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Ex ministro de Cultura peruano recomienda inventariar bienes culturales para reclamar repatriación
Miércoles, Abril 1, 2015 - 10:02

El catalogar y ennumerar el patrimonio cultural requiere de decisiones políticas, de una legislación, de técnicas y de inversión de cada Estado, así como eficientes equipos de profesionales para sistematizar la labor, resume el antropólogo peruano Juan Ossio.

Lima. El ex titular del Ministerio de Cultura (Mincul) de Perú Juan Ossio recomienda a los países el inventariar sus bienes culturales para evitar que sean sustraídos y sacados ilegalmente al exterior.

El catalogar y ennumerar el patrimonio cultural requiere de decisiones políticas, de una legislación, de técnicas y de inversión de cada Estado, así como eficientes equipos de profesionales para sistematizar la labor, resume el antropólogo peruano, en entrevista concedida a Xinhua.

"La heredad histórica de un país es un bien intangible, un bien que no solamente es un instrumentos para ahondar nuestros conocimientos sobre el pasado, sino que es un medio que ayuda a preservar la identidad nacional y atraer la visita de foráneos para que aprecien la creatividad de nuestros antepasados y para que los estudiosos investiguen", puntualiza.

"Esto es fundamental y por eso protegemos ardorosamente los bienes culturales, sobre todo porque somos un país que tiene un pasado milenario y sirve para estrechar los vínculos culturales con otros países", dice.

En la conversación con Xinhua, el doctor en Antropología, explicó los puntos claves que usó Perú para exigir la devolución de piezas arqueológicas encontradas en Machu Picchu, el mayor ícono del país sudamericano.

El explorador Hiram Bingham, considerado el descubridor cultural de la ciudadela incaica Machu Picchu en 1911, se había llevado varios miles de objetos en la también llamada Ciudadela de Piedra para estudiarlas y clasificarlas en la Universidad de Yale, firmando un acuerdo con el gobierno peruano de entonces, según el cual se trataba de un préstamo y al término de las evaluaciones se iban a devolver.

"La estrategia utilizada logró su cometido", remarca, destacando a nivel la misiva enviada por el presidente Alan García (2006-2011) a su homólogo en Washington, Barack Obama, para que interviniera, y las marchas masivas en las principales calles de la capital peruana.

Empero, hizo notar que hubo otro factor preponderante. "En mi gestión como ministro de Cultura tomamos conocimiento de una noticia del gobierno de Egipto, que la mejor manera de presionar para la devolución era someter a la parte involucrada, en este caso Yale, a un juicio penal por robo".

Al respecto, "se hizo correr el rumor a nivel internacional que íbamos a hacer un juicio penal que finalmente no se oficializó, en vez de uno de carácter civil que iba a demandar más tiempo y dinero, denunciando al rector de Yale".

Ello fue decisivo para que la Universidad enviara a Perú una delegación encabezada por el ex presidente de México Ernesto Zedillo, director del Centro de Estudios de la Globalización de ese campus, a entrevistarse en privado con Alan García en Lima; el resultado de la conversación culminó con éxito, como que Yale devolvió las más de 46 mil 600 piezas, entre ellas 363 museables, con la firma de un memorándum de entendimiento.

"Por supuesto, el ser sometido a una causa penal es algo que realmente asusta. En este caso el eector de Yale podría ser capturado en cualquier parte del mundo por la Policía Internacional (Interpol), al no acatar a la justicia", agrega.

"¿Puso Yale alguna condición para devolver las piezas?", preguntamos. Ossio responde: "Estaban preocupados por el lugar en que iban a ser albergados los objetos, en la Casa Concha de la Universidad Nacional San Antonio de Abad, en la región sur andina Cusco, donde está enclavado Machu Picchu. Y el lugar cuenta con todos los requerimientos técnicos, por ejemplo tecnología de climatización para preservarlos".

Además, precisa que el campus estadounidense no sólo repatrió los restos, sino también ofreció becas a estudiantes e investigadores peruanos, uniendo esfuerzos para continuar con los trabajos.

"Nuestra meta es construir el que llamamos el Gran Museo del Tawantisuyo en Cusco, que albergue toda la riqueza inca y preinca", señala. Tawantisuyo hace referencia a la cuna de la civilización andina.

Paralelo a la recuperación del patrimonio de Machu Picchu, Ossio recuerda que durante su gestión ministerial también se iniciaron los trámites para que la ciudad sueca de Gotemburgo devolviera 80 mantos textiles preincas que habían salido ilegalmente de Perú y que se exhibían en una sala de esa localidad.

"Aprovechando un viaje a Suecia para asistir a la entrega del Premio Nobel de Literatura al escritor Mario Vargas-Llosa (2010), hablé con la ministra de Cultura de ese país, quien se comprometió a conversar con las autoridades de Gotemburgo", luego de un tiempo, sin necesidad de un documento oficial, los textiles fueron devueltos. Era un compromiso moral que se respetó", agrega.

Ossio precisa que el trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de sus funcionarios en el exterior, también cumple una labor relevante, porque apenas se enteran de que alguna pieza histórica es exhibida u ofertada, informan al Mincul o a la Biblioteca Nacional, iniciando una indagación de cómo salieron esos objetos arqueológicos o documentales, si fue en forma legal o ilegal; si fue clandestinamente se hace un rastreo y se comunica a sus poseedores para que lo devuelvan, caso contrario se inicia una acción judicial penal.

"Por eso es importante tener un inventario nacional, para así demostrar que el bien pertenece al país", recalca, y recuerda que Perú tiene suscritos varios tratados bilaterales y multilaterales al respecto, incluyendo convenios con la Unesco y otros organismos internacionales.

Juan Ossio señala, además, que un Estado también puede recurrir en su reclamo a la Unesco, que es la que otorga el calificativo de Patrimonio Cultural de la Humanidad no sólo a la cultura viva o material.

Autores

Xinhua