"Mi impresión es que, contra lo que podría pensarse, en este momento la emocionalidad está más en el lado de Chile que en el lado de Bolivia. En Bolivia hay una certeza de que las cosas se están haciendo bien", afirmó el ex mandatario en una entrevista con Efe.
La Paz. El ex presidente Carlos Mesa, vocero de la causa marítima de Bolivia, afirmó este miércoles que ve en Chile reacciones emocionales ante la demanda boliviana en la Corte de La Haya y opinó que los chilenos no usan con su país el mismo rasero que con Perú.
"Mi impresión es que, contra lo que podría pensarse, en este momento la emocionalidad está más en el lado de Chile que en el lado de Bolivia. En Bolivia hay una certeza de que las cosas se están haciendo bien", afirmó el ex mandatario en una entrevista con Efe.
En ese sentido, Mesa (2003-2005) expresó su preocupación porque no ve ideal "el tono en el que están las relaciones" de Bolivia y Chile "y que no debieran encresparse, como se ha encrespado", según dijo.
Agregó que, conociendo "el talante de la presidenta" de Chile, Michelle Bachelet, la lógica de Bolivia era desarrollar una relación bilateral "dentro de un marco de normalidad sin que eso obvie lo evidente" de la demanda marítima boliviana presentada por su país en la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) en 2013.
Bolivia solicitó al alto tribunal un fallo que obligue a Chile a negociar en firme y de buena fe su histórico reclamo de una restitución de la salida al mar perdida en una guerra del siglo XIX.
Mesa recordó el antecedente de las "relaciones normales y cordiales" que tuvieron Perú y Chile, pese a la demanda del primero contra el segundo en la CIJ por los límites marítimos.
Y eso que el litigio fue "tanto o más complejo que el que tiene Bolivia", dijo.
"No veo razón alguna para que Chile tenga un rasero de tratamiento con el Perú y otro con Bolivia, que es lo que lamentablemente estamos viviendo ahora", sostuvo.
En su criterio, varias declaraciones del ministro de Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, muestran que no solamente hay "una actitud sorprendente, sino incluso un prejuicio y una presunción" de que Bolivia va a "romper normas" o "patear el tablero internacional".
Muñoz declaró en horas pasadas que descartaba una reunión con Mesa, después de que la prensa chilena dijera que iba a viajar a Chile para reunirse con las autoridades de Santiago.
"No necesitamos que se nos venga a explicar la demanda boliviana, la entendemos muy bien", enfatizó Muñoz.
Mesa replicó que lo del viaje se trataba de una hipótesis sobre un posible diálogo bilateral que fue planteada en una entrevista con un diario chileno, pero indicó que eso dependía exclusivamente de una decisión de los presidentes Evo Morales y Bachelet.
En los hechos, "por supuesto, nunca pedí tal diálogo, ni pedí tal visita, ni pedí tal reunión con la presidenta Bachelet y no la pedí con el ministro de Relaciones Exteriores", subrayó Mesa.
Además, consideró "una actitud de falta de respeto" que Muñoz haya sostenido que no necesitan que Mesa les explique la demanda marítima boliviana.
"Yo respeto al señor Muñoz y asumo que él deberá hacer lo propio. Somos personas inteligentes, trabajemos con respeto y con inteligencia", reclamó el ex mandatario.
Asimismo, cuestionó que Muñoz asignara una posibilidad de 2% a que la CIJ pueda acoger la demanda boliviana, una declaración del ministro a medios chilenos que tuvo eco en La Paz.
"Me pregunto por qué no el 3,75% o el 1,9% o el 4,33%. Es notable que una persona que sabe que hay un juicio internacional establezca con esa seguridad y certeza el porcentaje exacto de las posibilidades que Bolivia tiene", comentó Mesa.
A su juicio, el camino de las ideas, argumentos y conceptos es el que debe "primar en la relación bilateral por difícil que ésta sea".
El expresidente, que en agosto o septiembre tiene prevista una gira por Latinoamérica, EE.UU. y Europa para explicar la demanda de su país, evalúa los documentos chilenos que objetan la competencia del tribunal de Naciones Unidas para tratar el caso boliviano.
Al respecto, señaló que le "sorprende el hecho" de que Bachelet y Muñoz, que fueron altos funcionarios en Naciones Unidas y conocen el organismo por dentro, "descalifiquen" la competencia de la CIJ para tratar este tema.