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Oposición argentina luchará resignada por bancas legislativas y no la presidencia
Jueves, Agosto 18, 2011 - 18:44

Las primarias mostraron que las propuestas opositoras de terminar con políticas intervencionistas cosecharon escaso apoyo incluso en el sector rural, que hace tres años se enfrentó con el gobierno para resistir un alza de tributos, pero que el domingo votó masivamente a Fernández.

Buenos Aires. La oposición argentina se enfocará en ganar bancas legislativas para impedir que la presidenta Cristina Fernández, cuya reelección en octubre se considera segura, logre retomar el control del Congreso, buscando impedir un temido "poder absoluto" del gobierno.

Fernández obtuvo un abrumador apoyo en las primarias del domingo, convocadas para definir los candidatos que competirán en los comicios generales de octubre, en una votación que funcionó como una gran encuesta nacional debido a que los partidos ya habían escogido sus postulantes a la presidencia.

El enorme respaldo a la presidenta, que obtuvo más del 50% de los votos gracias a un auge económico y generosos planes sociales, demolió la esperanza opositora de luchar por el poder en la elección del 23 de octubre, por lo que en la campaña pondrá énfasis en obtener legisladores.

"Se trata de instalar la idea de que también se eligen otros poderes del Estado (en octubre). Sé que es difícil después de la última diferencia", dijo Ricardo Alfonsín, candidato a la presidencia por la socialdemócrata Unión Cívica

Radical (UCR) y segundo más votado en una primaria en la que quedó a 38 puntos porcentuales de distancia de Fernández.

"Que adviertan los argentinos que existe cierto equilibrio en el poder, que no es bueno concentrar en un solo partido los espacios de poder", agregó Alfonsín al hablar con una radio.

En octubre, además de presidente y vice, los argentinos votarán para elegir 24 senadores y 130 diputados federales, dos años después de que en los comicios de medio término del 2009 quitaron a Fernández el control del Congreso.

Las primarias mostraron que las propuestas opositoras de terminar con políticas intervencionistas cosecharon escaso apoyo incluso en el sector rural, que hace tres años se enfrentó con el gobierno para resistir un alza de tributos pero el domingo votó masivamente a Fernández.

Además, muchos argentinos que sufrieron la crisis económica de 2001/2002 temen que los opositores, de llegar al gobierno, terminen con la extendida ayuda estatal a los pobres, especialmente la Asignación Universal por Hijo, un programa social emblemático para la presidenta Fernández.

"La razón por la que Cristina se logró posicionar es porque ha logrado algo de derecho y dignidad para la gente. La asignación universal por hijo es importante porque yo voy al campo y veo familias que tienen ocho, diez hijos y con esto pueden conseguir una canasta familiar", dijo Alberto Borda, un vendedor de periódicos en una estación de trenes.

Autoridad. La peronista Fernández y su marido y antecesor, el fallecido Néstor Kirchner, restauraron a partir del 2003 la autoridad presidencial en Argentina tras un vacío de poder provocado por el colapso de la economía en 2001/2002, pero opositores los acusan de gobernar de forma ríspida, sin favorecer el diálogo entre intereses distintos.

"Descalificar a los demás por antipatriotas, porque no están con ellos, con mayoría propia (en el Congreso), esa experiencia nosotros no la vivimos todavía, y no quiero vivirla", dijo el diputado Federico Pinedo, del centroderechista PRO.

Proyecciones reproducidas por medios locales en base al resultado de la primaria indican que, de mantenerse los porcentajes del domingo, el oficialismo ganaría 86 bancas de diputados de las 130 en disputa, lo que le permitiría quedarse con un total de 106 escaños, muy cerca del quórum propio de 129 si se toma en cuenta la ayuda de aliados.

Pinedo sugirió que algunos candidatos opositores deberían renunciar a su postulación para favorecer una concentración del voto anti gobierno, pero Alfonsín, el ex presidente Eduardo Duhalde y el socialista Hermes Binner dijeron que mantendrán sus aspiraciones presidenciales pese a sus pobres resultados del domingo.

Las reglas electorales del país no permiten fusionar fórmulas después de haber competido en las primarias, lo que dejará la oferta de la oposición en su actual configuración fragmentada.

"Yo voy a hacer campaña no para que yo sea presidente. Voy a hacer campaña como candidato a presidente para que los diputados entren", dijo la legisladora de centroizquierda Elisa Carrió, que cosechó apenas 3,2% de adhesiones en la primaria.

Autores

Reuters