El ex jefe de la DINA murió en el Hospital Militar dejando pendiente el cumplimiento de más de 540 años de prisión de condena por violaciones a los derechos humanos. El “Mamo” fue un personaje clave del capítulo más negro de la historia chilena. Pese a que sus víctimas recuerdan con horror su sadismo, él siempre negó las atrocidades.

Santiago. A los 86 años falleció en el Hospital Militar el ex jefe de la DINA, el general Manuel Contreras, el máximo represor de la dictadura de Augusto Pinochet. Su muerte se produjo a las 22:20 horas de este viernes, donde se encontraba hospitalizado desde el 24 de septiembre de 2014.

Al fallecer, el uniformado en retiro acumulaba condenas a más de 540 años de prisión, por violaciones de los derechos humanos cometidos en el régimen militar, en causas emblemáticas como el crimen del ex canciller Orlando Letelier, la Operación Colombo y la Operación Cóndor. Sin embargo, el "Mamo" todavía tenía otros juicios que están en proceso y que con su muerte quedaron sin sentencia.

Contreras se encontraba internado en el recinto asistencial de La Reina y durante las últimas semanas se le habían suspendido todos los tratamientos y sólo recibe paliativos para el dolor.

El ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), padecía de un cáncer de colon, hipertensión y diabetes que le afectó gravemente los riñones. En los últimos días los especialistas dejaron de dializarlo.

PUNTA PEUCO Y DDHH

En septiembre de 2013, Contreras fue trasladado en un operativo de madrugada al penal de Punta Peuco junto a los otros condenados por violaciones de derechos humanos que cumplían sentencia en el Penal Cordillera, cuando el recinto exclusivo para militares fue cerrado por el Gobierno de Sebastián Piñera tras una polémica entrevista al “Mamo” donde ninguneaba a los gendarmes y desconocía las violaciones a los DDHH.

Pese a las evidencias judiciales en su contra, el “Mamo” se fue de este mundo asegurando que jamás vulneró los derechos humanos de nadie, que nunca dio una orden para matar y que no existió ninguna Operación Cóndor.

Seguro de su inocencia,  otra de sus frases espeluznantes  fue que irá “al cielo cuando me muera”, pese a los crudos testimonios de sus víctimas que vivieron en carne propia las torturas que aplicaba el ahora difunto jefe de la DINA.