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Ex ministro de RR.EE. de Uruguay: “El que no acepta lo que ellos (EE.UU.) dicen es un enemigo”
Viernes, Marzo 4, 2011 - 09:29

En el marco de las filtraciones de los cables de Wikileaks relativas a Uruguay y que salieron a la luz este 3 de marzo, Walter Gargano dijo que se siente “muy tranquilo” y calificó los cables –en los que EE.UU. lo tilda de "antinorteamericano”— como “un error”, “producto de una actitud dogmática”.

“Lo primero que quiero decir es que estoy muy tranquilo”. Así respondió el ex canciller Reinaldo Gargano al ser consultado por Observa sobre los cables divulgados por Wikileaks que se conocieron este viernes, en los que se indica que Estados Unidos estuvo “encantado” con su alejamiento del gabinete y consideraban al ex ministro del gobierno de Tabaré Vázquez como “intratable”.

“No me tomó por sorpresa (que aparecieran los cables), porque algo se había insinuado cuando se anunció que El País los tenía, de que había información de Jorge Vázquez y también de problemas relacionados con el comercio exterior”, comentó Gargano. Y agregó: “Daba la impresión de que podían referirse a la gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores”.

"Antinorteamericano", "ideológicamente terco", un "fuerte defensor de estrechar lazos con Cuba" y "uno de los elementos más radicales de la coalición" son algunos de los calificativos que se realizan sobre el ex ministro de Relaciones Exteriores en los cables filtrados por Wikileaks y que publicó este viernes El País de Uruguay.

Para Gargano lo que dicen los cables “confirma que este país tuvo una política independiente y que se hizo ejercicio del principio de autodeterminación de los pueblos”.

Según revelan los documentos desclasificados, incluso cuando el ex presidente Tabaré Vázquez resolvió remover a Gargano de su puesto, la embajada de EE.UU. en Uruguay se manifestó “encantada de haberse liberado del intratable Gargano, quien consistentemente buscó minar las relaciones con EE.UU".

“(Los cables) no son sino una manifestación de cómo una potencia mundial se puede equivocar en la manera de manejar sus relaciones exteriores. El ex canciller entiende que los documentos “son profundamente equivocados, errores, producto de una actitud dogmática en las relaciones exteriores de Estados Unidos: o se acepta lo que ellos proponen o el que no lo acepta es un enemigo”.

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