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Elecciones colombianas: el poder de los derrotados
Lunes, Mayo 26, 2014 - 17:27

Los votantes de Marta Lucía Ramírez, Clara López y Enrique Peñalosa serán determinantes en la segunda vuelta presidencial, fijada para el 15 de junio.

En las próximas tres semanas las candidaturas vencedoras buscarán poner a su favor a los cerca de cinco millones de colombianos que votaron por Marta Lucía Ramírez, Clara López y Enrique Peñalosa. Ahora que el juego quedó en manos del uribismo y el santismo, los sufragantes del conservatismo, la izquierda y la Alianza Verde serán determinantes para dirimir unas elecciones que prometen ser de las más reñidas de la historia reciente del país.

Marta Lucía Ramírez, la candidata por el conservatismo, aceptó los resultados de los comicios. Sobre supuestas denuncias de fraude electoral en algunas zonas del país, Ramírez dijo que “no tengo ninguna queja por el momento, pero vamos a volver a hablar con quienes están en las regiones para saber qué reportes tienen. He dicho que soy una mujer institucionalista, respeto las instituciones, tendría que haber algo demasiado grave y delicado para que nosotros nos pudiéramos apartar. Voy a respetar siempre los resultados de la institución”.

También se refirió a quienes le pidieron desde el comienzo de la campaña que desistiera en su aspiración y dijo que los votos que obtuvo valen el esfuerzo que hizo por representar al conservatismo. No obstante, de cara a la segunda vuelta, su partido vive una coyuntura especial. Durante los últimos dos meses los parlamentarios se mostraron proclives a apoyar la reelección de Santos y, ahora, quienes permanezcan con esa inclinación tendrán más oxígeno para hacer proselitismo a favor de la Unidad Nacional.

Mientras tanto, las fuerzas conservadoras de las regiones se la jugaron a fondo por la candidatura propia y han logrado que en la dirección del partido se ventile la posibilidad de negociar su respaldo al uribismo. Con cerca de dos millones de votos, tienen un poder electoral significativo para negociar con ambas candidaturas, aunque está claro que Ramírez, ideológicamente, está más cerca de Zuluaga que de Santos. En las próximas tres semanas habrá movimientos, pues el aval azul se valorizó.

Escrutado el 99,96%, la candidata por el Polo Democrático, Clara López Obregón, se consolidó como una de las sorpresas de la jornada electoral. En los primeros boletines se situó como la tercera opción, con casi dos millones de sufragantes, por encima de Marta Lucía Ramírez y de Enrique Peñalosa. Después, hacia el final de la tarde, perdió un lugar y se consolidó con el 15,23% de los electores. Más allá de lo que para muchos sería una derrota, la campaña de López fue un claro éxito electoral, ya que en muchas proyecciones aparecía con apenas el 8% de la intención de voto.

En rueda de prensa. López Obregón dijo sentirse satisfecha y agradecida con quienes la apoyaron. “El balance que puedo hacer es favorable. Se ha consolidado la izquierda democrática en Colombia”, refirió la presidenta del Polo. Ante la sorpresiva votación en la capital, donde obtuvo el segundo puesto, con tan sólo 40 mil votos menos que el candidato Zulaga, añadió que “Bogotá aún late a la izquierda, aún saben que la alternativa es lo social primero. (…) Una izquierda nueva, una izquierda moderna para todos y todas se ha consolidado”, sostuvo.

La aspirante por el partido de izquierda anunció que hoy se reunirá con el Comité Ejecutivo del Polo para tomar una decisión sobre la dirección que debe tomar la colectividad de cara a la segunda vuelta presidencial, que sería el 15 de junio. Sin embargo, el senador electo Iván Cepeda ya había dado a entender que de llegar a presentarse un escenario entre el presidente Santos y Zuluaga votaría por el proceso de paz. Así las cosas, el Polo Democrático y sus electores estarían más cerca de una alianza con la Unidad Nacional, aunque falta ver qué rumbo toma la recta final de este proceso electoral.

Con el 8,28% y 1’065.132 votos, Enrique Peñalosa, el candidato de la Alianza Verde, fue quien reconoció más pronto la derrota. En el hotel Sheraton de Bogotá, el exalcalde de Bogotá asumió los resultados y les pidió a los candidatos vencedores que trabajen sobre “lo que nos une y no lo que nos separa. Que hagan una campaña enfocada en los programas y que se respeten. Les deseo éxitos y que trabajen por los colombianos”.

En cuanto al futuro de la Alianza y su postura en la segunda vuelta, Peñalosa prefirió no tomar posiciones en caliente. “Cualquier decisión que tomemos será con el equipo programático, no lo haré de forma individual”, afirmó. No obstante, antes de los comicios, su fórmula vicepresidencial, Isabel Segovia, le dijo a este diario que lo acordado, en caso de una derrota, era no alinearse con Santos o Zuluaga y dejar a los votantes en libertad. Durante la próxima semana se reunirán los asesores de campaña y las directivas verdes para sentar una posición abierta.

Aunque muchos le atribuyan una cercanía con el expresidente Álvaro Uribe, Peñalosa ha sido enfático en sus distancias con él. Incluso, durante los últimos meses, dejó claro que una parte fundamental de su programa era el fin del conflicto armado y la continuidad de las negociaciones con la guerrilla. Quienes conocen la entraña peñalosista dicen que la directriz será la libertad de voto, aunque, a pocos días de la primera vuelta, personas cercanas a sectores verdes como Antanas Mockus o el mismo alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, le dieron sus guiños a la reelección presidencial.

Así las cosas, la diferencia de tan sólo 3,5%, que marcaron Óscar Iván Zuluaga y el presidente Juan Manuel Santos, podría variar gracias a los millones de votos que se repartieron entre Ramírez, López y Peñalosa. El discurso de una elección entre la paz y la guerra, así como el de “retomar” el rumbo, se acentuará y los candidatos derrotados serán fundamentales para hacer que una de las dos visiones se imponga.

Autores

ELESPECTADOR.COM