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Gobierno sirio se está desintegrando afirma ex primer ministro
Martes, Agosto 14, 2012 - 09:22

Riyad Hijab dijo en una conferencia de prensa en Jordania que la moral de las autoridades sirias era baja, después de lidiar con 17 meses de un levantamiento popular y una insurgencia armada contra Assad.

Aman/Aleppo, Siria. El presidente Bashar al-Assad controla menos de un tercio de Siria y su poder se está desmoronando, dijo el martes su ex primer ministro, en su primera aparición pública desde que desertó a la oposición este mes.

Riyad Hijab dijo en una conferencia de prensa en Jordania que la moral de las autoridades sirias era baja, después de lidiar con 17 meses de un levantamiento popular y una insurgencia armada contra Assad.

"El régimen se está desmoronando, espiritual y financieramente, a medida que la intervención militar aumenta", dijo. "Ya no controla más del 30 por ciento del territorio sirio (...) así que dejemos que la brillante revolución culmine preservando la unidad del país", agregó.

Hijab, un suní, no formaba parte del círculo íntimo de Assad. Pero como el funcionario de más alto nivel en desertar, su partida luego de dos meses en el cargo fue vergonzosa para el presidente.

El ex funcionario no dio explicaciones sobre su estimación del territorio que aún controla Assad, cuya fuerza militar y armamento superan a los rebeldes que luchan por derrocarlo.

El Ejército está intentando recuperar el control de Aleppo, la mayor ciudad siria, después de retomar partes de Damasco en manos de los rebeldes el mes pasado.

Las restricciones al acceso de los medios dificultan la posibilidad de determinar cuánto está en manos rebeldes.

Pero Assad ha perdido partes del territorio a lo largo de las fronteras del norte y este del país y los combates han debilitado su control de ciudades más grandes como Aleppo y Homs.

Mientras el Ejército se focaliza en Damasco y el distrito comercial de Aleppo, los rebeldes han ganado terreno en el corazón tribal sirio hacia el este, donde se está desarrollando un combate feroz por Deir al-Zor, capital de la principal región productora de petróleo de Siria.

Efectivos del Ejército atacaron Deir al-Zor, una empobrecida ciudad suní cercana a la frontera iraquí, desde puestos fortificados en el desierto.

Un diplomático occidental que sigue al Ejército sirio dijo que las fuerzas rebeldes en Deir al-Zor estaban fragmentadas pero que los militares carecían de miembros para derrotarlos, en una región que produce los 200.000 barriles de petróleo por día que genera Siria.

Rebeldes dijeron que habían derribado un jet de combate sirio, usando armas antiaéreas nuevas, y que capturaron a su piloto el lunes. El Gobierno dijo que el avión se estrelló debido a problemas técnicos y que el piloto salió eyectado.

Revés de ente islámico. Assad enfrentó otro revés diplomático el martes con la suspensión de Siria de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC por su sigla en inglés), con sede en Arabia Saudita, un medida a la que se opuso su aliado chií Irán.

El mandatario evaluará la decisión de la OIC de suspender a Siria, un intento de profundizar su aislamiento que se adoptará en una cumbre del cuerpo de 57 miembros en La Meca, así como el trabajo de países suníes que respaldan a "terroristas" -como llama a los rebeldes- para derrocarlo.

China, que junto a Rusia ha bloqueado toda acción del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria, intentó mostrar un acercamiento imparcial al recibir a un colaborador de Assad, previsto para la tarde en Pekín, pero dijo que también consideraría invitar a sus opositores políticos.

Las divisiones entre las potencias y la rivalidad regional entre Irán y Arabia Saudita ha dificultado los intentos diplomáticos para calmar 17 meses de conflicto en Siria, donde fuentes de la oposición dicen que al menos 18.000 personas han muerto por los enfrentamientos.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, informó que 180 personas murieron el lunes.

La violencia, ahora enfocada en la ciudad de Aleppo pero que también se extiende a otras áreas, ha desplazado a 1,5 millones de personas dentro de Siria y ha forzado a otras a huir al extranjero, con 150.000 refugiados registrados en Turquía, Jordania, Líbano e Irak, según cifras de la ONU.

En tanto, la coordinadora de ayuda de emergencia de la ONU Valerie Amos llegó a Siria para discutir la asistencia humanitaria para los civiles atrapados o desalojados por los combates, que frecuentemente impiden la entrega de alimentos y suministros sanitarios.

Los esfuerzos por establecer ceses del fuego para permitir el ingreso de caravanas de ayuda rara vez han funcionado. Un funcionario de la ONU dijo el mes pasado que las autoridades sirias han negado en varias oportunidades visas a trabajadores asistenciales occidentales.

En Aleppo, los alimentos están escaseando y se han vuelto mucho más caros. Almacenes que venden comida subsidiada por el Estado han cerrado. En el distrito de Bustan al-Qasr, cientos de hombres hacían fila para conseguir pan.

"Tomen mis tomates". En un hospital improvisado, un doctor dijo que algunas personas estaban llegando en búsqueda de alimentos en lugar de medicamentos.

Otro médico describió a un hombre que había sido baleado en el pie mientras llevaba comida a su casa para su familia. Estaba más preocupado por perder la mercadería que por su herida. "Empezó a gritar: mi comida, mi comida, alguien tome mis tomates", relató.

Amos viajó a Siria en marzo para buscar un acceso irrestricto para los trabajadores asistenciales a las áreas más afectadas. Damasco acordó un trato conjunto pero limitado, pero la burocracia y la inseguridad han desbaratado los esfuerzos de la ONU por lanzar una operación de ayuda significativa.

La funcionaria tenía previsto reunirse con el viceministro de Relaciones Exteriores, Faisal Mekdad, así como con funcionarios sirios de la Media Luna Roja, dijo el portavoz Jens Laerke en Génova.

Assad está luchando por sobrevivir en el poder, confiando en las fuerzas militares y de seguridad dominadas por miembros de su minoría alauita, una rama esotérica del islam chií. Están combatiendo a una insurgencia junto a un levantamiento popular apoyado por la mayoría de suníes de Siria del 70 por ciento.

Irán criticó el último intento internacional por aislar a Assad, que fue acordado por los ministros de Relaciones Exteriores de la OIC.

"Esto significa que están borrando el tema. Queremos realmente resolver el tema", dijo el canciller iraní Ali Akbar Salehi en Yidda, donde se desarrolla la cumbre del OIC.

Autores

Reuters