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EE.UU. pone en revisión beneficios para los cubanos en su reforma migratoria
Lunes, Febrero 11, 2013 - 14:17

A medida que el Congreso de Estados Unidos se adentra en una reforma migratoria, el caso cubano es cada vez más cuestionado por quienes dicen que esa ley es una reliquia costosa y anacrónica que debe ser abolida.

Miami. Lo único que tuvo que hacer Ana Soto para entrar a Estados Unidos a través de la frontera entre Texas y México en el 2008 fue mostrar su documento de identidad cubano y su partida de nacimiento.

Tras su llegada, Soto trajo a su marido desde Cuba, se reunió con sus padres en Miami y consiguió un trabajo en el área de contabilidad, para construir la vida que había soñado gracias a una de las políticas de inmigración más generosas que tiene Estados Unidos: la Ley de Ajuste Cubano de 1966.

"No tenía ningún futuro en Cuba. Mi vida, y la vida de toda mi familia ha cambiado para mejor por la Ley de Ajuste", dijo Soto, de 24 años.

Pero los que pretendan seguir sus pasos podrían no tener la misma suerte. A medida que el Congreso de Estados Unidos se adentra en una reforma migratoria, el caso cubano es cada vez más cuestionado por quienes dicen que esa ley es una reliquia costosa y anacrónica que debe ser abolida.

El debate escaló tras la decisión de distender las restricciones de viaje tanto en Estados Unidos como en la isla caribeña, que derivó en un fuerte aumento del tránsito de cubanos entre ambos países. Soto, por ejemplo, volvió a su país de nacimiento una docena de veces.

El mes pasado, Cuba puso fin a su práctica de exigir a los ciudadanos un permiso de salida para abandonar la isla y dijo que toda la población estaba en condiciones de obtener un pasaporte. Esa medida bien podría aumentar el éxodo.

Incluso los tradicionales defensores de la ley de ajuste que pertenecen a la gran comunidad cubana que vive en Estados Unidos, mayormente en el sur de Florida, dicen que es extemporánea y que debería ser modificada.

"No estoy seguro de que podamos evitar, en el marco de un enfoque global de la inmigración, conversar sobre la Ley de Ajuste Cubano", dijo el mes pasado el senador republicano por Florida, Marco Rubio, hijo de cubanos.

Rubio, uno de los ocho senadores que apoyaron la reforma migratoria bipartidista, dijo que la Ley de Ajuste Cubano tenía la intención de proteger a los que huyen de un régimen opresivo, pero que en la actualidad hay una gran cantidad de exiliados entrando y saliendo de Cuba por vacaciones o negocios.

"Se está volviendo cada vez más difícil de justificar (la ley) ante mis colegas", señaló Rubio.

Los inmigrantes cubanos son sólo una pequeña porción de los cerca de un millón de extranjeros que se convierten cada año en residentes de Estados Unidos, y su destino puede parecer pequeño en comparación con los 11 millones de ilegales que se estima habitan el país.

Pero como piedra de toque de la libertad estadounidense, los cubanos juegan un papel importante en la política del país.

Y como tal, la ley de ajuste difícilmente sea eliminada, dicen analistas, pero podría ser modificada para limitar la elegibilidad a verdaderas víctimas de persecución política.

"Habrá una discusión y habrá cambios, pero nadie sabe hasta dónde llegarán", dijo Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami.

"Ahora no hay ninguna razón para que los cubanos tengan preferencias", agregó.

La reforma también podría marcar el fin de la polémica política de "pies secos, pies mojados", acuñada tras la crisis de los balseros de 1994, que permite entrar a Estados Unidos a los cubanos indocumentados que pisan su territorio ("pies secos"), ya sea en balsas de fabricación casera o en barcos de contrabandistas, así también como a los miles que aparecen cada año en la frontera con México. Los que son interceptados en el mar ("pies mojados") son repatriados.

Exiliados económicos. La inmigración cubana se ha convertido en un tema que genera profundas divisiones en la comunidad de exiliados de Miami. A diferencia de los que salieron de Cuba en la década de 1960 con toda su familia y juran no volver hasta que el gobernante Partido Comunista sea derrocado, los nuevos mantienen lazos estrechos con la isla.

"Ya no es una comunidad de exiliados", dijo Philip Peters, experto en Cuba del Instituto Lexington, un centro de estudios de Virginia.

En los últimos 10 años, unos 327.000 cubanos emigraron a Estados Unidos, más que en cualquier década previa desde la revolución cubana de 1959, dijo Peters.

Una encuesta del Departamento de Estado entre los que solicitaron una visa ​​en el 2009, y que fue publicada por Wikileaks, señaló: "De manera abrumadora, los solicitantes parecen estar motivados para salir de Cuba debido a razones económicas y familiares".

Las restricciones de viaje son ahora tan flexibles que el mejor lanzador del béisbol cubano, José Contreras, visitó recientemente la isla sin que se produjeran incidentes.

Una década antes, había sido acusado de ser un mercenario por distintos funcionarios comunistas cuando desertó del equipo nacional de Cuba para firmar un contrato con los Yanquis de Nueva York por US$32 millones.

Se calcula que 476.000 cubano-estadounidenses visitaron la isla el año pasado, según la firma de investigación de Miami, La Habana Consulting Group.

Más del doble que en el 2007.

Mediante la Ley de Ajuste, los cubanos reciben un tratamiento único y altamente favorable, incluida la concesión de la residencia permanente un año después de llegar, además de ser elegibles para obtener beneficios del gobierno, como Medicaid, un ingreso suplementario ligado a la seguridad social y por discapacidad.

La ley fue aprobada en 1966 para regular la situación de algunos de los 300.000 cubanos que se encontraban en un limbo legal tras huir de la revolución socialista.

En la actualidad, llegan a Estados Unidos un promedio de entre 36.000 y 40.000 cubanos por año.

Según una estimación realizada por el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Estadounidenses, el costo de los beneficios públicos otorgados a los inmigrantes de la isla caribeña fue de US$322 millones en el 2008.

"Todo el mundo sabe que son refugiados económicos, y desde hace mucho tiempo", dijo Vivian Mannerud, presidenta de Airline Brokers, una agencia de viajes de Miami que reserva vuelos para Cuba.

"No podemos seguir dando todos los beneficios para las personas que proceden de Cuba, que no han pagado ni un centavo al sistema, especialmente en un momento en que el Congreso está hablando de quitar beneficios a las personas que sí han pagando durante años", agregó Mannerud, de ascendencia cubana.

Autores

Reuters