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Las dudas que se abren en la izquierda mexicana tras la derrota de López Obrador
Sábado, Julio 7, 2012 - 17:10

Seis años después de haber bloqueado con campamentos zonas neurálgicas de la congestionada Ciudad de México, por lo que consideró un fraude en las elecciones, López Obrador también ha reclamado ahora por el resultado de los comicios

México D.F. Una vez más, en las recientes elecciones presidenciales de México el candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador probó que los partidos de la izquierda no pueden competir sin él.

Pero, después de su derrota de este domingo, también mostró que es difícil que prosperen con él como líder.

El caudillo con más fuerza que ha tenido la izquierda en los últimos años tocó la presidencia con la punta de los dedos en 2006 y en los comicios del 1 de julio quedó en segundo lugar por poco margen; rechazó los resultados en las dos ocasiones y terminó en un duro enfrentamiento con sus rivales.

Seis años después de haber bloqueado con campamentos zonas neurálgicas de la congestionada Ciudad de México por lo que consideró un fraude en las elecciones, López Obrador también ha reclamado ahora por el resultado de los comicios, levantando temores de que se repitan las protestas de entonces.

Pero además, hay un riesgo de que la izquierda se divida después de haber ganado terreno en estos comicios tras los cuales volverá a ser la segunda fuerza en el Congreso detrás del ganador de los comicios, el centrista Partido Revolucionario Institucional (PRI), que vuelve al poder que ostentó por 71 años hasta el 2000.

López Obrador, de cabello cano muchas veces despeinado y con acento provinciano, construyó una red de leales seguidores que van desde sectores pobres de la sociedad hasta intelectuales que se sintieron capturados por su discurso enfocado a terminar con la extendida corrupción y la pobreza.

Pero el líder no logró conseguir los votos necesarios para llegar al poder y es difícil que consiga a ampliar su capacidad de arrastre, con muchos votantes preocupados de que se convierta en un dirigente radical y provocador de divisiones.

López Obrador acusó al candidato ganador, Enrique Peña Nieto, y al PRI, de comprar votos y excederse en los gastos de campaña, comportamiento que ha calificado de "inmoral".

Un líder conflictivo. Pero su postura beligerante y su reclamo de que se recuenten todos los votos, a pesar de que la ventaja de Peña fue de casi 7 puntos porcentuales, sólo ha sido respaldada por una parte de la alianza que lo postuló, encabezada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

"No deberíamos cometer el error de 2006", dijo Jesús Ortega, ex presidente del partido, que en alianza con el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano impulsó la candidatura de López Obrador.

"No podemos aislarnos (...) en un oposición sistémica, sino ser actores en los acuerdos y las negociaciones de las reformas progresistas que necesita el país", agregó.

El PRD, que mantuvo su bastión de la Ciudad de México al ganar las elecciones a jefe de gobierno (alcalde) con más de 60% de la votación, podría utilizar su fuerza para presionar por más democracia y reformas políticas.

Impulsado por el surgimiento reciente de un movimiento estudiantil contrario al PRI y sus vínculos con medios de comunicación dominantes, el PRD también está montado en la ola de demandas populares que exigen el fin de la dominación de las cadenas Televisa y TV Azteca.

Pero si López Obrador sigue fustigando a Peña y se niega a reconocerlo como presidente, el Congreso probablemente estará dominado por los esfuerzos del nuevo mandatario para tratar de sacar reformas con el gran perdedor del domingo, el gobernante Partido Acción Nacional (PAN), de derecha.

Célebre como defensor de los pobres y los oprimidos, López Obrador ha sido un operador político astuto que cuando fue alcalde tuvo la posibilidad de crear una relación cercana con Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.

Desde que comenzó su carrera política en su natal estado de Tabasco, entre las décadas de 1970 y 1980, el líder de 58 años ha organizado ruidosas protestas en elecciones estatales y analistas políticos ven difícil que se eche atrás en 2012.

"Es lo único que sabe hacer", dijo Ulises Beltrán, de la firma encuestadora BGC. "López Obrador es cañón perdido, la izquierda volverá a tener problemas si se une a él".

El trabajoso camino de la izquierda. En 2006, López Obrador ganó 2,5 millones de votos más que los que el candidato izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas obtuvo en las dos elecciones presidenciales anteriores conjuntas; sin embargo no le ha alcanzado para ganar la presidencia en medio de temores entre la clase media.

El PRD no ha podido ganar el poder desde que se formó a finales de la década de 1980, con una mezcla de comunistas y socialistas disidentes del PRI, como el mismo López Obrador.

Al interior del partido hay seis facciones identificables y la agrupación debe mantener un tira y afloje con los pequeños grupos de izquierda.

Sus seguidores dicen que solamente López Obrador puede aglutinar a los distintos sectores.

"Puede que él no sea el mejor líder, pero es el único", dijo Jonathan Domínguez, de 18 años.

La base del poder de la izquierda radica en la Ciudad de México, de 20, millones de habitantes en su área metropolitana, que el PRD gobierna desde 1997, en la primera vez que se realizaron elecciones.

La popularidad en la administración de López Obrador tiene un cimiento que se ha mantenido en la metrópoli, pero también se ha creado competencia ahí para él.

El actual alcalde Marcelo Ebrard, más moderado y no tan polarizante, desafió a López Obrador en la carrera en el PRD por la candidatura a la presidencia, pero perdió por un estrecho margen. Sin embargo, se lo ve como un potencial candidato en las elecciones de 2018.

Austero y orgulloso de su incorruptibilidad, López Obrador nunca aceptó en 2006 su derrota ante el presidente Felipe Calderón, del PAN, al que llamó "espurio".

En aquel entonces, luego de que la autoridad electoral rechazara sus demandas de fraude, López Obrador mandó "al diablo las instituciones", llamando también a grandes movilizaciones en las calles en su apoyo, pero la opinión pública pronto se tornó en su contra.

En 2009, la participación de votantes izquierdistas se redujo de cerca de un tercio a menos de una quinta parte en las elecciones legislativas, pero no hizo al bloque más flexible en el Congreso.

La obstrucción de López Obrador fue factor de freno para las reformas económicas de Calderón, punto en su contra y a favor del triunfo del PRI el domingo, dijo George W. Grayson, un experto en México del College of William & Mary en Virginia.

"El ataca a todo aquel que no marcha a su toque de tambor", dijo Grayson, un biógrafo de López Obrador. "Piensa que sólo él tiene la visión correcta. Esto lo hace muy difícil para la izquierda"

Las victorias que logró la izquierda la semana pasada lograron crear una nueva base de poder, por primera vez en los estados de Morelos y Tabasco, mientras que perdió el estado de Chiapas, con grandes poblaciones de indígenas pobres.

Graco Ramírez, ganador de las elecciones en Morelos, se ha pronunciado en desacuerdo con las protestas de López Obrador. "No creo que sea lo que necesitamos o lo que Andrés Manuel necesita", dijo.

Autores

Reuters