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Sin lugar para los jóvenes: la generación perdida en Italia
Domingo, Julio 4, 2010 - 10:22

Conseguir un empleo estable hace mucho que es difícil para los jóvenes, pero la contracción de la economía cortó los pocos empleos disponibles para ellos.

Roma. Tras haberse quedado algunas veces en casa de la"mamma" por amor a sus pastas caseras, ahora un creciente número deitalianos jóvenes se ven forzados a vivir con sus padres porque nopueden hallar un trabajo estable o pagar sus propios alquileres.

Cuandoagentes inmobiliarios mostraron a una joven pareja un departamento enalquiler en Roma este año, se sorprendieron: los inquilinos en potenciallegaron con una pandilla de amigos con botellas de vino espumante.

La"fiesta-protesta" fue un simulacro preparado por la pareja, queorganizó la cita para ver un departamento que sabían que no podíanpagar.

La meta era resaltar el hecho que alquilar una casaestá más allá de las posibilidades de muchos italianos, el segmento dela sociedad más duramente golpeado por la crisis económica.

"Queríamosdestacar que muchos italianos no pueden costear irse de la casa de suspadres. Es una forma de provocación", dijo Chiara Bastianni, de 25años, del grupo "Fai la Valigia" (Haz la valija), que organizó la pocoortodoxa protesta.

Conseguir un empleo estable hace mucho quees difícil para los jóvenes, pero la contracción de la economía cortólos pocos empleos disponibles para ellos.

Las conexiones sonesenciales para obtener los pocos puestos disponibles en el pesadosector público, mientras los comercios a menudo toman a trabajadorescon contratos a corto plazo para eludir las rígidas leyes laborales.

Trasla profunda recesión del 2008 y el 2009, casi 60% de laspersonas entre 18 y 34 años ahora vive con sus padres, comparado con el49% de 1983, según la agencia nacional de estadísticas Istat.

Casiun tercio de las personas de poco más de 30 años todavía está viviendocon sus padres, cifra que se ha triplicado desde 1983.

Apodados "bamboccioni" (bebés grandes), un número número creciente de estos jóvenes no tiene alternativa.

Eldeseo de quedarse con la familia obtuvo un distante tercer puesto en elsondeo de Istat entre las razones mencionadas por vivir en la casa desus padres, después de motivos financieros y de formación.

Elporcentaje de jóvenes que quiere irse de la casa de sus padres en lospróximos tres años aumentó de 45,1% en 2003, a 51,9% en 2009.

Generación perdida. Gabriele Gentile, de 26años, vive con sus padres en Roma porque asumir un alquiler sería muyriesgoso. Sin un contrato fijo como el que tienen trabajadoressindicalizados y mayores, él puede ser despedido en cualquier momento.

"Sipierdes el empleo, corres el riesgo de quedarte en la casa de tuspadres por mucho tiempo. Incluso cuando tienes un empleo debes seguirbuscando opciones porque nunca sabes cuándo pueden despedirte. Situviese un empleo con más estabilidad, me iría de la casa de mis padresmañana mismo", expresó.

La socióloga Chiara Saraceno dice quela tendencia es preocupante para el futuro de Italia, ya que lageneración más joven ingresa tarde al mercado de trabajo, vive coninseguridad laboral, obtiene menos posibilidades de desarrollar sushabilidades y crea una familia más tarde.

"Esta es lageneración que sufre lo peor de una sociedad envejecida, de unasociedad que está invirtiendo muy poco en los jóvenes y pone el peso dela crisis y los cambios del mercado laboral sobre sus hombros", dijoSaraceno, agregando que los jóvenes de Italia corrían el riesgo deconvertirse en una "generación perdida".

Aunque los jubilados-que conforman la mayoría del sindicato más grande de Italia- y lostrabajadores del sector público encabezan las protestas generalizadaspor el paquete de austeridad del gobierno de 25.000 millones de euros(US$33.500 millones), son los jóvenes quienes soportan ensilencio el golpe más duro de la crisis.

En el 2009, lositalianos de entre 18 y 29 representaron el 79% de todos losdespidos laborales, según Istat. El índice de empleo en ese segmentoetáreo es de 44%.

Lo que es peor, más de dosmillones de personas -más de 21% de los de entre 15 y 29- notrabajaron ni estudiaron en el 2009, lo que convierte a Italia en elpaís europeo con el mayor número de jóvenes inactivos.

"Lento suicidio". Apesar de los frecuentes lamentos sobre la difícil situación de lostrabajadores con contratos a corto plazo o "precarios" y las promesasde los sucesivos gobiernos de nuevas leyes, se esperan pocos cambios enel tema.

El ministro de Administración Pública RenatoBrunetta causó indignación en la izquierda y obtuvo poco apoyo de laderecha cuando propuso tomar dinero del sistema jubilatorio para dar500 euros al mes a los adultos que viven con sus padres.

Losviejos líderes políticos y el comercio no parecen querer abrir paso alas personas de entre 30 y 50 años, considerados "jóvenes", segúnestándares italianos.

Mientras los líderes de Estados Unidosy Gran Bretaña tienen entre 40 y 50 años, la "puerta giratoria" de lapolítica italiana queda en personas como el primer ministro SilvioBerlusconi, de 73 años, y su aliado Umberto Bossi, de 69 años.

Sus rivales, como Gianfranco Fini y el líder de la izquierda Pierluigi Bersani, tienen ambos casi 60 años.

Tales así que el ex primer ministro Romano Prodi, de 71 años, dice que losjóvenes deben echar a patadas a la clase política de mayor edad.

"¿Cuándo hacen espacio para gente joven? Los políticos de carrera deben ser desplazados", dijo Prodi este mes.

Losnegocios pueden estar igualmente llenos de personas mayores: el francésAntoine Bernheim tenía 85 años cuando fue reemplazado del mando de laaseguradora Generali este año por Cesare Geronzi, quien a sus 75 añossigue siendo uno de los hombres de negocios más influyentes de Italia.

Eldestacado sociólogo Franco Ferrarotti dice que esto claramente lleva alos jóvenes italianos a un solo lugar: "Deberían aprender otros idiomasy mudarse al extranjero".

La creciente crisis en la juventud, dice Ferrarotti, es un golpe para los valores centrales que impulsaron el país: la familia.

"Loque resulta realmente trágico en Italia es que la familia es fuertepero formar una nueva familia es caro, de modo que si no fuese por losinmigrantes, tendríamos una tasa de crecimiento poblacional negativa.Esto es un lento suicidio", dijo el sociólogo.

Autores

Reuters