Pasar al contenido principal

ES / EN

Expertos advierten del impacto económico de la independencia de Escocia
Viernes, Febrero 7, 2014 - 16:09

El Instituto Nacional de Investigación Económica y Social dio a conocer este viernes en Edimburgo una serie de documentos sobre las consecuencias para Escocia y para el Reino Unido de una victoria del "sí" en el referéndum que se celebrará el próximo 18 de septiembre.

Londres. Una eventual independencia de Escocia afectaría a la economía de esa región y también al equilibrio político del Reino Unido, señaló este viernes el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social (NIESR, siglas en inglés).

Este instituto independiente dio a conocer hoy en Edimburgo una serie de documentos sobre las consecuencias para Escocia y para el Reino Unido de una victoria del "sí" en el referéndum que se celebrará el próximo 18 de septiembre.

Los expertos de esta organización -procedentes de universidades como la de Glasgow, Aberdeen, Stirling y Ottawa- evalúan en sus distintos textos la situación económica, fiscal, monetaria o política de la eventual secesión.

"El resultado del referéndum puede tener importantes consecuencias para el resto del Reino Unido y ciertamente para el mundo. El equilibrio político del poder en el resto del Reino Unido puede cambiar decisivamente con la pérdida de 59 diputados escoceses en Westminster (Parlamento)", afirma el NIESR.

Esta pérdida de diputados, añade, puede tener un impacto para los partidos porque muchos parlamentarios de circunscripciones escocesas son laboristas.

Para los expertos, la independencia puede traer oportunidades para Escocia, pero también desafíos.

Aunque por un lado un gobierno escocés podría elegir su propio marco económico, social y político, por otro Escocia ya no se beneficiaría de asuntos de más riesgo, como la defensa.

Según argumentan, si Escocia fuera independiente, necesitaría utilizar un complejo sistema de análisis para evaluar su crecimiento económico y la fortaleza de su recaudación fiscal.

Esta situación responde al hecho de que la economía de Escocia, al igual que la de Noruega, se beneficia de los ingresos procedentes del petróleo, cuyos precios tienden a fluctuar, y a que, al igual que Irlanda, una importante parte de su economía es de propiedad extranjera, explican.

"Necesitamos saber cuánto de lo que se produce dentro del territorio de Escocia se queda finalmente aquí, en lugar de ser repatriado al extranjero, así como ver cuánto de lo que los escoceses ganan en el extranjero es traído a Escocia", agregan.

Los analistas también hicieron una evaluación de la opción monetaria después de que el ministro principal escocés, Alex Ferguson, afirmase que una Escocia independiente conservará la libra esterlina y el Banco de Inglaterra será la entidad de crédito de último recurso.

Según el instituto, se evaluaron tres opciones monetarias: formar parte de una zona libra esterlina, la adopción del euro y la de tener una moneda totalmente independiente.

Sin embargo, "ninguna de las opciones monetarias es la mejor", puntualizaron los expertos, que consideran esencial tener muy en cuenta cómo una Escocia independiente pueda llegar a ajustarse ante circunstancias económicas adversas.

Entre otras cosas, los analistas resaltan que Escocia, si obtiene finalmente su independencia, se convertiría en un pequeño Estado europeo, algo que puede ser desventajoso de cara a los mercados, aunque tendría capacidad para la adaptación en términos económicos.

Hay diferentes modos de adaptación: el liberal o el de mayor gasto público, agregan.

Alex Salmond ha fijado la fecha del 24 de marzo de 2016 para la independencia, siempre que gane el "sí" en el referéndum del 18 de septiembre.

Salmond ha defendido que una Escocia independiente se beneficiará, al ser un país pequeño, de recursos como el petróleo.

Autores

EFE