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Hugo Chávez busca su reelección presidencial en Venezuela atacando el déficit de viviendas
Viernes, Mayo 20, 2011 - 22:24

El mismo presidente reconoce que la escasez de viviendas es una deuda de su gestión. Para saldar ese pesado pasivo, pidió que el electorado lo apoye para otro período de gobierno, para el cual proyectó la "Gran Misión Vivienda Venezuela".

Caracas. Detrás de los muros de la Ciudad Socialista Cacique Tiuna, plan bandera del presidente Hugo Chávez dentro de su ofensiva contra el crítico déficit habitacional en Venezuela, estaría dibujada una promesa de campaña para su reelección o su piedra de tranca.

El vasto urbanismo de apartamentos, escuelas y servicios de salud construido sobre una colina en el suroeste de Caracas planea ser replicado en otros sitios del país petrolero, dentro de una nueva "Misión" del gobierno que analistas y empresarios del gremio inmobiliario ven con franco escepticismo.

El mismo presidente reconoce que la escasez de viviendas es una deuda de la autoproclamada "revolución socialista" que ha promovido en los 12 años en los que ha gobernado Venezuela, país sudamericano que sufre una alta inflación, control de cambio y cuya economía comienza a salir de un ciclo recesivo.

Para saldar ese pesado pasivo, pidió que el electorado lo apoye para otro período de gobierno -que buscará en los comicios del 2012-, para el cual proyectó la "Gran Misión Vivienda Venezuela" con la meta de construir desde ahora hasta el 2017 las 2 millones de unidades que necesita la población.

"Este es uno de los problemas más grandes que tenemos, el de la vivienda. Y créanme que yo lo he tomado como algo personal, un problema mío, de Chávez. Y no descansaré pero nada, nada, en la búsqueda de soluciones al drama heredado producto de la maldición del capitalismo", reconoció el mandatario semanas antes de lanzar la "Misión".

Los platos fuertes del Estado en el cumplimiento de la primera etapa del nuevo programa -levantar 350.000 unidades con fecha límite del 2012- son nuevas ciudades socialistas, además de la ampliación de la Cacique Tiuna.

Allí proyectan que convivan dignamente miles de antiguos "sin techo": invasores de terrenos urbanos, ex habitantes de intrincados e inestables cerros y damnificados afectados por inclementes lluvias.

"La primera vez que yo llegue aquí, pude dormir", relató Marisol Aponte, madre de seis, portavoz del consejo comunal de Cacique Tiuna y antigua habitante de una zona forestal en la copa de un cerro donde comentó que no tenían servicios de agua o luz y su inestable vivienda tenía techo de latón.

"Puede llover y no tengo miedo de que el agua se lleve la casa porque la puerta se cierra con llave y no cualquiera con una patada la abre (...) Los niños juegan en la calle y no hay el problema de 'recójanse que vienen los malandros'", agregó disfrutando de una nueva sensación de seguridad.

Pero la realidad de Aponte contrasta con la de miles de damnificados que duermen en estacionamientos de centros comerciales, o con la de los habitantes de torres de oficinas convertidas en habitaciones, comunes en el país miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Al menos un 50% de la población de Caracas vive en barrios pobres, situación que puede extrapolarse al resto de la nación de unos 29 millones de habitantes.

Una cifra más real la arrojará la misma "Misión" que comenzó censando a quienes buscan casas. Según datos oficiales, cerca de medio millón de jefes de familia acudieron a inscribirse sólo en la primera semana de iniciado el censo el 7 de mayo. Muchos más lo han hecho en los días siguientes.

El alto flujo de personas fue visto por analistas como un temible síntoma de la realidad inmobiliaria del país petrolero, pero que funcionarios ensalzaron como una muestra de la credibilidad hacia el mandatario izquierdista.

"Yo creo que mi comandante presidente me va a dar una casa, él me lo cumple", dijo Milizlay Vegas, una desempleada que vive con sus hijos, padres, hermanos y tíos en la casa de una abuela en el noroeste de Caracas.

"Hay que confiar en Chávez y rezar a Dios", añadió mientras esperaba en la interminable fila para ser censada, luego de lo cual dan un ticket con un código de barra que la identifica.

Estrategia electoral. Para saldar cuentas se deben construir al menos 120.000 unidades anuales y el presidente ha dicho que para esto requerirá trabajar codo a codo con los empresarios de la construcción, algo que será interesante de ver, si se considera que a menudo los ha tratado de "estafadores".

A algunos les tiene abierto juicios y a otros los ha metido presos por incumplimiento en la construcción.

Desde el sector público la iniciativa será financiada por los altos precios del crudo y un nuevo impuesto petrolero. El ministro de Energía, Rafael Ramírez, dijo que la primera etapa de la Misión costará 60.000 millones de bolívares (US$14.000 millones).

"Con el disgusto de sus oponentes, Chávez va rumbo hacia las elecciones con el viento en su cola, en la forma de un fresco impuesto a las ganancias súbitas petroleras", dijo la firma de análisis Latin American Newsletters.

Una derrota de Chávez se ve improbable hasta ahora, pues la mayoría de sondeos ubican las preferencias hacia el militar retirado en cerca del 50%, pero sus adversarios dicen que en los múltiples programas que ha intentado aplicar para combatir el déficit habitacional está uno de sus fracasos.

En contra de la voluntad del fiero crítico del capitalismo se interpone el precario desempeño mostrado por el sector público en construcción.

Desde que Chávez llegó al poder en 1999 su gestión apenas ha promovido 284.000 viviendas, muchas veces apalancado en convenios con aliados internacionales como China, Irán o Bielorrusia, planes que nuevamente intenta apresurar.

Durante su gestión, ha presentado al menos ocho planes de construcción, refracción o sustitución de viviendas, todos con mínimos resultados, tal es el caso de la edificación de "Petrocasas" hechas de un material plástico derivado del petróleo (PVC), o el canje de "ranchos" por casas, objetivos frustrado para la "Revolución".

"Los resultados de la producción de viviendas en estos 12 años han sido el peor histórico por año de la democracia en Venezuela", señaló el analista Luis Vicente León de la encuestadora Datanálisis, con sede en Caracas.

"El lanzamiento de la Misión previo a la campaña electoral 2012 es una estrategia para blindarse en contra del costo político de su ineficiencia en estos temas", apuntó León.

Pagadero despúes de las elecciones. Aunque el desempeño de los constructores ha estado también por debajo de lo requerido, cifras de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela indican que de las 39.000 casas anuales que se han construido en el país petrolero en la última década, el 70% ha sido de fabricación privada.

"No se decretan las soluciones, las soluciones se consensúan (...) Venezuela no va a ser viable ni en vivienda, ni en nada, si no ponemos de acuerdo a estos dos grandes bloques de venezolanos que existen a favor o contra", consideró Aquiles Martini, presidente de la Cámara.

La batería de leyes que ha armado el presidente amparado en sus poderes especiales legislativos y que han agilizado la toma y expropiación de terrenos urbanos considerados abandonados, también ha creado preocupación entre los empresarios.

Según cifras oficiales, el sector público mantiene en construcción, con retraso o detenidas, unas 103.292 unidades; mientras que los privados están potencialmente por terminar 232.278 casas y la Cámara Inmobiliaria asegura que tales retrasos se deben básicamente a la falta de materias primas.

"No van a construir todas las 2 millones de viviendas. Eso no va a ocurrir. Pero sí va a ocurrir que se genera una ilusión incluso mayor a esas 2 millones", opinó León.

"Cuando recibes un papel a cambio de esa vivienda que existe en tu mente, te la ponen cerquita, te ponen un título sólo válido si Chávez gana y tu tienes una necesidad de votos por él (...) Tu quieres que gane porque te das cuenta de que ya formas partes de esa Gran Misión Vivienda", sostuvo.

El vicepresidente venezolano, Elías Jahua, prometió que la espera no será "infinita, ni llena de incertidumbre".

Autores

Reuters