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"Mulas" prueban los límites del embargo de EE.UU. a Cuba
Miércoles, Agosto 11, 2010 - 15:09

Cuando la mujer sale del aeropuerto de La Habana, empujando a duras penas un carrito repleto de enormes bolsos negros, es saludada efusivamente por un hombre al que jamás ha visto antes. Se abrazan como si se conocieran de toda la vida, caminan juntos hasta el estacionamiento, ella le entrega los bultos y bye-bye...

La Habana. Todo comienza con una llamada telefónica delarga distancia: "Busca a una rubia de vaqueros azules, zapatosplateados de taco alto y camiseta negra en el próximo vuelo de Miami".

Cuandola mujer sale del aeropuerto de La Habana, empujando a duras penas uncarrito repleto de enormes bolsos negros, es saludada efusivamente porun hombre al que jamás ha visto antes.

"Seabrazan como si se conocieran de toda la vida, caminan juntos hasta elestacionamiento, ella le entrega los bultos y bye-bye", explica Yanet,una cubana residente en Miami.

La mujer estádescribiendo las tácticas de las "mulas" que viajan de Estados Unidos aCuba con las maletas repletas de ropa, comida, electrodomésticos ymillones de dólares. Por dinero o simplemente por un pasaje gratis aCuba, las mulas entregan los productos a perfectos extraños.

"Elsistema funciona a la perfección, pero hay que hacer todo el showporque nunca sabes quién está mirando", explica Yanet, en su segundoviaje a Cuba en el último mes.

El pujantecomercio informal entre los vecinos, enemistados desde la era de laGuerra Fría, desafía el embargo comercial estadounidense de 48 añoscontra la isla, pero también refleja su reciente flexibilización.

Eltráfico informal de dinero y productos a Cuba se disparó desde que elpresidente estadounidense Barack Obama eliminó las restricciones paraque los cubano estadounidenses viajen a su patria y aumentósignificativamente la cantidad de dinero que pueden llevar consigo.

Lasmedidas, diseñadas por Washington para fomentar los contactos "personaa persona" con la esperanza de promover cambios políticos en Cuba,aumentaron también el tipo de productos que pueden ser enviados a laisla.

Una iniciativa estadounidense sobretelecomunicaciones autorizó además a los visitantes a exportar a Cubaequipos de comunicaciones donados, como teléfonos celulares,computadoras y software.

Los cubanoestadounidenses que viajan a Cuba ya podían llevar consigo paquetes decomida y alimentos. El embargo consiente la exportación de productosagrícolas a la isla.

"Más viajeros, más dinero". Dellado estadounidense, desde donde despegan diariamente varios vueloscharter con más y más viajeros cubano estadounidenses, hay unasignificativa tolerancia hacia los pasajeros sobrecargados de artículos.

Perolas mulas necesitan también burlar las restricciones aduaneras en Cuba,que cobra impuestos a partir de cierta cantidad de equipaje einspecciona frecuentemente el contenido de las maletas.

Yen Cuba, donde la escasez es crónica y en las tiendas los pocosartículos importados se venden a precios elevados en las tiendasestatales en dólares, miles de personas recurren a las "mulas" paraimportar desde ropa a productos de higiene, electrodomésticos y dinero.

JohnKavulich, cuyo U.S.-Cuba Trade and Economic Council monitorea en NuevaYork el comercio entre Estados Unidos y Cuba, dice que es imposiblemedir el tráfico informal.

"Pero más viajeros significa más dinero y más gasto en Cuba", destacó.

ManuelOrozco, un experto en remesas del centro de estudios Inter-AmericanDialogue en Washington, dice que los exiliados cubanos enviaron unos636 millones de dólares a la isla en el 2008 y posiblemente un pocomenos en el 2009 debido a la crisis económica.

"Estamos hablando de alrededor de 60% de envíos a través de canales informales o mulas, que es bastante", dijo.

Losrequisitos burocráticos en Estados Unidos, la falta de competidores enel mercado de envíos y los recargos aplicados por Cuba al cambio dedólares encarecen las transferencias formales a través de empresas comoWestern Union.

Finanzas subterráneas. Lastransferencias formales cuestan alrededor del 17 por ciento del dineroenviado, mientras las mulas cobran un 13 por ciento y entregan eldinero más rápido, dijo Orozco.

Las mulas sonparte de una industria subterránea de servicios financieros que ofrecendesde crédito hasta pagos en cuotas, de otra forma impensables en laeconomía estatal de Cuba.

No hay cifras disponibles sobre el tamaño del comercio informal de bienes, pero sí evidencias de su creciente organización.

Haylugares en La Habana donde uno puede incluso hacer compras por catálogocon listas enviadas por correo electrónico. El cliente elige elproducto, paga 50% por adelantado y en 15 días tiene elencargo en sus manos. Todo por una comisión del 25%.

Muchosnegocios informales son familiares. Un residente en La Habana, porejemplo, envía una lista de productos a un pariente en Miami, que buscaun cubano estadounidense dispuesto a servir de mula a cambio de unpasaje gratis.

Los cubanos son locos por las marcas famosas, dice Diana, que envía productos desde Miami a La Habana.

"Memandan a pedir por ejemplo gafas que digan Dolce & Gabbana o Gucci,que son copias, por supuesto, pero se venden mucho por aquello de queson de marca", dijo.

Los márgenes de ganancia sonastronómicos con electrodomésticos de lujo. Un televisor de pantallaplana que cuesta US$700 en Miami puede llegar a venderse por US$2.000 en Cuba. En una tienda oficial el precio supera los US$2.500, si es que está disponible.

El mercadoinformal alimenta además una cadena interminable de intermediarios queganan pequeñas comisiones, a veces incluso de 50 centavos, por lareventa de un producto.

Pero el negocio de las mulas tiene también sus riesgos.

"Hayque tener cuidado de que no se repitan mucho las cosas, porque la gentede la aduana no es boba y si se dan cuenta de que es para venta te lodecomisan todo al momento", dijo Yanet.

Autores

Reuters