"Es una guerra, ha sido una guerra", dijo Temer en referencia a sus primeros 30 días como presidente interino de Brasil en declaraciones al diario Folha de Sao Paulo. No obstante, dijo que "a pesar de todas las turbulencias, críticas y presiones, fue un mes de éxito".
Río de Janeiro. El presidente interino de Brasil, Michel Temer, calificó como "una guerra" el primer mes en el cargo, que se completa este domingo día 12 de junio, después de que el Senado apartara a Dilma Rousseff de la Presidencia por supuestas irregularidades fiscales.
"Es una guerra, ha sido una guerra", dijo Temer en referencia a sus primeros 30 días como presidente interino de Brasil en declaraciones al diario Folha de Sao Paulo. No obstante, dijo que "a pesar de todas las turbulencias, críticas y presiones, fue un mes de éxito".
En sus primeras semanas como presidente, Temer perdió a dos ministros, acusados de querer frenar las investigaciones del caso Petrobras, reculó en varias decisiones y encontró una situación fiscal peor de la que esperaba.
"Restablecimos la interlocución con el Congreso, votamos proyectos con amplia mayoría y estamos retomando la confianza en el país. No es poca cosa para un comienzo de Gobierno", comentó.
"Encontramos una situación (económica) muy peor de lo que imaginábamos", completó.
Criticado por montar un gabinete sin mujeres ni negros, Temer dijo que "monté un equipo de primera grandeza en el área económica", destacando a Henrique Meirelles (Ministro de Hacienda), Pedro Parente (presidente de Petrobras), Maria Silvia Bastos Marques (presidenta del banco de fomento) e Ilan Goldfajn (presidente del Banco Central).
Sobre la posible vuelta de Dilma Rousseff a la Presidencia, el presidente interino dijo que "no he hecho ningún gesto contra ella. Respeto lo que pasó".
El Senado debe decidir en las próximas semanas si destituye o no a Rousseff, quien está apartada del cargo. Si es destituida, Temer concluiría el mandato, que vence el 1 de enero de 2019, pero si no lo es, volvería a ocupar la Presidencia
