Pasar al contenido principal

ES / EN

Ex rector de la U. de Chile analiza la reforma educacional
Miércoles, Septiembre 3, 2014 - 09:19

Luis Riveros afirma que "esta no es una reforma educacional, es una reforma a la gestión" y opina que "hay que tener la humildad para decir que se han equivocado. Lo que se debe hacer es poner en marcha un plan de recuperación de la educación pública en materia de calidad y equidad".

En el escritorio del Gran Maestro de la masonería y ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, se encuentra por estos días un libro sobre Pedro Aguirre Cerda. El académico lo lee con mucho interés, porque considera que el ex presidente chileno tenía una mirada a largo plazo en educación. Algo que falta por estos días, remarca.

En su oficina del piso 22 de la Escuela de Economía y Negocios de la Casa de Bello, que ofrece una grandiosa vista de la cordillera de Los Andes, el académico analiza también la contingencia. El día de la entrevista, el Consejo de Rectores (Cruch) celebraba su tradicional asamblea, donde se confirmó que para este año no habrá cambios en el cálculo del ránking de notas.

Considera que esta polémica medida se implementó de manera “un poco apresurada. No se estudiaron bien sus implicancias. Siempre me opuse a darle más importancia a las notas, porque hoy contienen una gran distorsión. Han subido sistemáticamente (en los últimos años) y eso no es porque haya mejorado la calidad de los estudiantes sino básicamente porque se ha hecho más permisivo (el sistema de calificaciones). Muchos colegios entienden la nota como una manera de mantener conforme a los padres y también a los propios estudiantes”.

Uno de los temas de la agenda pública que le quita el sueño es la reforma educacional ante la cual tiene una mirada crítica.

- ¿Qué le parece esta iniciativa clave que impulsa el Gobierno?

- Siempre creí que el esfuerzo en educación iba a destinarse a mejorar la calidad de la educación. Todos los indicadores muestran que la educación chilena es de segundo o tercer nivel respecto a los países con los cuales queremos compararnos: con los de la OCDE o con los mejores de Latinoamérica. Y estamos a la cola de eso. Entonces es urgente atacar el problema de calidad. En mi opinión, esto tiene que ver con lo que ocurre en la sala de clases, con lo que les estamos enseñando a los niños y jóvenes; con quienes enseñan, con qué medios se está haciendo la enseñanza. Y la reforma no ataca ninguno de estos problemas. No ataca temas de contenido, de formación de profesores, de pefeccionamiento de los docentes, de la inversión en educación.

Riveros se pregunta por qué la reforma se orientó a terminar, en primer lugar, con el lucro, el copago y la selección (la Comisión de Educación aprobó la idea de legislar el proyecto) y no se enfocó en la calidad. No obstante, entiende –señala- que se quiera terminar con el lucro y el copago, “pese a que en definitiva será el Estado que terminará poniendo los recursos, subsidiando todavía mayormente a la educación privada”.

- Usted ha señalado que el lucro es la ganancia excesiva, pero no la ganancia justa.

- Es lo que hemos enseñado toda la vida en la Facultad de Economía: que hay un nivel de ganancia que retribuye la inversión, eso es indiscutible. El punto es si esa ganancia es indebida, excesiva, impropia, poco ética. Entonces definamos si un 10% es una ganancia razonable (por ejemplo).

Añade que conoce a muchos profesores que “hicieron una inversión en un colegio y viven de eso y también de recuperar la inversión. Entonces, me pregunto qué tiene de malo. Entiendo también que hay grupos económicos en educación que son dueños de una cadena de colegios y cuyas tasas de retorno son altísimas, podemos hablar de 30 ó 35%. Me parece inaceptable, porque se hace con recursos del Estado. Yo creo que esto no se discutió lo que lleva a anuncios: que sí, pero no… se dilata el tema del copago, lo que provoca una confusión tremenda. He asegurado que si esta reforma tiene éxito lo único que pasará es que se fortalecerá la educación privada, porque la educación pública seguirá en estas mismas condiciones, porque no estamos haciendo nada".

- ¿Se debió haber partido por fortalecer la educación pública?

- Yo lo habría hecho en paralelo. Le habría puesto una gran inyección de recursos a la educación pública. En este momento le estamos inyectando US$4.500 millones a Codelco; US$400 millones al BancoEstado. ¿Y a educación cuánto le estamos poniendo? Entonces se habla de los recursos que les pondrán a los municipios, pero eso no es para educación sino que para que paguen sus deudas. A educación no les estamos inyectando recursos para tener una mejor carrera docente; para que los niños pobres tengan vidrios en las escuelas; para que conozcan lo que es un power point; o para que se capaciten los profesores. Entonces siento que no se han atacado los problemas fundamentales. Lo único que ello hace es aletargar las dificultades que ya arrastramos.

"Redefinir prioridades". 

- El 2 y 9 de septiembre serán las fechas en las que se introducirán indicaciones al proyecto que termina con el lucro, copago y selección. ¿Qué espera que pase con la iniciativa en el Congreso?

- El Mineduc debería definir bien sus prioridades. Esta no es una reforma educacional, porque no es una reforma a la educación como proceso de enseñanza y aprendizaje; es una reforma a la gestión, una reforma a la manera que se subsidian los colegios; a cómo operan. Llamarla reforma educacional es achicar el tema.

Más que cambiar algunos artículos (del proyecto) “se deben redefinir las prioridades. El Gobierno debiera poner en la agenda un itinerario de cómo vamos a abordar estos problemas estructurales en educación”, destaca.

Teme (que de aprobarse la reforma) "se termine con un sistema más inequitativo, con una educación privada más numerosa y no fuerte; y una educación pública en decadencia y más debilitada".

4834

- ¿Qué problemas se deberían abordar con urgencia?

- La desmunicipalización, que todos sabemos es un proceso muy complejo; pero hay que comenzarla. En segundo lugar está la inversión en educación, especialmente en la educación municipal y preescolar; la revisión de currículum, porque son inabordables y, en muchos sentidos, anticuados. Por lo tanto, se requiere una revolución en esta materia. No he visto que el Mineduc haya impulsado la visita de expertos extranjeros que recomienden lo que se debe hacer con la enseñanza en la ciencia, en matemática o idiomas. En cuarto lugar está la formación de profesores. Estamos atrasados de una manera vergonzosa. ¿Cómo es posible que más de la mitad de los docentes, de acuerdo a la Prueba Inicia, no sepa la disciplina que debe enseñar? En quinto lugar están las universidades estatales que necesitan una nueva definición de tareas. No puede ser que estén inventando negocios para poder sobrevivir y no estén cumpliendo con su misión fundamental. Si no se atacan estos problemas, el resto son temas accesorios que responden a prioridades políticas.

- ¿La autoridad está escuchando a los que no están de acuerdo con la reforma?

- Tengo la impresión de que no se está escuchando. Cuando un ex presidente (Lagos) dice que no se están tomando decisiones, eso es lo que creo que está ocurriendo en educación.

Luis Riveros destaca que él ha sido muy crítico con los asesores del ministro. “Recorriendo la lista de asesores se ve que no hay ningún educador. Entonces, me pregunto si sería posible concebir una reforma a la salud si en las comisiones respectivas no hubiera médicos; o que en los ministerios de Hacienda y Economía no estuvieran economistas. Me parece que no está escuchando, porque en gran medida no se entienden las prioridades. Cuando se nombra a un encargado de la reforma (Andrés Palma, secretario ejecutivo) se designa a un ingeniero comercial que tampoco ha estado tan metido en estos temas”.

- Su nombramiento parece haber sido un gesto a la DC.

- Yo también lo entiendo, pero a mí me habría gustado más un profesor demócrata cristiano, para que pudiera opinar con más propiedad sobre la urgencia de estos temas.

- ¿Se ha reunido con el ministro Eyzaguirre?

- He tenido la oportunidad y han encontrado muy interesantes los temas que he planteado, pero hay que ver qué pasa después cuando llegan (las propuestas) a los asesores que establecen las prioridades. El ministro debe ser una persona muy ocupada, porque debe lidiar con una serie de problemas políticos y supongo que también al interior del Gobierno, porque en este momento debe estar luchando para hacer crecer los recursos en educación de una manera significativa. La parte del diseño, de la operación, de cómo se hace una cosa u otra está en manos de otras personas y ahí veo el déficit.

- ¿Se está a tiempo de rediseñar la reforma?

- Creo que sí, pero hay que tener la humildad para decir que se han equivocado. Lo que se debe hacer es poner en marcha un plan de recuperación de la educación pública en materia de calidad y equidad.

En educación especialmente –agrega- “los ministros deben estar muy preparados para escuchar más que para que se les escuche. El ministerio de Educación es muy delicado , porque para un ministro es el que tiene más corta vida”.

- ¿Debería haber un cambio de ministro en el Mineduc o sería una mala señal?

- Sería una mala señal, porque dejaría la idea de que el Gobierno ha fracaso en la reforma educacional. Lo encontraría pésimo, al igual como consideré la salida de Yasna Provoste y Harald Beyer de la cartera, porque fueron acusados constitucionalmente. Hoy nadie se acuerda por qué los destituyeron, fueron simplemente desquites políticos. Me parece una vergüenza que esto ocurra en un país que está sumamente atrasado en educación.

- ¿En los colegios de la Logia hay preocupación por la reforma?

- Son 21. Los establecimientos nuestros no lucran, lo que deja el colegio se reinvierte, pero la reforma pone un grado de incertidumbre.

Autores

Nación.cl