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Protestas en Brasil para exigir salida de Rousseff no fueron tan masivas como en abril o agosto
Lunes, Diciembre 14, 2015 - 07:20

Las protestas, que fueron convocadas este domingo por grupos sociales como “Vem pra Rua” o “Movimento Brasil Livre”, que se dicen ajenos a partidos políticos, se llevaron a cabo en 100 ciudades del país.

Miles de brasileños salieron a las calles de más de cien ciudades del país el domingo (13.12.2015) para exigir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, en las que son las primeras protestas a nivel nacional desde que se inició el proceso formal de juicio político en contra de la líder izquierdista.

Una de las protestas más numerosas se produjo en la capital del país, Brasilia, donde unas cinco mil personas, de acuerdo con fuentes policiales, se congregaron frente al Congreso. Un gran muñeco hinchable que caricaturizaba a Rousseff presidía la protesta: Los manifestantes, en su mayoría vestidos de amarillo, demandaban la destitución de la mandataria al grito de “Fuera Dilma”.

Por falta de tiempo a la hora de convocar a la ciudadanía, estos grupos ya preveían que las protestas de hoy no serían masivas, como lo fueron en abril o agosto pasados, cuando millones de personas tomaron las calles en protesta por la corrupción y la crisis económica del país, pero consideran que la acción de este domingo es una manera de calentar motores de cara a futuras manifestaciones.

Datafolha dijo que unas 40.000 personas se habían manifestado en la ciudad más grande de Brasil, Sao Paulo, donde unas 135.000 protestaron en agosto y 210.000 en marzo. En otras partes del país, desde la ciudad amazónica de Belén a localidades pequeñas en el exterior, la concurrencia fue menor.

"Esto es solo calentamiento, habrá una gran movilización en enero", dijo Paloma Morena, una química de 35 años en la calle más conocida de Sao Paulo, Avenida Paulista, donde los manifestantes portaban muñecos de Rousseff y su predecesor, Luíz Inácio Lula da Silva, vestidos con uniformes de prisión.

Una movilización a gran escala podría aumentar la presión sobre los legisladores para votar por una acusación contra la mandataria.

El presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, abrió un proceso de juicio político contra Rousseff el 2 de diciembre, coincidiendo en que el Congreso debería considerar las acusaciones de la oposición de que Rousseff violó las leyes de presupuesto para aumentar el gasto durante su campaña de reelección en 2014.

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Pero la molestia de muchos brasileños apunta también a la profundización de la recesión y a un escándalo de corrupción que involucra a varios miembros del partido de la mandataria.

"La inflación está por las nubes, el desempleo es sorprendentemente alto y no obtenemos nada por la cantidad de impuestos que pagamos", dijo Andre Patrao, un economista de 47 años que protestaba en el lujoso barrio de Copacabana en Río de Janeiro.

La presidenta afronta en estos momentos un juicio político con miras a su destitución que comenzó el pasado martes en la Cámara baja, pero que en estos momentos se encuentra suspendido a la espera de que el próximo miércoles, día 16, la Corte Suprema se pronuncie sobre los procedimientos necesarios para llevarlo a cabo.

Una comisión del Congreso está analizando un juicio político contra Rousseff por supuestamente violar las leyes de presupuesto para aumentar el gasto durante su campaña de reelección en 2014. Los cargos a los que hace frente Rousseff se fundamentan en una serie de maniobras fiscales que el Gobierno llevó a cabo en 2014 y continuó en 2015 con el fin de maquillar sus cuentas. Estas maniobras podrían llegar a ser considerados “delitos de responsabilidad”, una de las causas que la Constitución brasileña contempla como motivo para la destitución de un mandatario.

* Con información de DW y Reuters.

Autores

AméricaEconomía.com