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Guatemala: sombra de militarismo se proyecta sobre opción presidencial de Otto Pérez
Martes, Agosto 2, 2011 - 18:13

Las dificultades de la izquierda de Guatemala para competir en las elecciones de septiembre están dejando al país centroamericano a las puertas de un nuevo gobierno de derecha con tinte militar, lo que haría retroceder los juicios por abusos durante la guerra civil.

Ciudad de Guatemala. Las dificultades de la izquierda de Guatemala para competir en las elecciones de septiembre están dejando al país centroamericano a las puertas de un nuevo gobierno de derecha con tinte militar, lo que haría retroceder los juicios por abusos durante la guerra civil.

La Unión Nacional de la Esperanza (UNE), a la que pertenece el presidente centroizquierdista Alvaro Colom, no ha logrado inscribir como aspirante a su ex esposa, Sandra Torres, quien se divorció del mandatario para sortear una prohibición constitucional que impide a familiares ser candidatos.

Este conflicto está pavimentando el camino al militar derechista Otto Pérez Molina, quien lidera las encuestas y ha sido cuestionado por su supuesta participación en graves violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil (1960-1996) en la que murieron cerca de 250.000 personas.

Defensores de los derechos humanos como la abogada Jennifer Harbury creen que, si Pérez llega a ser presidente, obstruirá a la justicia en casos que tras décadas lograron abrirse contra militares acusados de masacrar pueblos enteros.

"El ha dicho que la guerra terminó y que todos deben unirse. Pero sin justicia, es lo mismo que decir que todos debieron unirse después de la Segunda Guerra Mundial sin Nuremberg (juicios a los criminales de guerra nazis)", dijo.

En la última encuesta del periódico Prensa Libre, Pérez Molina obtuvo un 37,6% de la intención de voto, seguido de Torres con un 17,2%. En Guatemala, un candidato necesita un 50% más uno de los votos para evitar una segunda ronda, prevista para noviembre.

Tribunales han negado varias veces la inscripción a Torres, quien esta semana presentará su último recurso de apelación.

Muchas personas tienen presente las atrocidades ocurridas durante la guerra civil por parte de los militares, pero al mismo tiempo están hartos de los rampantes niveles de violencia que asolan al país por parte de las pandillas o maras y más recientemente de los cárteles de la droga mexicanos.

Como en las elecciones del 2007, en las que perdió con Colom, Pérez promete "mano dura" contra la delincuencia.

"Guatemala necesita un hombre fuerte (...) Si Pérez no gana, vas a ver que los criminales, los narcotraficantes toman el control de este país", dijo Juan Mancilla, de 54 años, propietario de una tienda de artículos de segunda mano que participaba en un mitin reciente del candidato.

Mano dura. El gobierno de Colom niega que el crimen esté creciendo en Guatemala, al decir que hubo una baja en los homicidios a 6,502 en el 2010 desde los 6.948 en el 2009. Pero eso significa todavía más de 44 asesinatos por cada 100,000 habitantes, una tasa casi nueve veces a la que registra Estados Unidos.

Consciente de la necesidad de reforzar al Ejército contra los cárteles de las drogas, Colom ha dicho que podría revocar una ley aprobada en el 2004 que limita el presupuesto militar a un 0,33% del Producto Interno Bruto (PIB).

Organismos temen que el Ejército pueda explotar esto en un Gobierno de Pérez Molina.

Durante la guerra civil de Guatemala, una comisión de la verdad respaldada por Naciones Unidas halló que el 85% de las violaciones de los derechos humanos fueron cometidas por militares y, después de años de evasivas, el gobierno ha comenzado a procesar a implicados.

Grupos de derechos humanos dicen que Pérez, quien sirvió al Ejército hasta 1998, estuvo involucrado en abusos durante la guerra civil, una acusación que él rechaza.

En julio, el grupo indígena guatemalteco Waqib Kej presentó una carta a Naciones Unidas acusando a Pérez de violaciones a los derechos humanos en la región Quiché durante la guerra.

"Si hay alguna acusación, yo hasta el momento no la conozco. Fui director de inteligencia, mi trabajo fue respaldar la democracia y el respeto a la Constitución", dijo Pérez Molina en una entrevista.

Elección marcada por la violencia. La guerra civil sigue siendo un asunto delicado en el país centroamericano.

Aunque el Gobierno le quitó en junio el estatus de información confidencial a unos 12.000 documentos militares que datan de 1956 a 1996, mantiene en secreto información de 1982 y 1983, la fase más sangrienta del conflicto. Críticos dicen que Colom ha sido renuente a investigar crímenes de guerra.

Pero algunos analistas políticos dicen que Guatemala tiene suficientes leyes para prevenir abusos si Pérez Molina llega a la presidencia.

La violencia con frecuencia está presente en las elecciones y son comunes las amenazas de muerte y crímenes contra candidatos. Varios expertos también señalan que muchos votantes están apoyando a Pérez Molina sólo para frenar a Torres.

Pero si Torres no compite, los votantes que la apoyan podrían unirse a otro candidato centrista o izquierdista, según observadores.

Sin embargo, otros candidatos presidenciales como Eduardo Suger o Manuel Baldizón, que marchan en tercero y cuarto lugar en los sondeos, están lejos de Pérez Molina como para ganarle.

"No hemos visto que Suger ni Baldizón tienen la organización ni los recursos para que ellos capitalicen la ausencia de Sandra Torres", dijo el analista Marco Barahona.

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