Un comisario y dos suboficiales de la policía murieron en una emboscada en la zona de Keshiapato este miércoles, en la región del Cusco al sureste de Perú, cuando los agentes apoyaban una acción judicial en esa localidad.

Lima. Tres policías murieron y un militar resultó herido en dos ataques de presuntos rebeldes de Sendero Luminoso en Perú, informaron el jueves las autoridades, en una escalada de atentados contra las fuerzas de seguridad y a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales.

En un primer incidente, un comisario y dos suboficiales de la policía murieron en una emboscada en la zona de Keshiapato este miércoles, en la región del Cusco al sureste de Perú, cuando los agentes apoyaban una acción judicial en esa localidad.

"Fueron emboscados por una organización terrorista o delincuencial, que estamos en investigación, donde fallecieron el comisario y dos suboficiales", explicó a periodistas el director de la policía, Raúl Becerra.

El oficial afirmó que comandos de la policía se han trasladado para buscar a los rebeldes.

Con estos ataques, suman cinco atentados contra las fuerzas de seguridad en diciembre de presuntos guerrilleros de Sendero Luminoso, que actúan en alianza con las bandas de narcotraficantes que operan en la selva y Andes del país.

Analistas afirman que los ataques o emboscadas de los rebeldes podrían aumentar en los próximos meses, a medida de que se acerca la elección presidencial de abril de 2011.

El segundo ataque de este miércoles se produjo en la zona selvática de Pucayacu, en Huánuco, en el centro del país, cuando un batallón fue atacado "por un grupo de presuntos delincuentes terroristas con disparos de armas de fuego de largo alcance", dijo un comunicado de las Fuerzas Armadas.

La patrulla, que se movilizaba para hacer un relevo de sus bases, repelió el ataque y producto del enfrentamiento fue herido un teniente del Ejército.

Para evitar un rebrote de la violencia, el ejército y la policía han reforzado en los últimos meses una ofensiva lanzada hace casi dos años por el Gobierno del presidente Alan García en zonas donde operan los rebeldes remanentes.

Desde que comenzó esta ofensiva han muerto alrededor de 60 militares y policías en enfrentamientos o ataques de Sendero Luminoso, según datos oficiales.