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El duro camino a la verdad en el caso de los estudiantes mexicanos desaparecidos
Viernes, Octubre 31, 2014 - 09:38

El proceso de identificación de los cuerpos que podrían corresponder a los estudiantes desaparecidos despierta dudas. Experta forense aclara a DW interrogantes y aporta recomendaciones para estos procesos.

El descubrimiento hace dos semanas de 30 cuerpos en nueve fosas en Iguala alertó sobre la posibilidad de que se tratara de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre, en medio del clima de violencia que vive el estado de Guerrero, en México.

En medio de la conmoción nacional e internacional, peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) fueron convocados para participar en los procesos forenses. Ante informaciones de prensa que indicaban que estos peritos habrían cuestionado los exámenes periciales ordenados por la Procuraduría General de la República (PGR) de México, el organismo argentino declaró que se trata de informaciones falsas y no emitidas por miembros de la institución.

Lo cierto es que hasta el momento, no hay certeza de que se trate de los normalistas desaparecidos. En entrevista con Deutsche Welle, la austríaca Ute Hofmeister, Coordinadora Regional Forense para Centro y Norte América del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), detalla una serie de estándares y buenas prácticas forenses que deben seguirse en investigaciones complejas como ésta, a la luz de la dimensión angustiante que toda desviación puede acarrear para las familias y comunidades afectadas.

Como miembro de un organismo no gubernamental e independiente, no emite juicios sobre la investigación que se lleva en Iguala. “Entre nuestro mandato está apoyar a las víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia y, entre ellas, están los familiares de las personas desaparecidas. Entre otras cosas, ofrecemos asesoramiento forense con el fin de cumplir con el fin humanitario de reunirlos con sus familiares, ya sea vivos o muertos. En ese marco apoyamos también en ejes legales y asesoría técnica a autoridades”, aclara.

¿De qué forma se deben realizar los procesos de identificación de personas desaparecidas?

Estos trabajos están regulados por una serie de normas técnicas internacionales que aseguran el manejo apropiado de los cuerpos y plantean los estándares de calidad que debieran regular las tareas forenses. Entre ellas, están los Convenios de Ginebra establecidos después dela II Guerra Mundial, las recomendaciones de la conferencia Missing (desaparecido) del CICR, de 2003, y el Protocolo de Minnesota (1991), un manual de las Naciones Unidas para la prevención e investigación eficaces de las ejecuciones ilegales arbitrarias y sumarias.

¿Qué recomendaciones entregan estas normas?

Lo primero es que en los procesos de búsqueda y en casos como éste en que no hay evidencias claras de lo ocurrido que se dirija la búsqueda de las víctimas en vida. Es muy importante que se realice una buena investigación sobre los hechos ocurridos para saber qué pasó, quién participó, dónde, quiénes son los desaparecidos, dónde están los familiares. Obviamente, si se encuentran restos mortales hay que iniciar procesos de identificación aplicando las metodologías arqueológicas.

¿En caso de encontrar restos humanos, cómo se deben conducir las pericias?

Es muy importante que sean recuperados de manera profesional, respetando los estándares de buena práctica internacional, preferiblemente con arqueólogos que tengan experiencia en casos de exhumación. Hay que recuperar y documentar muy cuidadosamente los restos y todas las evidencias asociadas. Es importante asegurarse que los cuerpos recuperados realmente sean los de las personas buscadas, porque puede ser que sean de otros.

¿Qué participación debieran tener las familias?

Las familias deben estar informadas y también consultadas a lo largo del proceso. La información que ellos puedan dar sobre los desaparecidos es fundamental para la ubicación de sus seres queridos o identificación en caso que se encuentren muertos. Se les deben explicar los pasos de una investigación forense y asegurar la protección de la información que dan. Es importante que se hagan de acuerdo a los protocolos y en forma respetuosa con las familias.

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¿Es importante recurrir a expertos internacionales y a un equipo multidisciplinario?

Sí, absolutamente. En la identificación se combinan muchas especialidades, como medicina forense, antropología forense, odontología forense, dactiloscopía y genética. Lo importante es que se junten todas las pistas que haya. Un equipo multidisciplinario es muy importante por el trabajo técnico, pero aparte es particularmente importante la participación internacional, pues puede ayudar mucho a evitar cuestionamientos sobre los procesos y sus resultados, particularmente en casos en los que se sospecha que haya participación de algunas autoridades. Entonces, la participación de expertos internacionales puede dar más confianza en el proceso. Así también es muy importante que haya una buena coordinación entre las autoridades, los perito locales y los internacionales.

¿Está participando el CICR en este caso?

Ofrecemos el asesoramiento entre los técnicos forenses en mecanismos de búsqueda, temas de protocolo y estándares, y llevamos varios años trabajando junto con las autoridades mexicanas en el proceso de desarrollo de protocolos comunes, de mecanismos de búsqueda y buenos estándares, y en el tema de atención a familiares. Ese es nuestro rol. En este caso hemos estado en contacto y dialogando con las autoridades, pero sin participar directamente en el proceso de identificación. Nos mantenemos igualmente en contacto con las ONG que están activas en apoyo a las familias.

¿Qué plazos se manejan para este tipo de procedimientos de identificación?

Es muy difícil hablar de plazos. Eso depende de muchísimos factores en cada caso. Por ejemplo, de la investigación y la búsqueda, de cuántas víctimas son y del estado de descomposición de los cuerpos. La identificación forense no es como muestran las series de televisión. Pueden ser procesos bastante complejos. Obtener resultados rápidos y comprobados depende mucho de las circunstancias.

¿Qué factores pueden facilitar el proceso?

Si son cuerpos frescos, más intactos, que no tienen mutilaciones ni mayor trauma, es más fácil. Si uno tiene la piel y puede ver tatuajes o recuperar huellas dactilares, puede ser muy rápido, en el caso de que haya un registro de huellas con las que se puedan comparar. Pero si esas huellas ya no están, es más difícil. De la misma manera, si hay una buena identificación dental, si las víctimas fueron al dentista y hay un registro, también se pueden comparar y es más rápido. Pero en muchos contextos no existe esa información.

Aun cuando se trata de casos que causan alarma...

Muchas veces hay presión internacional o pública, especialmente en estos casos que causan conmoción, en el sentido de que haya resultados inmediatos, y no se considera que a veces los procesos toman tiempo. Lo importante es tomar en cuenta a las familias y tenerlos siempre informados, aun cuando no haya progresos en el proceso de búsqueda y forense.

¿Qué papel juega el análisis de ADN?

Muchas veces se cree que es lo que resuelve todo, que es lo más seguro y rápido, pero desafortunadamente no es así. Es extremadamente útil, pero no va tan rápido como uno se lo imagina. El análisis de una sola muestra puede tomar días o semanas. Muchas veces hay que tomar muestras de nuevo porque no han dado el resultado, porque el ADN está comprometido, dañado o no se ha podido recuperar. También hay que conseguir el de las familias y hacer los cruces, que tampoco son tan fáciles. La identificación no debería ser sólo con el perfil y el cruce de ADN, sino que en un proceso integral, en que comparamos toda la información de los desaparecidos y los cadáveres. Armamos el perfil biológico: sexo, edad, estatura, descripcion física, señales particulares, información dental, elementos asociados con el cuerpo e información sobre la persona desaparecida. Y cuando todo eso coincide o cuando al menos no hay una contradicción, tenemos resultados. Todo este trabajo se tiene que hacer muy minuciosamente para llegar a una identificación fiable.

¿Qué factores pueden dificultar el proceso?

Depende mucho de la información disponible, de la cantidad de victimas, de cuántos cuerpos hay que identificar y del estado de estos cuerpos. Si están muy descompuestos, mezclados o incompletos, entonces va a tardar mucho más. Si no se siguen todos los pasos puede que haya identificaciones erróneas, lo que al final causa mucho más dolor a las familias, un dolor adicional al que ya tienen.

¿De qué forma se puede dar garantía a las familias de que los procedimientos se realizan en forma adecuada?

Por un lado, con la aplicación de protocolos y procedimientos que sigan los estándares internacionales y, por otro, con una comunicación constante, proactiva y permanente con las familias. Eso también está dentro de nuestras recomendaciones, así como la participación de expertos externos , equipos internacionales y observadores. Todo eso da credibilidad al proceso y hace que las familias puedan tener confianza en las investigaciones. Un ejemplo de esto es el caso de Chile y los cuerpos de los detenidos desaparecidos enterrados en el llamado patio 29. Cuando en 2006 se descubrió que había identificaciones erróneas, el Estado chileno convocó a una panel de expertos internacionales, que estaba en contacto proactivo con las familias, logró gran transparencia y logró reconstruir la confianza. Finalmente el escándalo de las identificaciones erróneas, en vez de debilitar al Servicio Médico Legal (SML), permitió que gracias a este proceso saliera fortalecido y eso ha contribuido a una alta credibilidad del SML, nacional e internacionalmente.

Autores

Deutsche Welle