Después de la reducción que se registró en el 2010 y 2011 de los casos de secuestros, los primeros seis meses del presente año apuntan hacia un aumento significativo y con más violencia de este tipo de delitos.
Las cifras, que iban en picada en los últimos dos años, de una de las actividades delictivas propias del crimen organizado han vuelto a tomar una alarmante fuerza.
Después de la reducción que se registró en el 2010 y 2011 de los casos de secuestros, los primeros seis meses del presente año apuntan hacia un aumento significativo y con más violencia de este tipo de delitos.
En la primera mitad del año, las cifras de secuestros sobrepasan la cantidad que se presentó el año pasado a nivel nacional.
Este fenómeno preocupa a la sociedad y, quizá, a las mismas autoridades encargadas del combate a este delito, como el Grupo Especial
Antisecuestros (Geas) de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI).
De acuerdo con los datos estadísticos que maneja la DNSEI, ya se registran 48 secuestros, 11 más que todo el 2011 cuando las autoridades contabilizaron 37 en total.
La tendencia a la baja se comenzó a ver en el 2010, cuando los índices se redujeron a 71, después que en el año 2009 el número de secuestros alcanzó los 113 a nivel nacional.
Según la DNSEI, las acciones de la Policía fueron más efectivas el año pasado, porque logró liberar a más del 50 por ciento de las víctimas en operaciones ejecutadas por el Geas.
El último secuestro reportado este año quedó al descubierto la mañana del sábado 14 cuando una joven de 19 años que fue privada de su libertad a inmediaciones del hospital Escuela, logró escapar de sus captores de una casa de la colonia La Trinidad, al oriente de la capital.
Equipos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) iniciaron operaciones de vigilancia y seguimiento en la vivienda en busca de los responsables del delito.
Un caso que estaba pendiente fue resuelto el pasado martes por el Geas al liberar en la aldea El Lolo, al occidente de la capital, a una joven de 15 años que había sido secuestrada en Catacamas, Olancho.
Pobres y funestos resultados
Apenas 11 de las 48 personas secuestradas el presente año han sido liberadas por la Policía, mientras que siete secuestrados han sido dejados en libertad debido a la presión policial.
La mayoría de los casos han sido resueltos mediante la negociación de familiares con los plagiarios y apenas dos fueron dejados en libertad sin cobrar pago de rescate.
Entre los 48 casos registrados, las autoridades contabilizan tres autosecuestros, uno indeterminado y ninguno pendiente de resolver.
Lo lamentable que ha dejado esta actividad criminal y que conmovió a la población, fue la muerte de dos secuestrados a manos de los grupos de inadaptados sociales.
El crimen más reciente fue el del periodista Ángel Alfredo Villatoro Rivera, coordinador de noticias de la radio HRN, quien fue ultimado a balazos el pasado 15 de mayo tras ocho días de permanecer en cautiverio en una covacha ubicada en los altos de la aldea Santa Rosa.
Como autores materiales y del repudiable suceso, la Policía capturó a tres miembros de una peligrosa banda encabezada por los hermanos Osman Fernando y Edgar Francisco Osorio Arguijo, así como Marvin Alonzo Gómez, quienes cayeron en el norte del país. Seis sospechosos más guardan prisión en cárceles de Támara por presuntos vínculos en el hecho criminal.
Sin embargo, las autoridades policiales e investigativas no han sido capaces de dar con el paradero de los autores intelectuales del abominable crimen.
Enjuiciados
La DNSEI da cuenta de más de 30 capturados por el delito de secuestro este año y uno por rapto, quienes ya fueron enjuiciados y guardan prisión en la Penitenciaría Nacional de Támara.
Otros tres implicados en la actividad ilícita fueron aprehendidos el pasado martes en la aldea El Lolo, tras la liberación de una joven olanchana.
Hasta la fecha no se reporta ningún secuestro pendiente, según dijo el director de la DNSEI, comisionado Santos Armando Rodríguez.
