En la reunión participan los ministros Aloizio Mercadante (Casa Civil), Jaques Wagner (Defensa), José Eduardo Cardozo (Justicia), Pepe Vargas (Relaciones Institucionales) y Miguel Rossetto (secretaría General).

Brasilia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, convocó este domingo al Palacio de Alvorada, la residencia presidencial en Brasilia, a los ministros de su consejo político, para analizar la situación tras las manifestaciones opositoras que se realizaron en las principales ciudades del país, informó la Secretaría de Comunicación del gobierno.

Participan en la reunión los ministros Aloizio Mercadante (Casa Civil), Jaques Wagner (Defensa), José Eduardo Cardozo (Justicia), Pepe Vargas (Relaciones Institucionales) y Miguel Rossetto (Secretaría General).

La expectativa es que el gobierno se pronuncie sobre la jornada de manifestaciones esta noche o bien en la mañana del lunes, cuando Rousseff podría ofrecer una entrevista colectiva tras un acto oficial.

Las manifestaciones de protesta contra el gobierno y la corrupción reunieron el domingo a más de un millón de personas en unas 50 ciudades de 23 estados brasileños, convocadas por grupos independientes a través de las redes sociales que se declaran apartidarios, pero que recibieron también el apoyo de todo el arco opositor.

La jornada transcurrió en forma pacífica, salvo incidentes menores, de acuerdo a informaciones de las fuerzas policiales.

Entre las demandas predominantes de las manifestaciones están la carestía del costo de vida, el fin de la corrupción, el rechazo al alza de los impuestos y el pedido de una reforma política.

Sectores minoritarios reclamaron un juicio político a Rousseff, reelecta en octubre pasado, y grupos aún menores pidieron una intervención militar, recibiendo el repudio de muchos manifestantes en diversas ciudades.

Las estimaciones de los medios de prensa locales, basadas parcialmente en cálculos de la Policía Militar, indican que centenares de miles de personas se movilizaron en todo el país.

En su mayoría, los manifestantes vistieron la camiseta de la selección brasileña y llevaban la bandera del país.

El viernes, una movilización nacional convocada por movimientos sociales adictos al gobierno realizaron actos de menor impacto en las grandes ciudades en defensa de la democracia, aunque también cuestionaban las medidas de ajuste implementadas por Rousseff en su segundo mandato iniciado en enero.