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La "broma china" de Cristina Fernández: ¿un asunto sin importancia?
Viernes, Febrero 6, 2015 - 15:19

Los tuits de la presidenta argentina sobre sus socios chinos fueron motivo de polémica en los medios del mundo. ¿Es viable el estilo comunicacional del gobierno? ¿Fue falta de tacto o una maniobra distractoria?

La visita a China de Cristina Fernández de Kirchner, desde el 2 hasta el 5 de febrero, tuvo por objetivo cerrar diferentes acuerdos en materia energética, lo que resultó en importantes convenios comerciales y proyectos de infraestructura. Las relaciones de Argentina con el gigante asiático parecen fructíferas, e incluso se planea la construcción en cooperación de dos nuevas centrales nucleares en Argentina.

Pero los tuits presidenciales provocaron una lluvia de críticas al estilo comunicacional de la mandataria en diversos medios de la prensa internacional. Cristina Kirchner ironizó usando en broma la pronunciación del español por los chinos, que transforma las “r” y “rr” en una “l, comentando sobre el foro de empresarios de los dos países que acababa de clausurar, y escribió: "Más de 1.000 asistentes al evento? ¿Serán todos de La Cámpola –en referencia a las críticas de sus opositores, que dicen que sus actos son multitudinarios solo porque asisten los miembros de la agrupación juvenil La Cámpora, a quienes se las paga o se los obliga a hacerlo (N.de la R.)- y vinieron sólo por el aloz y el petlóleo? (sic)".

"Algo que se agrandó sin sentido". “Insólito humor chino de Cristina Fernández”, tituló el diario ABC, de Madrid. “Argentina's President Mocks Chinese Accents During Visit to China“, escribió, por su parte, el New York Times. “Enojo por tuits racistas”, encabezó Der Spiegel. ¿Se puede permitir una mandataria hacer un comentario de ese tipo aludiendo en broma a un socio comercial, o sobre cualquier característica de la idiosincracia de otro país?

Según Gabriel Rocca, sociólogo, periodista, especialista en economía política y editor de diversas publicaciones de divulgación científica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la polémica desatada es “un tema que nunca debería haber sido tema, algo que se agrandó sin sentido, producto de una campaña mediática contra el gobierno argentino de parte de los grupos de medios dominantes en la Argentina, encabezados por el Grupo Clarín.”

De acuerdo con el experto, la información que circula desde Clarín, que es parte de conglomerados mediáticos internacionales, es replicada luego por los otros medios, lo cual además es reflejado por las agencias, con el enfoque de los medios dominantes. “Pero es un error pensar que su tuit contiene una ironía hacia China: esa ironía está dirigida hacia los medios y opositores locales, que una vez más lo dan vuelta y lo manipulan en su propio provecho.”

“Falta de sensatez”.  Dejando a un lado el hecho concreto de que el Grupo Clarín maneja 300 medios en Argentina, y de la innegable tendencia a monopolizar la información, que es un fenómeno global, ¿está el estilo de esos tuits de Cristina Fernández en concordancia con la tarea y la imagen de la máxima representante de un país? Para Bernd Pickert, redactor de la sección Internacional del renombrado periódico alemán Tageszeitung (TAZ), de orientación política de izquierda, “se trata de un increíble paso en falso”.

Independientemente de que la presidenta argentina haya firmado o no acuerdos comerciales con China, “ningún mandatario puede permitirse hacer bromas sobre el país anfitrión”.

Bernd Pickert dice que el asunto tiene dos lecturas posibles: por un lado, la falta de tacto y sensibilidad, además de habilidad diplomática, y, por el otro -tal vez el más importante- lo que toca el aspecto de política interna en Argentina. La broma de Fernández “demuestra la enorme presión bajo la que se mueve la presidenta en estos momentos, tanto en lo económico como en lo político, en esto último en especial por la conmoción por la muerte del fiscal Alberto Nisman”, resalta Pickert.

El hecho de haber bromeado de ese modo sobre los chinos no en su círculo privado, sino a través de Twitter, donde tiene más de tres millones de seguidores, “es simplemente falta de sensatez, y la presidenta traspasó una frontera que una jefa de Estado no se puede permitir. “A nivel de política interna”, señala Pickert,”Cristina Kirchner se presentó con una sorprendente falta de habilidad para las relaciones exteriores, algo que no puede hacerle ningún bien a su imagen."

“Los medios tratan de hacer invisibles los logros de la presidenta”.  De acuerdo con Gabriel Rocca, los medios someten permanente las informaciones sobre las reformas y progresos del gobierno argentino a un proceso de “invisibilización”. “Le dieron una manija impresionante a algo que no tiene mayor importancia”, subraya. Según el sociólogo, “es difícil entender la realidad político-mediática argentina si uno no vive aquí ni sabe lo que ocurre desde que se votó la Ley de Medios en el país, en 2007.” Y da el ejemplo de la Ley de Movilidad Jubilatoria, gracias a la cual los jubilados reciben dos aumentos por año.

“La discusión que abrió Clarín no fue acerca del aumento a los jubilados, sino en torno a si estaba bien que la presidenta hiciera el anuncio de los aumentos en silla de ruedas, diciendo que quiere dar lástima, que se hace la víctima. Se la quiere hacer quedar como frívola criticando la ropa que se pone, su peinado. Hasta se generó una polémica porque se puso calzas, y eso se utiliza para generar agenda temática, para que al otro día no se discutan las reformas y leyes”, explica.

"Expresión poco inteligente servida en bandeja". Para Bernd Pickert, sin embargo, Cristina Fernández se ganó las críticas por los tuits "en chino" por mérito propio.“Todos las empresas mediáticas funcionan del mismo modo. Nuestro periódico no es la excepción: si un medio recibe casi en bandeja una expresión tan poco inteligente de un representante de la clase política, la utiliza, y eso lo saben los políticos, y por eso lo evitan.”

Según Pickert, los tuits de Kichner difícilmente hayan sido una maniobra distractoria. Pero, remarca, "seguramente, si en Argentina se abriera un verdadero y amplio debate sobre el contenido de estos acuerdos comerciales con China, y sobre la situación en la que viajó Cristina Kirchner a China, en busca de apoyo financiero, no sé si la presidenta quedaría tan bien parada.”

Argentina está bajo una enorme presión porque debe obtener acceso a líneas frescas de crédito, y eso es aprovechado por los chinos, dice. “Algunos de los puntos de los convenios con China fueron muy criticados por algunas agrupaciones de izquierda de Argentina, como la venta de recursos nacionales a China y las consecuencias que eso tendrá para el medioambiente."

Autores

Deutsche Welle