José Miguel Insulza dijo el martes que su misión incluirá reuniones con funcionarios del máximo nivel y también con Lugo, quien fue sometido a un juicio político por el Congreso paraguayo y destituido en cuestión de horas el viernes último.
Washington. El secretario general de la Organización de Estados Americanos viajará a Paraguay esta semana para analizar la destitución del presidente Fernando Lugo.
José Miguel Insulza dijo el martes que su misión incluirá reuniones con funcionarios del máximo nivel y también con Lugo, quien fue sometido a un juicio político por el Congreso paraguayo y destituido en cuestión de horas el viernes último.
"Consideró mi deber recabar todos los antecedentes para que este Consejo Permanente pueda tomar sus decisiones, y también considero mi deber conocer la opinión de Paraguay y de otros países", afirmó Insulza en un comunicado.
El secretario señaló que espera dar su informe de la situación a la OEA la próxima semana.
Insulza explicó en una sesión especial del Consejo Permanente de la OEA que el objetivo de la organización durante una crisis es promover procesos normales y garantizar que las elecciones del año próximo en Paraguay "se lleven a cabo adecuadamente".
La destitución de Lugo ha provocado críticas y sanciones de parte de varios países, pero el Departamento de Estado estadounidense no lo ha llamado golpe de Estado porque se siguieron los procedimientos constitucionales, dijo la portavoz Victoria Nuland.
"Los cuestionamientos que hemos tenido, como hemos dicho, fueron que el proceso pareció ser extremadamente veloz", dijo Nuland. "Creo que sacaremos nuestras conclusiones finales sobre todo esto cuando veamos cómo avanza la OEA", agregó.
Los legisladores paraguayos votaron mayoritariamente para destituir a Lugo por incumplir sus funciones al dejar que creciera la conflictividad social, que alcanzó su punto más alto cuando un choque entre campesinos y policías dejó 17 muertos en un enfrentamiento durante un desalojo de una propiedad rural.
Al presidente izquierdista le quedaba uno de sus cinco años de mandato. Su antiguo vicepresidente y uno de sus mayores críticos, Federico Franco, lo reemplazó como presidente.
