En su argumento de apertura, el abogado asistente Emil Bove indicó que los dos acusados fueron grabados en secreto planeando enviar 800 kilos de cocaína de Venezuela a Honduras, desde donde sería transportada a Estados Unidos.
Nueva York. Un fiscal estadounidense dijo el lunes ante un jurado que dos sobrinos de la primera dama de Venezuela intentaron usar un hangar aeroportuario presidencial para cerrar un multimillonario negocio con drogas, cargos que los abogados defensores afirmaron que no se sostendrán en un juicio.
Estas afirmaciones fueron realizadas al comienzo del juicio en la corte federal de Manhattan, Nueva York, contra Franqui Francisco Flores de Freitas y Efrain Antonio Campo Flores, sobrinos de Cilia Flores, esposa del presidente Nicolás Maduro.
En su argumento de apertura, el abogado asistente Emil Bove indicó que los dos acusados fueron grabados en secreto planeando enviar 800 kilos de cocaína de Venezuela a Honduras, desde donde sería transportada a Estados Unidos.
Bove dijo que Flores de Freitas fue grabado alardeando de tener "control completo" sobre el aeropuerto venezolano, desde donde sería enviada la droga usando un hangar presidencial. "Creían que eran tan poderosos en su país que podrían enviar casi una tonelada de cocaína desde un aeropuerto a otro", dijo.
No obstante, los abogados de Flores de Freitas, de 31 años, y Campo Flores, 30, afirmaron que ninguno de los dos es lo suficientemente sofisticado como para realizar una transacción de drogas tan grande.
En su lugar, los letrados dijeron que los acusados fueron engañados por testigos cooperantes o informantes que buscaban una recompensa financiera por ayudar a garantizar el arresto de ambos o evitar ser procesados. "Eran unos absolutos novatos listos para ser explotados", comentó Michael Mann, uno de los abogados.
Flores de Freitas y Campo Flores fueron arrestados en Haití en noviembre de 2015, durante una operación de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
En el juicio, Bove dijo que los fiscales tienen previsto llamar como testigos a dos informantes de la DEA que se hicieron pasar por miembros de un cartel de la droga mexicano y se reunieron en Caracas con los sobrinos, grabando sus encuentros en el proceso.
Sin embargo, John Zach, un abogado de Campo Flores, afirmó que las grabaciones muestran cómo los informantes -que obtuvieron 2 millones de dólares trabajando para la DEA- estaban "confabulados para engañar a los acusados".
Asimismo, calificó de "fracaso" la operación, ya que no se requisaron drogas, y destacó que los informantes se declararon culpables más tarde de mentir a la DEA sobre acuerdos de drogas que estaban realizando en secreto por su cuenta.