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Se rinden los presos de la cárcel 'La Planta' de Venezuela
Viernes, Mayo 18, 2012 - 07:18

Pese a ello, el hecho amenaza con desbordar la crisis que viven los penales del país, pocos meses después de un enfrentamiento similar que dejó una veintena de muertos tras una fuerte intervención militar.

Caracas. Las autoridades venezolanas iniciaron este jueves el traslado de al menos un centenar de prisioneros de una cárcel ubicada en el corazón de Caracas, en una jornada en la que se escucharon disparos por horas, en el más reciente incidente en las violentas y hacinadas prisiones del país petrolero.

El hecho amenaza con desbordar la crisis que viven los penales del país, pocos meses después de un enfrentamiento similar que dejó una veintena de muertos tras una fuerte intervención militar, mientras el presidente Hugo Chávez minimiza su presencia pública debido al cáncer que padece.

El torbellino que se vivió en la cárcel de La Planta, construida en 1964 para albergar a 350 reclusos, pero que ahora tiene a casi 2.500, ocurre después de que las autoridades anunciaran el inminente traslado de algunos de ellos debido a su intención de cerrar el centro.

Los reos se resisten al traslado mientras exigen al gobierno que les brinde soluciones a años de retardo procesal e irregularidades en la administración de la justicia.

"Se logró hacer entrar en razón a un buen número de personas que se encuentran aquí privadas de libertad y ya empezaron a salir", dijo la flamante ministra de Cárceles, Iris Varela.

"Aspiramos salir de esto en el transcurso de las próximas horas, evacuar completamente el penal", añadió la funcionaria, mientras la televisión estatal mostraba imágenes de detenidos que subían a buses en medio de un fuerte operativo de seguridad.

La principal autopista de Caracas tuvo que ser parcialmente cerrada mientras soldados resguardaban el centro de detención, lo que agudizó el caótico tráfico de la capital venezolana.

Varela, nombrada por Chávez tras la intervención de 5.000 soldados en la cárcel de El Rodeo el 2011, dijo más temprano en el día que un "pequeño grupo" de reclusos que se resiste a la transferencia estaría causando la situación y acusó a medios de la oposición de exagerar sobre el hecho.

La funcionaria inició un censo de reclusos con el que busca organizar la situación carcelaria del país, pero críticos del mandatario socialista argumentan que el Gobierno ha descuidado escandalosamente el tema.

"Otro ejemplo más del fracaso de este Gobierno en el tema penitenciario y de la seguridad de los venezolanos", publicó en la red social Twitter Henrique Capriles, el candidato único de la oposición que enfrentará a Chávez en las elecciones de octubre.

"Infierno en el paraíso". Familiares fuera de La Planta hablaron de heridos y muertos durante los incidentes del jueves, pero periodistas de Reuters en el lugar no pudieron confirmarlo.

Varela sugirió la posibilidad de que existieran heridos o fallecidos, pero no precisó la información ni brindó más detalles.

"La policía no ha dicho nada. Es un guerra", dijo Esperanza Jiménez, entre sollozos y argumentando no tener información de su hijo de 29 años, detenido en ese centro.

"Gloria a Chávez", añadió en tono sarcástico.

Las cárceles del país sudamericano son conocidas por la facilidad con que se pueden internar armas y drogas, así como también teléfonos celulares y computadores con internet, lo que les permite a los internos un acceso fácil al mundo exterior, a menudo para manejar bandas criminales.

Las 34 cárceles del país albergan a casi 50.000 personas, pero fueron construidas para menos de un tercio de esa cifra, aseguran grupos locales de derechos humanos.

Cientos de reclusos mueren cada año en motines y peleas entre bandas -500 el año pasado, según una ONG local- y los últimos hechos de violencia en La Planta dejaron a un distrito de Caracas virtualmente cerrado para residentes y motoristas.

El jueves se podían oír explosiones dentro de un cordón policial alrededor de la cárcel, ubicada dentro de la urbanización "El Paraíso" de Caracas, rodeada por barrios humildes.

Algunos familiares usaban máscaras para protegerse del gas lacrimógeno que salía de la cárcel.

Autores

Reuters