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La máxima líder sindical de Chile: "debe haber reforma tributaria con impuesto mayor a las grandes empresas"
Miércoles, Enero 2, 2013 - 16:59

La nueva presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, detalla en esta entrevista las claves de la estrategia de la multigremial en 2013, tendiente a construir la unidad del gremio y hacer reformas estructurales al Código Laboral.

La desigualdad en Chile tiene rostro de trabajador y es "escandaloso y vergonzoso", dice de entrada en esta entrevista Bárbara Figueroa, presidenta del la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

Lo difícil, lo mejor del año que se va y los desafíos de un 2013 que se prevé intenso, son parte de las reflexiones que la nueva líder sindical hace con Nación.cl, donde también enfatiza la “independencia” con la que enfrentarán las próximas elecciones presidenciales.

-¿Cuál es el balance laboral de este 2012?

-A pesar de todas las dificultades, hemos logrado ir posicionando el movimiento sindical en los temas nacionales que nos permitan hacernos cargo de las grandes falencias o los déficit que tenemos en el mundo sindical, que no sólo tiene que ver con los conflictos, sino con una legislación que no favorece los intereses de los trabajadores y trabajadoras.

-¿Rescatas algo positivo durante este año?

-Hemos realizado un esfuerzo interesante, quizá todavía insuficiente, pero sostenido, para reinstalar en el debate nacional y público, las urgencias del mundo laboral, que hemos marcado en el documento sobre las “Desigualdades en Chile”.

El esfuerzo de esta nueva directiva de la CUT ha tenido cierto impacto en reposicionar la agenda laboral como una demanda importante y no sólo para lo que resta de este período de gobierno, sino para el debate presidencial y lo que un gobierno próximo se proponga revisar.

-¿Y en lo concreto, en ese espacio que impacta diariamente el desenvolvimiento de los trabajadores?

-Cuando hablo del posicionamiento de la agenda laboral, no pienso sólo en la cobertura que podemos a través de los medios de comunicación, sino también cómo los trabajadores empiezan a ver a una central disponible a posicionar los grandes temas a nivel nacional, incluso a partir de los conflictos locales.

Como Central hemos estado presentes, quizá no con todo el seguimiento que quisiéramos, en los conflictos del transporte, de Correos de Chile, hicimos nuestro aporte en la huelga que desarrollaron los trabajadores de la salud de la Universidad Católica y diría que uno de los grandes hitos fue lo realizado en el marco del la negociación del sector público.

Hemos ido no sólo haciendo una acción pública, sino también de acompañamiento y trabajo con los propios sindicatos, dirigentes y bases sindicales, para marcar el sello de una Central comprometida con los conflictos, pero entendiendo también que se resuelven en la medida que logramos avanzar en las demandas históricas: un nuevo Código Laboral y las condiciones para una negociación colectiva real.

-¿Hubo más actividad en los sindicatos, en regiones, en las empresas,  que es donde se ve la fuerza del sindicalismo?

-No puedo decir si antes había más o no, sería injusto con los procesos anteriores, pero lo que he visto es que el movimiento sindical está bastante más activo de lo que cualquiera pudiera pensar, que eso no se ve a través de los medios. Nos falta recuperar toda la fuerza que necesitamos, estamos en ese proceso hoy, el de recuperar la confianza y la credibilidad para poder empujar el movimiento con la fuerza que se requiere. Si tuviéramos que evaluarlo a partir del conflicto, los tenemos constantemente.

-¿La actividad se mide en el conflicto?

-Uno no puede hacer un juicio tajante. No sólo depende de los trabajadores que no se llegue a conflicto, tiene que ver con la disposición de los empleadores.

Se trata de avanzar con las demandas de los trabajadores, eso es lo que hacen las organizaciones sindicales, para eso existen los sindicatos. No es para que nos pasemos en huelga, pero tampoco para aceptar cualquier cosa que el empleador nos proponga.

-¿Destacarías el acuerdo del sector público como un evento importante del 2012?

-Yo diría que marca un hito respecto de esta fuerza de unidad que hemos podido demostrar los gremios.

También hay una negociación muy importante dentro del sector del comercio, que es la realizada por el Sindicato de Líder, que marca un precedente. Es un proceso que comienza en abril y culmina en noviembre y que generó ganancia para los trabajadores en una empresa como Wal-Mart (controladora de supermercados Líder) que no tiene una tradición  de negociación con los trabajadores. Sin embargo, acá se logró que la empresa tuviera que negociar con los sindicatos y que tuviera que escuchar sus demandas y finalmente también ceder en algunas de ellas.

UNIDAD NO ES UNA DECLARACIÓN

-¿Cuándo hablas de unidad, de generar confianzas en el movimiento, en qué piensas específicamente, cual es el diseño para producirla?

-Creo que hay tres cosas centrales que los dirigentes hemos definido como CUT. Una estructura mucho más fluida entre las estructuras nacionales, las bases y las intermedias, seccionales, provinciales. Tener cercanía, estar en los conflictos, hacer gestiones con ellos. Por otra parte, dar centralidad a las luchas.

Si bien cada conflicto en particular o cada movilización tienen un foco particular, también hemos ido instalando la necesidad de converger en las grandes demandas nacionales, como el nuevo Código del Trabajo.

Se entiende que nuestro esfuerzo de unidad no es mecánico, sino una unidad desde la diferencia, comprendiendo que hay demandas de convergencia, donde todos nos sentimos convocados y es nuestro horizonte, hacia donde debemos avanzar.

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DESIGUALDAD

-¿Cómo se proyectan para el 2013?

-La fuerza de la demanda con contenido, ese es nuestro esfuerzo. Fortalecer y articular más la unidad, porque la unidad es una potencia, es una acción de fuerza, da cuenta de una correlación de fuerza que se va construyendo y eso no es una unidad en el aire es sobre objetivos, que son las demandas históricas de los trabajadores como un nuevo Código Laboral, con negociación colectiva real. Eso es lo que nos permite avanzar en unidad, porque todos los trabajadores necesitamos herramientas no para ejercer fuerza por ejercerla, sino para avanzar en mejores condiciones de igualdad, en un país profundamente desigual.

Hay que ser honesto, la desigualdad no es flotante, no es un concepto, es una realidad. La desigualdad se expresa de manera muy nítida en el mundo del trabajo. Después de políticas que durante décadas se focalizan en los más pobres, la consecuencia ha sido, de alguna manera contener la pobre extrema, pero a costa de tener un mundo trabajador empobrecido, con ingresos promedios no más allá de 550 mil pesos por familia, es decir rentas promedio que no superan los 250 mil pesos.

La desigualdad tiene rostro de trabajador y si queremos enfrentarla, debemos hacer reformas profundas. Para que Chile deje de ser tan desigual, debe haber reforma tributaria  con impuesto mayor a las grandes empresas y que no seamos las personas las que finalmente que con nuestro esfuerzo tengamos que sostener las políticas sociales, sino con una redistribución de los ingresos real, pero también necesitamos terminar con las brechas salariales.

-¿Promueven la reforma del Código Laboral completo?

-Hay distintas materias, pero una que es absolutamente sensible para que puedas avanzar en mejoras condiciones sociales y justicia social, es garantizar la negociación colectiva como un gran valor de los trabajadores, eso significa el reconocimiento de los sindicatos como instrumento único de negociación y terminar con la posibilidad de reemplazo de los trabajadores en huelga.

Necesitamos reconocimiento del sindicato como único ente negociador, porque de esta forma se fortalece y da la posibilidad de constituir sindicatos fuertes y no atomizados, como hoy lo permite la legislación, que con 8 trabajadores puedes formar un sindicato y con eso puedes tener varias estructuras dentro de una empresa y por lo tanto no logran la fuerza necesaria para pelear por sus demandas.

Estos elementos son fundamentales para que uno pueda constituir nuevas bases de relación entre las políticas de Estado y el mundo sindical y que se entreguen al mundo sindical las herramientas necesarias para entenderse con el empleador y empresarios de manera más equivalente.

-¿Cuál será el motor que movilice a los trabajadores en 2013?

-Creo que el gran desafío es terminar con la desigualdad en Chile. Los trabajadores no  tenemos acceso a los beneficios del Estado porque eso está destinado al mundo más vulnerable, se han focalizado los recursos allí. Sin embargo somos pobres igual, aunque tengamos fuente laboral. Hay una tarea pendiente de este Chile que quiere ser más igual, que incluya la voz de los trabajadores y trabajadoras.

UN NUEVO ROSTRO

-Llegas a la CUT después de un desgastado Arturo Martínez. ¿Cómo asumes el cambio y las críticas internas que mantienen en tensión la conducción del gremio. Hay un nuevo liderazgo más allá de lo obvio, que eres mujer y joven?

-El esfuerzo por una mayor unidad no es un esfuerzo para fortalecer la conducción, sino la institucionalidad. Chile necesita un movimiento sindical fortalecido y eso pasa por fortalecer la CUT. Los dirigentes pasamos y la institución queda. La necesitamos fuerte, gravitante en las políticas nacionales y en particular en las laborales.

-Pero todos tienen el objetivo de la unidad, todos dicen lo mismo. ¿Cuál es la estrategia?

-¿Tiene que ver con conducción?, sí. Pero tiene que ver también con las condiciones del Chile que estamos viviendo, sometido a agobio y eso obliga a todos los sectores a avanzar con mayor convergencia y unidad. Nosotros lo entendemos así, percibimos esa realidad. Eso demanda esfuerzos colectivos y también individuales. Gran parte de lo que estamos haciendo es eso, dar cuenta que hay una Central que no le teme a la crítica, no se puede suponer que vamos a tener las mismas visiones. Precisamente construir en unidad es reconocernos en la diversidad. Somos distintos, tenemos énfasis distintos entre nosotros, entre el mundo público y el privado. Sin embargo, la central debe ser capaz de canalizarlas y reconocerlas”.

-¿Como enfrentan esa disidencia interna, esa mirada distinta, cómo integran su visión?

-Hay que escuchar a todos los sectores. Aquí hay algunos que tiene interés siempre que a la CUT no le vaya bien y eso es parte de cómo funciona.

-¿Quienes quieren que le vaya mal a la CUT, están dentro de la CUT?

-No, hay sectores fuera de la Central que evidentemente esperan que estemos siempre tensionados, fraccionados, divididos. Hemos sido claros en decir que debe haber mucha transparencia, mucho debate, aprender a escuchar. Podemos tener diferencias, pero no quiere decir que se acallen las voces. Hay que tener disposición a un dialogo real.

He tratado de trabajar en equilibrar las tensiones a partir de la escucha real de lo que otros tienen que decir y que eso nos permita ir avanzando y construyendo confianzas. Eso pasa por transparencia en las conversaciones que tengas con las distintas instituciones, que sepan de primera fuente lo que está trabajando la Central para que se sientan tocados con los temas, que no se sientan alejados. Pasa por la masificación, que el debate de la desigualdad con base en el mundo del trabajo, no sólo quede en el debate nuestro o dirigentes nacionales,  que también en los de base, discutirlos con ellos y no sólo a los afiliados a la Central, que son nuestra prioridad, pero también al resto del mundo del  trabajo y convocar a los sectores que hoy no están en la Central.

ELECCIONES 2013

-El 2013 es un año electoral, la administración pasada de la CUT tomó partido por el candidato presidencial Eduardo Frei. ¿Cómo se plantean ante esta misma disyuntiva de privilegiar a un candidato por sobre otro?

-Hay un análisis de todos los sectores de que, más allá de nuestras militancias particulares, nosotros debemos resguardar el rol de independencia de la CUT. Eso no significa que vamos a ser ausentes del debate presidencial, todo lo contrario. Queremos incidir en ese debate, que los candidatos se pronuncien sobre los temas de fondo y no sólo mantener el debate de luces, mediático, sino que hablar de la reforma tributaria, los derechos sociales garantizados.

No basta con que se formen coaliciones o grandes convergencias para definir planillas de candidatos. Hay que poner en el fondo los planteamientos programáticos que van a permitir avanzar en un nuevo gobierno. No es suficiente decir: desplacemos a la derecha. Por cierto que como trabajadores queremos desplazar a la derecha, no nos da lo mismo quien gobierne, pero no queremos que vuelvan gobiernos que no se hagan cargo de las grandes demandas que Chile tiene.

-¿No van a apoyar a un candidato en particular?

-La CUT hoy necesita resguardar su independencia, podemos tener más sintonía con un candidato, es evidente. Nuestro candidato son los programas, son los contenidos, esa es la fuerza que hacemos.

Los únicos que podemos garantizar hoy que efectivamente Chile transite hacia las grandes reformas que se han demandado a través de las movilizaciones sociales, es el movimiento social y sindical. Tienen un rol clave que sólo se puede cumplir con independencia”.

*Lea además en Nación.cl: Desempleo anotó 6,2% en trimestre septiembre-noviembre.

Autores

Nación.cl