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Este domingo comenzó oficialmente la campaña presidencial en Venezuela
Domingo, Julio 1, 2012 - 16:59

Aunque el 1 de julio marca el inicio oficial de las campañas, Chávez y Capriles hace meses que están arengando a sus seguidores y buscando captar votos. El presidente posee una ventaja porcentual de dos dígitos según la mayoría de las encuestas, pero hay un alto nivel de indecisos.


Caracas. El mandatario venezolano, Hugo Chávez, dejó de lado este domingo sus problemas de salud con una caravana masiva por el interior del país, mientras que el candidato opositor, Henrique Capriles, visitó dos pueblos remotos para el lanzamiento formal de la campaña presidencial.

Chávez -con camisa y boina roja, los colores distintivos de sus simpatizantes- encabezó un recorrido por el centro-norte del país, en una muestra de que tiene energía para la campaña, pese al cáncer con el que lucha desde hace un año.

A lo largo de una marea roja de 18 kilómetros con carteles de apoyo a Chávez y banderas venezolanas, el militar retirado -acompañado de sus más estrechos colaboradores- arrojó besos a la multitud, se golpeó el pecho en un saludo a sus simpatizantes y alzó sus brazos reiteradas veces con un gesto de triunfalismo.

Al final del recorrido en Maracay, un pueblo donde empezó a fraguar su revolución socialista, inició un acto cantando el himno nacional y con una fuerte arenga militar al triunfo.

"Arrancó el huracán bolivariano (...) Hoy comienza el ataque. ¡Al ataque pueblo de Venezuela!", dijo Chávez, quien lidera la mayoría de los sondeos, ante miles de simpatizantes bajo un intenso calor.

"Chávez ya no soy yo, Chávez es un pueblo. Chávez somos millones. ¡Tu también eres Chávez, mujer venezolana! ¡Tu también eres Chávez, joven venezolano! ¡Tu también eres Chávez, niño velezolano!", dijo el presidente ante una multitud enardecida.

Por su parte, Capriles, un joven ex gobernador que busca poner fin a 13 años de socialismo en el país petrolero, voló a dos pueblos fronterizos distantes, en un intento por resaltar la ausencia del Gobierno en las comunidades alejadas de Caracas.

En la remota población suroriental de San Francisco de Yuruani -de la etnia Pemón-, un Capriles con una camisa con los colores de la bandera venezolana y en su cabeza una vincha con plumas habló ante centenares de simpatizantes.

"Mi compromiso es ir al más olvidado," arremetió Capriles con el monte Roraima de fondo, mientras algunos niños lo miraban desde lo alto de unos árboles.

Aunque el domingo marca el inicio oficial de las campañas, Chávez y Capriles hace meses que están arengando a sus seguidores y buscando captar indecisos: el presidente, a través de largas cadenas de televisión y Capriles, en recorridos casa por casa y con actos en todo el país.

Chávez posee una ventaja porcentual de dos dígitos según la mayoría de las encuestas para las elecciones del 7 de octubre, en las que buscará extender su mandato a casi 20 años, pero hay un alto nivel de indecisos y un sondeo muy respetado mostró esta semana al presidente y a Capriles cabeza a cabeza.

Luego de tres operaciones para remover dos tumores malignos durante un año de batalla contra el cáncer, Chávez, de 57 años, declaró en las últimas semanas encontrarse bien de salud.

Dijo no tener más tratamientos ni estudios por delante y ha ido incrementando sus apariciones en televisión con largas presentaciones de dos o tres horas.

"Quiero darle las gracias a Cristo Redentor por permitirme haber recorrido este año difícil que pasó. ¡Gracias Dios mío! ¡Gracias Cristo mío! ¡Gracias pueblo mío!", dijo el presidente, quien añadió haber llorado de emoción durante la caravana.

"Chávez, en verdad, es un colectivo, por eso es que háganme lo que me hagan, pase lo que me pase a mí, que soy un simple ser humano, no podrán con Chávez. ¡Nunca! ¡Jamás! Porque Chávez no soy yo, Chávez es un pueblo invicto, invencible", añadió.

La mayoría de los analistas concuerdan en que la elección presidencial se encamina a ser la más cerrada desde que Chávez asumió en 1999.

El gobierno dice que ha invertido unos US$400.000 millones en proyectos sociales durante la gestión de Chávez, lo que ha reducido la pobreza casi en la mitad, a entre 25% y 27% de la población.

Los opositores reconocen algunas mejoras en el bienestar social, pero dicen que el presidente podría haber hecho mucho más con una bonanza en los precios del petróleo, lo acusan de gobernar con un estilo autoritario y de permitir un auge de la corrupción.

Los comicios tienen mucho en juego, no solamente para Venezuela, un país de 29 millones de habitantes con las mayores reservas petroleras del mundo, sino también para la región, dados los estrechos lazos comerciales y políticos que Chávez ha construido con aliados izquierdistas como Cuba y Nicaragua.

Capriles cruza el país. Capriles, quien gobernó el populoso estado de Miranda, admira la combinación brasileña de políticas de libre mercado con programas sociales y es considerado la mejor carta de la oposición para arrebatarle el poder a Chávez.

La decisión de cambiar Caracas por San Francisco de Yuruani, en medio de la sabana y a pocos kilómetros de Brasil, para luego cruzar hasta La Guajira, en la frontera occidental, busca resaltar la energía y juventud de Capriles, en contraste con el presidente.

"Al que está en el poder sólo le interesa una cosa: quedarse en el poder (...) Allí, Brasil, cerquita, despegó. Ahora le toca a Venezuela despegar", sostuvo en el pueblo de casas humildes con techo de paja.

Aunque la oposición está más unida que nunca contra Chávez, Capriles enfrenta una dura tarea para superar el apoyo del presidente entre los más pobres, forjado en base a años de programas de viviendas, pensiones y subsidios derivados de la vasta renta petrolera del país.

En un inusual gesto, la televisión estatal -que suele estar monopolizada por mensajes, publicidades y actos de Chávez- mostró el lanzamiento de campaña de Capriles, aunque calificó al presidente en pantalla como "el candidato de la patria" y al opositor como "el candidato de la derecha".

"Todo su corazón está abierto al pueblo", dijo Girólamo Ambla, de 43 años, de camisa y gorra roja. Llevaba un muñeco de Chávez con la misma vestimenta en sus manos, en medio de cientos de simpatizantes del presidente que lo aguardaban en el pueblo de Mariara, donde comenzó la caravana.

Los simpatizantes del gobierno realizaron vigilias en varias plazas del país para apoyar el inicio de campaña de Chávez, mientras que la oposición organizó 300 caravanas en el país.

En San Francisco, Nelson Franco, de 40 años, dijo: "La gente aquí era chavista, pero 13 años hemos estado esperando que nos cumplan nuestras promesas que ya nos cansamos".

Autores

Reuters