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Errores y la falta de acciones auguran más violencia del Ejército del Pueblo Paraguayo
Lunes, Julio 28, 2014 - 17:34

“Hacer una operación no es poner 500 policías y soldados armados que recorran estancias y caminos rurales; esto es lo último, primero debe ser la investigación”, enfatizan expertos colombianos.

En tres meses hubo cinco operativos fracasados contra el EPP, donde se identificaron campamentos claves. Los colombianos creen que policías deben liderar y ven venir más atentados a infraestructura pública porque el grupo armado sigue idéntico libreto de las FARC.

Juntar policías y militares y tirarlos al monte sin inteligencia previa. Ponerlos a controlar cédulas en los caminos como eje principal del trabajo. No hacer inteligencia bajo liderazgo policial. No invertir en tecnología y no entrenar en su uso. No tener Policía y Fiscalía trabajando juntos en el mismo espacio físico y operacional. No tener una Policía Judicial entrenada y profesionalizada para ir a los juicios a entregar las pruebas. No dar liderazgo a las fuerzas policiales por sobre los militares.

Todos son errores con los que Colombia también inició, dicen los expertos. Errores que en 40 años sumaron 39.000 secuestrados, aunque solo 28.000 fueron denunciados. Una cifra estremecedora: más de 3.000 menores de edad estuvieron entre estas víctimas.

De todos los casos denunciados, apenas el 8% de ellos obtuvo una sentencia condenatoria, lo que significa la terrible cifra de 92% de impunidad para el secuestro. El 37% de estos secuestros fueron cometidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el modelo que inspira al EPP; el 30% por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El resto de los secuestros fueron atribuidos a grupos paramilitares y delincuencia común.

Liderazgo policial. Bogotá, Colombia. Algunos dan la cara y otros piden decirlo fuera de grabadora pero todos coinciden en que militares que no han estado operativos en sus cuarteles no pueden tener el mismo nivel de entrenamiento que policías que han estado haciendo inteligencia y operaciones especiales. Diego (nombre ficticio), el experto colombiano que ha estado siete veces en Paraguay, se muestra desconfiado de los operativos conjuntos de policías y militares rastrillando caminos y pidiendo cédulas.

“La fuerza militar, que no tiene un nivel de formación a partir de la experiencia (no los cursos que pueda recibir, sino de la experiencia), es una fuerza militar que no va a poder hacer mucho.

–¿Quién debe llevar adelante la parte de inteligencia y operativa, policía o militares?

–La Policía, formando un gran centro de fusión, donde Antisecuestro, la Inteligencia Policial y la Policía Judicial formen un gran núcleo de trabajo en torno al EPP.

Para mí, esas tres direcciones son las que deben tener la responsabilidad, siempre, de recolectar información en torno al objetivo, que en este caso es el EPP. Se debe articular un proceso operacional que permita la identificación, ubicación de este objetivo y generar una estrategia operacional integrada.

Generar un proceso operacional o desarrollar un proceso operacional no es poner 500 soldados o 500 policías armados y equipados que recorran las ciudades, los campos y las estancias, no, eso es lo último, eso ocurre después de la investigación.

–Esta historia de salir y estar en los caminos controlando cédulas.

–... ¡No tiene sentido! Es como si a mí me dan la misión y me dicen tome un fusil, una cantimplora, un uniforme y ubique por favor a Mabel en Asunción. Yo puedo pasar años buscándote y puede ser que me recorra toda Asunción, toda, desde el aeropuerto hasta donde quieras y no te voy a encontrar.

Creen que es fácil. “Me quiero poner como abogado del diablo”, dice Diego y apunta con gestos como hacia nuestro país. “La prensa en Paraguay, la población en Paraguay, creen que es muy fácil agarrar al EPP y de pronto no es tan fácil, es más complicado de lo que podría parecer. Nosotros (Colombia) llevamos más de 50 años en este tema y todavía cometemos errores, este modelo que tenemos no es perfecto. Es eficaz, por supuesto y nos ha dado muy buenos resultados, pero todavía vamos ajustándolo y vamos mejorándolo de acuerdo a como vayan evolucionando las FARC. No es un modelo quieto, todos los días estamos tratando de innovar y sacando cosas nuevas”.

–¿Tecnología o capacidad humana?

–Fue un debate que tuvimos con varios jefes policiales en Paraguay. La tecnología es un medio que facilita el trabajo, pero la tecnología para nosotros es el 10% de nuestro trabajo. El otro 90% es la doctrina y el talento humano. En algún momento se llegó a ver a Colombia como sinónimo, que vengan los colombianos porque vienen con sus equipos y no se nos prestó atención a lo que nosotros vamos a enseñar.

–¿No se prestó atención a la transferencia de conocimiento?

–De nada te sirve tener un equipo si no sabes cómo enfocar la investigación. No tiene sentido que haya equipos si no hay un sistema, un método. En una operación policial, militar, la tecnología es 10%. El 90% restante es el recurso humano. El 70% es el talento humano y el 20% es el método, el modelo que utilizamos para lograr recolectar información.

Tuvimos un jefe del Ministerio del Interior, que era un fulano de apellido Amarilla. En aquel momento yo hablé de un avión que tenía Colombia, que tomaba imágenes satelitales, tecnología importante; lo hablé como una herramienta frente a un escenario en donde ya ubicáramos la zona en donde está Fidel, una operación militar y policial. Y me enfrenté a ese huevón, en una reunión me tocó hablarle duro y creo que le falté al respeto en frente de Rafael (Filizzola), porque quería que traiga el avión, que ellos pondrían la plata y no sé qué. Disculpe le dije, ¿qué carajo hace usted con un puto avión? ¿Qué va a hacer con el avión? La tecnología es una herramienta, no hace todo”.

Diego reflexiona: “los del EPP son bandidos, la diferencia que existe entre ellos y quienes se roban una cartera, es que ellos están uniformados, tienen fusiles y están ganando plata... no es más, son bandidos”.

Lo que se debe esperar. “Lo primero que podría decir es que se puede esperar un crecimiento del EPP, mayores manifestaciones terroristas, se van a intensificar, ya no hablaríamos de una torre al mes, sino muchas más. Se puede tener también un incremento de secuestros y hasta secuestros simultáneos como operaron las FARC aquí en Colombia”.

“Algo muy preocupante podría ser una expansión del fenómeno. En este momento está focalizado en Concepción, muy seguramente podrían irse hacia Ciudad del Este, al Chaco, San Pedro, Pilar, zonas que por el momento han sido relativamente tranquilas pero que constituyen una fuente económica muy fuerte para ellos”.

“Es un paso natural porque en este momento están tranquilos en las zonas rurales, zonas apartadas, en donde la misma naturaleza, la falta de control o presencia del gobierno, donde la ausencia del Estado genera tranquilidad. En pequeñas zonas en donde hay árboles pueden permanecer meses, meses y meses, se van confiando, van ganando más dinero, van creciendo en hombres, van creciendo en armas.

“Es esperable que el paso que se va a dar después es lo que se podría llamar guerrillas urbanas que desarrolló muy bien las FARC. El tema de las guerrillas urbanas son esos colaboradores, que no son visibles, que no son reconocidos públicamente como guerrilleros o terroristas del EPP, pueden llegar a las ciudades a buscar mayor población que quiera formar parte de la organización y a buscar nuevos objetivos, objetivos de secuestros.

Autores

ABC Color (Paraguay)