La ciudad brasileña vive en las últimas semanas una ola de violencia que las autoridades atribuyen al grupo de narcotraficantes Primer Comando de la Capital (PCC), que actuaría en represalia por las acciones policiales.

Al menos 13 personas fueron asesinadas durante la pasada noche y madrugada en la ciudad de Sao Paulo y su área metropolitana, informó este domingo la Policía.

Se trata de una nueva noche de violencia en la mayor ciudad de Brasil, que eleva a casi una veintena los homicidios en la urbe durante este fin de semana.

Además, otras doce personas resultaron heridas de bala, informaron la Policía Militarizada y la Policía Civil.

Tres de las víctimas murieron en enfrentamientos con la Policía: un hombre fue abatido cuando intentaba robar un automóvil en el barrio de Sao Mateus y los otros dos perdieron la vida en un tiroteo en la ciudad de Santo André, en el cinturón metropolitano de Sao Paulo.

Además, en la vecina ciudad de Sao Bernardo do Campo, un hombre y una mujer fueron asesinados en su domicilio por desconocidos que huyeron del lugar sin robar nada, lo que hizo sospechar a la Policía de que se trató de una ejecución.

Sao Paulo vive en las últimas semanas una ola de violencia que las autoridades atribuyen al grupo de narcotraficantes Primer Comando de la Capital (PCC), que actuaría en represalia por las acciones policiales realizadas contra ellos últimamente, y parte a la violencia que es común a todas las grandes ciudades brasileñas.

La escalada de homicidios registrada en los últimos días llevó al gobierno brasileño y a las autoridades paulistas a anunciar esta misma semana un plan para tratar de frenar la actividad criminal del PCC, y para cortarle sus vías de financiación.

Desde que comenzaron los ataques a principios de octubre, cerca de 240 personas han sido asesinadas en la región metropolitana de Sao Paulo, donde viven cerca de 20 millones de habitantes, mientras que 90 policías han sido asesinados, la mayoría de ellos mientras estaban fuera de servicio, en los primeros 10 meses del año.

El aumento de la violencia ha llevado a muchos comerciantes de los suburbios a adelantar el horario de cierre de sus establecimientos por miedo a los ataques, que suelen producirse de noche, según los medios local