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Invierno en Colombia desata guerra de responsabilidades
Jueves, Noviembre 24, 2011 - 06:31

La Corporación Autónoma Regional (CAR), Distrito, Colombia Humanitaria y alcaldías locales se culpan entre sí por los estragos de las lluvias. Expertos en el río Bogotá insisten en que se requieren más que obras de mitigación.

Todos le echan el agua sucia al de al lado. La alcaldesa encargada de Bogotá, Clara López, dice que la responsabilidad de los estragos generados por la ola invernal es de la Corporación Autónoma Regional (CAR). Otros alcaldes señalan a Colombia Humanitaria. Para la CAR, muchas de las respuestas están en manos de los alcaldes.

Y mientras siguen pasándose la pelota, las lluvias no paran, el caudal del río Bogotá sigue subiendo y ya son varios los desbordamientos por encima de los pocos jarillones que se alcanzaron a construir.

El panorama este miércoles era muy similar al que se vivió en la zona hace seis meses: alerta roja, terrenos inundados, carreteras bajo el agua y miradas de impotencia.

Desde las 7:30 de la noche del miércoles, por motivos de seguridad, fue cerrada la variante que conecta al municipio de Chía con la capital y se reabre este jueves a las 5:30 a.m. para vehículos livianos y desde las 8:00 a.m. a automotores de carga, para facilitar así la movilidad de los primeros.

El miércoles, en ese tramo, los conductores soportaron varias horas de trancón debido al taponamiento de la vía. Al mismo tiempo, la Universidad de la Sabana, que recientemente aseguró que las nuevas obras evitarían inundaciones, accedió a cerrar el campus hasta hoy como medida preventiva.

Por eso, mientras siguen buscando culpables, los afectados se preguntan cómo van a solucionar la tragedia que empieza a vivirse en el centro del país y a blindar la zona frente a futuros inviernos.

La respuesta de la CAR, regional Cundinamarca, es que la corporación ha estado presente adelantando obras de mitigación en 410 puntos críticos detectados en su jurisdicción.

Colombia Humanitaria, por su parte, asegura que en el segundo semestre de este año aprobó 4 mil obras en todo el país, en las que se invirtieron cerca de $1 billón, eso sin contar con lo que han invertido las alcaldías y la gobernación. Aunque sólo se han terminado 682, las demás tendrían un avance del 95%. Sin embargo, más allá de los trabajos, hay un conflicto de fondo al que no se le ha dado mayor relevancia.

El experto en urbanismo y medio ambiente Fernando Cortés insiste en que la solución a las inundaciones del río Bogotá no está en obras de ingeniería ni en los diques. Según Cortés, basta con mirar una foto del río Bogotá hace 70 años, para comprobar que muchas de las zonas inundadas hoy corresponden al espacio ocupado por el caudal para entonces. Esto significa que debido al cambio climático y al aumento de las lluvias en el futuro, el río seguirá recuperando su espacio.

Opinión similar tiene Gerardo Ardila, director del Instituto de Estudios Urbanos de la Unal, quien asegura que una política integral del río debe incluir la localización y relocalización de las poblaciones y las actividades humanas que se desarrollan en las antiguas áreas de inundación.

Para evitar nuevos estragos a largo plazo, según la consultora internacional en medio ambiente Margarita Pacheco, hay que desalojar las zonas que serán inundadas tarde o temprano y que los alcaldes tengan en cuenta los temas relacionados con la gestión de riesgo en los Planes de Ordenamiento Territorial. Además, que el gobierno nacional, de la mano de las autoridades ambientales, despliegue una labor de capacitación a los funcionarios en planificación ambiental del territorio.

Actualmente, el gobierno diseña un Plan Nacional de Adaptación y la CAR resalta que en el marco del megaproyecto de recuperación del río Bogotá se tiene prevista la compra de terrenos que servirán como espacios de inundación. Por ahora, con las aguas del río desbordadas, queda claro que con las decisiones que se tomen hoy depende si se evitan las tragedias del mañana.

Autores

ELESPECTADOR.COM