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México es el país que tiene menos gasto militar de Latinoamérica
Sábado, Mayo 21, 2011 - 17:37

La inversión en esta área fue de US$4.859 millones en 2010, lo que representa sólo 0,4% del Producto Interno Bruto, según el Stockholm International Peace Research Institute.

Ciudad de México. México, el país que menos desembolsa en gasto militar en Latinoamérica en relación a su economía, debe duplicar su presupuesto de defensa para poner al día a sus fuerzas armadas como lo hizo Colombia, y así intentar vencer al narcotráfico y las miles de muertes que deja.

El gasto militar mexicano fue de US$4.859 millones el año pasado, solo 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB), según el Stockholm International Peace Research Institute (Sipri). El monto es similar al calculado por el International Institute for Strategic Studies.

Con ese porcentaje, México es, con Guatemala, el país que menos gasta de Latinoamérica en relación a su economía, la segunda mayor de la región.

Las cifras totales lo ubican detrás de Brasil -que eroga la mitad de los US$60.000 millones de gasto regional- y Colombia.

Incluso va a la zaga de Chile, que destina a sus fuerzas armadas ocho veces más por habitante que México, pese a que no tiene amenazas internas y la última vez que estuvo al borde de un conflicto armado fue hace tres décadas.

El gasto mexicano languidece aún más si se tiene en cuenta que el país enfrenta una guerra contra el narcotráfico ha dejado más de 38.000 muertos desde el 2006.

El hallazgo de ejecutados, decapitados y fosas comunes hasta con cientos de cadáveres son cosa de todos los días y muchos mexicanos emigran de algunas ciudades del norte del país, donde se concentra gran parte de la violencia.

"Hay que aumentar el presupuesto por lo menos al 1% del PIB, pero sobre todo direccionarlo mejor, y eso quisiera decir que el ejército y la marina se dediquen a la protección de las fronteras", dijo Alberto Islas, analista de Risk Evaluation.

Parte de la razón del bajo presupuesto histórico de los militares mexicanos, que desde hace casi cinco años fueron desplegados en las calles para pelear contra los cárteles de la droga, surge de la política exterior de México basada en principios de no intervención y de no beligerancia.

Pero los tiempos cambiaron y ni siquiera el incremento del 25% del gasto de defensa que hizo el presidente Felipe Calderón, desde que ordenó los operativos militares al asumir en el 2006, parece alcanzar.

Hoy los recursos adicionales son clave para poder debilitar a los cárteles de la droga, según los especialistas.

No es que no haya dinero para invertir. El punto es que en lugar de gastarlo en aumentos para su gigantesco aparato administrativo, lo tiene que destinar a seguridad y a los militares que están en la línea de combate, aseguran expertos.

México debe revertir el rezago que tiene, por ejemplo, en vehículos de intercepción como lanchas y helicópteros para controlar de forma ideal las rutas de tráfico de cocaína por Centroamérica, además de capacitar mejor a sus fuerzas.

"México tiene que seguir el modelo colombiano, pero si lo hace de una manera anticipada se podrían evitar muchas muertes y muchas cosas más adelante", sostuvo Islas.

Mirando al sur. Si algún país sabe lo que sufre México es Colombia.

A fines de la década de 1980 el capo de la droga Pablo Escobar asesinaba a funcionarios y hacía estallar edificios y aviones comerciales. Poco después, la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzó a trabajar con cárteles de la droga y crecieron los atentados y secuestros.

Pero en menos de dos décadas, Colombia desmanteló la cúpula de las FARC, bajó a la mitad sus efectivos y redujo a los cárteles.

Además, disminuyó a menos de la mitad las hectáreas de cultivos de coca en el país del 2000 al 2009, aunque todavía representa el 43% del cultivo global de la hoja, según la Oficina para la Droga y el Crimen de Naciones Unidas.

En el mismo lapso los cultivos de coca en Bolivia se duplicaron y en Perú subieron 38%.

El éxito colombiano fue una combinación de circunstancias.

"La primera fue la voluntad política muy grande del presidente (Alvaro) Uribe y de todo su gobierno, segundo el apoyo de la sociedad colombiana de enfrentar definitivamente a toda esta vinculación de terrorismo, narcotráfico (...) y lo tercero haber contado con más recursos", dijo la ex ministra de Defensa colombiana Marta Lucía Ramírez.

Desde 1990, Colombia triplicó su presupuesto de Defensa -que incluye a la policía- hasta los US$9.200 millones actuales según el Sipri, casi el doble de lo que gasta México.

Para eso, instauró en el 2002 un impuesto al patrimonio, que grava las propiedades de los colombianos.

El Plan Colombia, un proyecto de asistencia de Estados Unidos que se tradujo en ayuda por unos US$5.000 millones, equipamiento y capacitación durante una década, también contribuyó a los resultados.

El proyecto es similar a la Iniciativa Mérida enfocada en México y Centroamérica a la que Washington se comprometió a aportar US$1.400 millones a tres años.

"Mientras en Colombia se ha tenido un éxito muy significativo (...), en México es creciente el poder de los narcotraficantes y la amenaza al Estado y la ciudadanía", dijo Alfredo Rangel, analista colombiano de asuntos militares.

Las autoridades de la procuraduría general mexicana han mantenido reuniones con funcionarios colombianos sobre el problema del narcotráfico, pero hasta el momento no se han implementado programas de colaboración militares.

"Una vergüenza". No sorprende que los 43 dólares que destina a gasto militar México por habitante queden opacados frente a los 364 dólares de Chile -que incluye a sus policías en el presupuesto-, los 204 de Colombia y los 147 de Brasil.

"Es una verdadera vergüenza que les estemos dando los recursos que le damos al ejército con los problemas que está teniendo en este momento", dijo el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de México, Rogelio Cerda.

Para este año, México tiene una partida de Defensa de US$4.314 millones. Los legisladores habían propuesto el año pasado agregar otros US$1.100 millones para crear 18 batallones de fuerzas especiales, pero Cerda aseguró que se toparon con el rechazo de las autoridades hacendarias.

"Se le da prioridad a otros rubros como son la educación, el empleo, otros aspectos sociales para la población civil", dijo el general Alfonso Duarte Mujica, comandante de la II Región militar desde Mexicali, en el norte de México.

Las prestaciones de un soldado mexicano han mejorado y el salario se ha incrementado casi el doble desde hace seis años.

Pero hoy un soldado por arriesgar su vida día a día contra los cárteles de la droga gana el equivalente a US$800 por mes en México frente a los US$1.200 de uno en Colombia.

El asunto es delicado cuando los narcotraficantes manejan sumas de dinero tan grandes -el prófugo Joaquín "Chapo" Guzmán figura en la lista Forbes de multimillonarios- que pueden tentar a los militares a cambiar de bando. Una de las bandas más violentas de la droga son los Zetas, que están integrados mayormente por ex militares.

Y todo a pesar de que en México el analista Javier Oliva estima que se destina a salarios y pensiones un 94% del presupuesto, cuando lo habitual en Latinoamérica oscila entre el 50 y el 70%. Eso no deja mucho para gastar en mantenimiento, ni se diga en equipamiento.

"Estamos en un proceso muy serio de desgaste, ya no diga político o presupuestal, sino de desgaste físico tanto de personal militar como de las herramientas, desde armas hasta transporte", dijo Oliva, profesor del posgrado de Seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Pero algunos creen que no solamente hay que invertir más dinero y de una manera más eficiente, sino que el gobierno debe cambiar la estrategia de usar a los militares para trabajos policiales y destinarlos a sellar la porosa frontera sur.

Autores

Reuters