal surgieron otras en las cuales los peritos contratados por la querella se basaron para polemizar con la investigación oficial, como el horario en el que se produjo el deceso del titular de la UFI-AMIA.

Los miembros del cuerpo médico forense que realizaron la autopsia sobre el cuerpo de Nisman arribaron a la conclusión de que su muerte se habría producido en la mañana del domingo 18, día en el que fue encontrado sin vida.

Los peritos por parte de la querella, que analizaron fotos y videos de la autopsia oficial pero que no trabajaron sobre el cuerpo, sostuvieron que la muerte del fiscal se habría producido entre la tarde y la noche del sábado 17.

Un tercer personaje -además de Fein y Arroyo Salgado- volvió a ser eje de los títulos periodísticos escritos en torno a las tan comentadas diferencias entre los peritos oficiales y los peritos de partes: el especialista en informática Diego Lagomarsino.

Para la querella, la hora de la muerte de Nisman coincide con el momento de la segunda visita que Lagomarsino le hizo al fiscal en Puerto Madero para llevarle la pistola Bersa calibre 22 que le había pedido, según su propio relato.

La defensa de Lagomarsino, el único imputado en la causa por ser el dueño del arma de la cual salió la bala mortal que perforó la cabeza de Nisman, sostuvo que una activación de la computadora del fiscal durante la mañana del domingo 18 es la prueba de que a esa hora no estaba muerto.

Si quedaban dudas de las sospechas de la querella sobre la figura del joven informático que solía visitar a Nisman en su departamento en el piso 13 de la torre Le Parc de Puerto Madero, quedaron disipadas a partir de los últimos movimientos.

En los últimos días Arroyo Salgado pidió que se suspendiera el peritaje tecnológico sobre las computadoras y teléfonos de Nisman, que se allanara la casa de Lagomarsino en busca de ropa manchada con sangre y de una llave de la casa del fiscal y aportó datos sobre una presunta relación económica entre ambos.

La ex mujer de Nisman le dijo al a fiscal Viviana Fein que a partir del relato de Sandra Nisman, hermana de Alberto, supo que Lagomarsino tenía acceso, como co-titular, a una cuenta familiar radicada en un banco extranjero.

Maximiliano Rusconi, abogado de Lagomarsino, no desmintió esa información y, por el contrario, dijo que había datos que su defendido no había declarado pero que estaba dispuesto a volcarlos en el expediente si la fiscal los consideraba de valor.

Hace dos semanas, cuando presentó las conclusiones de sus peritos, Sandra Arroyo Salgado fue categórica al denunciar que la muerte del fiscal Nisman era un “magnicidio”.

Esa calificación, relacionada con la clase de personaje y su actividad pública, implica que la ex mujer de Nisman no cree que detrás de lo que consideró un “homicidio” exista un móvil económico.

La información sobre Lagomarsino que Arroyo Salgado volcó en el expediente y las medidas que solicitó tienden a demostrar el nivel de relación que había entre el fallecido fiscal y el único imputado en la causa en la que todavía se investiga una “muerte dudosa”.

Para intentar dirimir las diferencias entre la investigación oficial y la realizada por la querella –o al menos intentarlo- la fiscal Fein convocará en los próximos días a una junta médica y a una junta criminalística.

Los peritos oficiales y los de la querella polemizarán en la junta médica sobre la hora de la muerte, si hubo o no espasmo cadavérico y la agonía entre otras cosas.

En la junta criminalística discutirán sobre si hubo o no una tercera persona a la hora de la muerte de Nisman, si alguien modificó el baño en el que murió y sobre la posición final del cuerpo, entre otros asuntos.

De ambas juntas podrá participar un especialista designado por la defensa del único imputado y el hombre sobre el cual están puestas las miradas de la querella: Diego Lagomarsino.

Autores

Télam