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Las elecciones en Colombia se encaminan a su final al ritmo del fútbol
Sábado, Junio 14, 2014 - 21:30

Mientras que este domingo se enfrentarán en las urnas Santos y Zuluaga, la alegría por el triunfo de la selección colombiana en su debut en Brasil-2014 se apoderó de las calles y de ambas campañas.

Bogotá. Tras 16 años de ausencia, Colombia volvió a una Copa del Mundo este sábado con una victoria 3-0 sobre Grecia en el que fue el primer partido del grupo C de Brasil-2014, y la euforia por esta victoria se dejó sentir en las sedes de campaña de los dos candidatos presidenciales, que esperan completar la celebración el domingo con su victoria en las urnas. 

"Vamos Colombia, tenemos selección, tenemos como ganar, empezamos con pie derecho el Mundial (...) y mañana va a ganar la paz", dijo un emocionado Santos desde su sede de campaña, recordando su principal promesa electoral: sellar acuerdos de paz con la guerrilla y acabar el conflicto armado de 50 años.

Vestido con una camiseta amarilla de la selección colombiana que llevaba su apellido escrito en la espalda, Santos, un centroderechista de 62 años, vio el partido junto a su esposa, sus hijos y decenas de colaboradores.

Por su parte, Oscar Iván Zuluaga, candidato derechista de 55 años y opositor a la forma como se llevan a cabo los actuales diálogos de paz con la guerrilla, vio a su vez el juego con familiares, colaboradores y el expresidente Álvaro Uribe, padrino de su campaña.

También ataviado con la camiseta de la selección y celebrando con los brazos en alto, Zuluaga dijo al finalizar el partido: "Esta victoria de Colombia nos tiene emocionados y mañana hay que rematar ganando la presidencia".

En las calles del país, donde desde el arranque del Mundial el ambiente es más futbolístico que electoral, la celebración parecía más propia de una final que del primer juego de la Copa.

El domingo, más de 32 millones de colombianos están convocados a las urnas para la segunda vuelta de los comicios presidenciales, que promete ser reñida y en la que la meta también es bajar la elevada abstención (casi 60%) de la primera ronda.

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ELESPECTADOR.COM