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Ola de escándalos en Brasil amenaza ahora a ministro de Comercio
Jueves, Diciembre 8, 2011 - 17:21

Seis miembros del gabinete de Rousseff han renunciado por acusaciones de corrupción desde que la mandataria asumió el poder en enero y la última dimisión correspondió a su ministro de Trabajo, que dejó el cargo el domingo.

Brasilia. El ministro de Comercio e Industria de Brasil afrontaba presión este jueves al explicar su patrimonio personal, luego de convertirse en el último de una serie de miembros del Gabinete de la presidenta Dilma Rousseff en ser señalado por los medios por acusaciones de falta de ética.

Seis miembros del Gabinete de Rousseff han renunciado por acusaciones de corrupción desde que la mandataria asumió el poder en enero y la última dimisión correspondió a su ministro de Trabajo, que dejó el cargo el domingo.

Sin embargo, sus niveles de aprobación han sido altos hasta ahora, debido a que ha podido beneficiarse de la percepción de que es estricta ante la corrupción y ha lidiado con firmeza con los ministros acusados, los cuales en su mayoría pertenecen a otros partidos dentro de la coalición, no al suyo.

Algunos ministros también habían sido miembros del Gobierno del predecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva.

Pero el grave escándalo que involucra al ministro de Comercio e Industria brasileño, Fernando Pimentel, miembro del Partido de los Trabajadores en el poder, podría ir más lejos en el perjuicio para Rousseff.

Pimentel, un confidente cercano y amigo personal de larga data de la mandataria, es el ministro más influyente en afrontar acusaciones de falta de ética desde que el jefe de Gabinete, Antonio Palocci, se vio obligado a dejar su cargo en junio.

A diferencia de las últimas dimisiones en ministerios menos importantes, Pimentel es clave en el equipo económico de Rousseff, que ha estado luchando para revivir un crecimiento que quedó estancado en el tercer trimestre, cuando Brasil empezó a sentir los efectos de la crisis de deuda de Europa.

"Esta es la última prueba en la limpieza de casa de Rousseff", dijo David Fleischer, un profesor de ciencias políticas en la Universidad de Brasilia.

"Los otros han sido de otros partidos políticos y remanentes del Gobierno de Lula, pero a Pimentel lo escogió ella misma. Este es un juego diferente y podría asestarle un duro golpe si Pimentel se va", aseveró.

Importantes diarios reportaron que Pimentel recibió más de 1,1 millones de dólares en honorarios de consultoría por un periodo de dos años antes de retirarse como alcalde de la ciudad de Belo Horizonte y unirse al Gobierno de Rousseff en enero.

Pimentel ha negado cometer malas prácticas, pero reconoció que la presidenta le había pedido explicaciones.

El diario O Globo informó que su firma de asesorías, P-21 Consultoria, estaba vinculada a un actual asesor del alcalde de Belo Horizonte. Otros diarios han reportado que su compañía trabajó con una empresa de construcción que más tarde ganó una licitación de la municipalidad de Belo Horizonte.

Caso recuerda a Palocci. Las acusaciones son similares a las emitidas en contra de Palocci, relacionadas a consultorías hechas para compañías de manera simultánea mientras el ex funcionario trabajaba en el Congreso entre el 2006 y el 2010.

A diferencia de Palocci, Pimentel no tenía un cargo público mientras estaba a cargo de su consultora, un punto que según fuentes del Gobierno dio la confianza a Rousseff de que su ministro de Comercio no tendría que renunciar.

Una fuente cercana a Rousseff dijo a Reuters que Pimentel había mostrado documentos probando que no era culpable de tráfico de influencias mientras administraba su antiguo negocio.

Muchos de los escándalos de este año han comenzado con un patrón similar: negativas iniciales de los ministros seguidas por una ola constante de nuevas acusaciones en los medios y la decisión final de Rousseff de retirar su apoyo al funcionario.

Aunque sus niveles de aprobación no se han visto perjudicados, los escándalos han sido una distracción constante para el Gobierno y afectaron las relaciones de Rousseff con el Congreso, mientras intenta obtener aprobación para aplicar reformas económicas.

El miércoles, el opositor partido PSDB pidió que la fiscalía abriera una investigación sobre los negocios de Pimentel.

La coalición de Rousseff usó el miércoles su influencia en el Congreso para rechazar un llamado a citar a Pimentel para que explique sus actividades de consultoría ante una comisión parlamentaria.

Autores

Reuters