José Larrieta afirmó que en la investigación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) hay una exigencia de una investigación de narcotráfico como detonante del ataque.

Los informes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) convocado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sobre el caso Ayotzinapa, tienen amplias coincidencias como la sugerencia de incluir una línea de investigación sobre narcotráfico como probable detonante del ataque, informó el responsable de la investigación del caso Iguala por la CNDH, José Larrieta.

Entrevistado tras participar en la “Jornada: a un año de los hechos de Iguala”, celebrada en el Colegio de México (Colmex), Larrieta indicó que la CNDH advirtió la existencia de un quinto y sexto camión.

El documento “Estado de la investigación del caso Iguala”, presentado en julio del año en curso y el cual exhibe fallas, omisiones y falta de atención a víctimas, hace referencia a un sexto camión, el cual permaneció en la central de autobuses.

Indicó que en la investigación que lleva a cabo la CNDH sobre las violaciones a las garantías fundamentales existentes en el incidente “hay una exigencia de una investigación de narcotráfico como detonante de esto”.

Explicó que hasta el momento, las investigaciones de la PGR han profundizado en las versiones que vincularían a la célula de Los Guerreros Unidos; sin embargo, hace falta tomar en cuenta a Los Rojos.

“Debe haber una gran apertura para analizar los peritajes; hay que dejar que la ciencia hable. Los análisis deben ser con esa gran apertura”, refirió en relación con la teoría desestimada por GIEI de la PGR sobre que el destino final de los normalistas desaparecidos es que fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula.

El sexto camión. En el numeral 15 de las observaciones y propuestas que la CNDH hiciera a la PGR, se hace mención de seis camiones empleados durante los hechos del 26 de septiembre del 2014: “Determinar pericialmente la presencia de indicios biológicos como secreciones y pelo en el conjunto de prendas (...) localizado a 5 metros del autobús Estrella de Oro, con número económico 1531, mismo que fue ubicado bajo el puente conocido como El Chipote, frente al Palacio de Justicia de Iguala, sobre la carretera México-Acapulco, tramo Iguala-Mezcala, Guerrero, vehículo que se desplazaba adelantado a la caravana de cuatro camiones -de los seis utilizados- en los que viajaban los estudiantes la noche en que fueron agredidos y posteriormente desaparecidos”.

Asimismo, en el apartado “Consideraciones en torno a la investigación”, la CNDH reportó “la colusión de, al menos, autoridades políticas y policiales del municipio de Iguala y policiales de Cocula, Guerrero, con la delincuencia organizada dedicada al tráfico ilícito de drogas.