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Embajada de EE.UU. en Cuba deja atrás décadas de conflictos y se alista a recibir a John Kerry en nueva era de relaciones
Jueves, Agosto 13, 2015 - 10:42

Juegos de espías y sucios manejos han sido dirigidos por y contra los funcionarios estadounidenses que han trabajado dentro del edificio, de arquitecura inclasificable pero aún así uno de los más vistosos La Habana.

La Habana. El edificio de siete pisos situado frente al paseo marítimo del Malecón de La Habana ha sido un punto sensible durante las décadas de la rivalidad más larga de la Guerra Fría.

Juegos de espías y sucios manejos han sido dirigidos por y contra los funcionarios estadounidenses que han trabajado dentro del edificio, de arquitecura inclasificable pero aún así uno de los más vistosos La Habana.

El Gobierno de Cuba organiza regularmente protestas desde calles cercanas y trató de convertirlo en el Ministerio de la Pesca.

Ahora, la embajada de Estados Unidos es un símbolo de la nueva relación más amistosa entre Washington y La Habana.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, caminará el viernes por el interior del edificio e izará la bandera de Estados Unidos con motivo del restablecimiento de las relaciones tras cinco décadas de hostilidad.

Construida en 1953, desde la embajada se trabajaba estrechamente con el dictador cubano Fulgencio Batista, hasta que fue derrocado por los rebeldes encabezados por Fidel Castro en 1959.

Se desconoce cuántos intentos de asesinar a Castro, que Cuba dice que habrían sido más de 600, se habrían planeado en el lugar.

Washington rompió relaciones diplomáticas con el Gobierno de Castro en 1961, tres meses antes de la fracasada invasión por Bahía de Cochinos de exiliados cubanos pertrechados por Estados Unidos. El edificio estuvo prácticamente desocupado hasta 1977 cuando volvió a abrir bajo el estatus de Sección de Intereses.

Las artimañas de la Guerra Fría volvieron rápidamente.

"En todo hay micrófonos en Cuba, incluso en los árboles de coco", dijo James Cason, quien fue jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana entre 2002 y 2005.

"No éramos un nido de espías de ninguna manera, pero algunas personas allí trabajaban para la inteligencia", dijo Wayne Smith, un ex diplomático estadounidense que estuvo en la embajada de Estados Unidos desde 1958 hasta su expulsión en 1961. Luego regresó a la capital cubana para abrir la Sección de Intereses en 1977.

La embajada está frente a una plaza conocida como la Tribuna Antimperialista, construida en 2000 en lo que fue el Parque Cuatro de Julio, donde se organizan manifestaciones antiestadounidenses.

Durante la presidencia de George W. Bush, los estadounidenses reaccionaron con la apertura de un servicio de mensajes políticos mediante un aviso luminoso al estilo Times Square en uno de los pisos del edificio.

En respuesta, las autoridades comunistas instalaron una serie de mástiles para izar banderas cubanas, intentando bloquear los mensajes.

Desde el histórico acercamiento entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, a mediados de diciembre de 2014, las tensiones han disminuido significativamente y el viejo edificio del Malecón se convirtió formalmente en embajada a partir del 20 de julio, fecha que marca el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Autores

Reuters