El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, intercederá por la ciudadana francesa Florence Cassez, encarcelada en México por acusaciones de secuestro.
Paris. El presidente Nicolas Sarkozy dijo este lunes que pedirá una vez más a México la repatriación de Florence Cassez, una francesa que está encarcelada por acusaciones de secuestro, luego de que la apelación de la mujer ante la corte fuera rechazada la semana pasada.
Sarkozy declaró tras la última reunión luego de varios encuentros sostenidos con los padres de Cassez desde que ella fuera encarcelada hace cinco años y señaló que Francia respeta el sistema judicial mexicano, pero que desea que la mujer cumpla el resto de sus 60 años de condena en su país.
"Estoy dispuesto a conversar con las autoridades mexicanas sobre las condiciones para una transferencia", dijo Sarkozy, cuyas peticiones previas para el retorno de Cassez a Francia han sido rechazadas.
"No dejaremos a esta joven en prisión por otros 60 años", señaló a periodistas en el palacio presidencial Elíseo.
Sarkozy dijo que Francia seguirá adelante con el evento cultural "Año de México" programado para el 2011, tras algunas peticiones para su cancelación y señaló que lo dedicará a Cassez.
La mujer, de 36 años y que enfrenta otros 55 años en una prisión mexicana, fue arrestada en el 2005 junto a su novio mexicano en una dramática redada en un rancho cerca de Ciudad de México, donde tres personas, entre ellas una joven, estaban como rehenes.
Cassez, quien dice que es inocente, tiene amplio respaldo en su país, donde muchos la ven como una víctima de un turbio sistema judicial.
El rechazo de su apelación por parte de una corte mexicana alimentó las tensiones luego de que la ministra de Relaciones Exteriores de Francia, Michele Alliot-Marie, dijera que constituía una "negación de la justicia" y que podría afectar las relaciones bilaterales.
Cassez, cuyo caso fue abordado por Sarkozy durante un viaje a México en el 2009, sostiene que desconocía que su novio, el ciudadano mexicano Israel Vallarta, mantenía rehenes en la casa donde se alojaban.
México, afectado por el narcotráfico y el crimen organizado, impone duras penas a los secuestradores. El gobierno ha dicho desde el comienzo que no puede interferir con las decisiones judiciales.