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Nuevamente el mundo acude tarde en ayuda de los pobres de África
Viernes, Junio 18, 2010 - 11:29

Si se promete ahora mismo más apoyo, los obstáculos para acudir en auxilio de las comunidades más vulnerables del planeta suponen que cientos de miles de niños en Níger y Chad se enfrentan a un hambre que pone en riesgo sus vidas.

Dakar. En un desastre a cámara lenta augurado hace meses por agencias humanitarias, la región africana del Sahel se dirige hacia una crisis alimentaria que el mundo tiene sólo semanas para evitar.

Incluso si se promete ahora mismo más ayuda, los obstáculos para acudir en auxilio de las comunidades más vulnerables y remotas del planeta suponen que cientos de miles de niños en Níger y Chad se enfrentan ya a un hambre que pone en riesgo sus vidas.

"El problema es que ya vamos demasiado tarde. Si consigues los fondos hoy, no consigues la comida en el país hasta dentro de dos o tres meses", dijo Malik Allaouna, director regional de emergencias para Save the Children en África Occidental y Central.

Este es el inicio de la "temporada de sequía", la batalla anual por sobrevivir que va desde el final de las existencias alimentarias de un año al inicio de una nueva cosecha. Durante milenios fue la plaga de la mayoría de la humanidad, pero ahora es principalmente el calvario de millones de africanos.

La falta de lluvias del año pasado en el cinturón del Sahel, que va desde el sur del Sáhara en Mauritania a Sudán, significa que el costo humano esta temporada podría ser tan alto como en 2005, cuando imágenes de televisión de niños famélicos sacaron al mundo de la inercia, pero demasiado tarde.

Aunque no se estableció un balance final de muertos, UNICEF consideró en el punto más alto de la crisis de 2005 que el hambre y la desnutrición amenazaban la vida de 3,6 millones de personas sólo en Níger.

Sombríos recordatorios. Desde alrededor de octubre del año pasado, señales reveladoras tanto del desastre inminente como de la falta de adecuación de la respuesta humanitaria hasta ahora son sombríos recordatorios de los acontecimientos de hace cinco años.

La escasez de productos básicos en los mercados ha colocado algunos precios fuera del alcance de millones de hogares que viven con menos de un dólar al día.

En Chad, un saco de 100 kilos de maíz ha duplicado su precio a 22.000 francos CFA (US$41) y también han subido los precios del arroz, el sorgo y el mijo en la región.

Los colegios de algunos pueblos situados en las zonas más afectadas han cerrado, ya que las familias emigran a la ciudad en busca de comida. Los precios del ganado han caído en picada, al vender los ganaderos sus animales como último recurso para comprar comida para sus familias.

Pero pese al hecho de que Naciones Unidas y otras organizaciones estiman ahora que 10 millones de personas están en peligro, la respuesta de los donantes -muchos de los cuales ya han escarbado en sus bolsillos este año por el terremoto de Haití- ha sido lenta.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) dijo que sólo 57% de la petición de emergencia para Níger de US$191 millones se había cubierto a mediados de junio.

Al Programa Mundial Alimentario le sigue faltando una tercera parte de su petición de US$65 millones para Chad.

"Los fondos son generalmente demasiado escasos para permitir una pronta distribución de ayuda", dijo Bruno Jochum, director de operaciones de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) sobre los suministros de comida que en algunos casos no empezarán hasta el próximo mes.

UNICEF ya espera tratar a 859.000 niños menores de cinco años en Sahel esta temporada por malnutrición severa, el punto en el que un niño se enfrenta a un riesgo cada vez mayor de enfermedad o muerte.

Si la situación en Níger es mala, muchos creen que podría ser aún peor en Chad, que tiene menos agencias sobre el terreno y donde los suministros alimentarios de emergencia pueden tardar hasta cinco meses en llegar vía Libia y el Sáhara o desde Camerún en el sur.

Autores

Reuters